Un repartidor trabaja bajo la lluvia en Madrid.

Un repartidor trabaja bajo la lluvia en Madrid. Diego Radamés Europa Press

Madrid Capital

El plan de Almeida para Madrid tras la DANA de Valencia: vigilar el Manzanares, eliminar árboles caídos y "atención" a vaguadas

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El Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida acaba de lanzar un protocolo ante posibles lluvias "torrenciales". Una guía práctica que, a modo de resumen, coordinará a los servicios implicados ante "situaciones de precipitaciones extremas" en la ciudad. Todo ello para proteger a su población y evitar, o al menos reducir, los daños en los bienes, servicios esenciales y al medio ambiente en zonas de riesgo de la capital. 

El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, aprobó el documento el miércoles de la semana pasada, 6 de octubre. La hoja de ruta llega días después de la catástrofe de la DANA en la Comunidad Valenciana (donde ya ha causado 215 muertes) y otros puntos del país.

En declaraciones a los medios este miércoles, el alcalde recordó que Madrid no actualizaba desde 2004 un plan para actuar ante emergencias y catástrofes de esta índole. Así, el protocolo servirá para que "no haya dudas" en el reparto de competencias municipales ante un escenario de fuertes lluvias.

Manzanares, parques e imbornales

Las medidas implican a tres departamentos dentro de la 'macroárea' que dirige Carabante: 'Limpieza y Zonas Verdes', 'Coordinación General de Urbanismo' y 'Coordinación General de Urbanismo'. A continuación, se enumeran algunas de las acciones más destacadas.

Respecto al Área Delegada de Limpieza y Zonas Verdes, se hace especial hincapié en la "problemática" de los imbornales (la boca o agujero en la vía por donde se vacía el agua de la lluvia) durante las tormentas. Como la revisión del alcantarillado "es competencia del Canal de Isabel II", desde Cibeles avisarán al ente regional cuando detecten imbornales "no funcionales". 

Además, se identificarán aquellos "elementos de drenaje" que no dependan del Canal y se limpiarán o desatascarán si fuera necesario.

Ante la previsión de lluvias, se recuerda que los pliegos del contrato municipal de conservación de zonas verdes incluyen varias medidas que deben tomar las empresas adjudicatarias.

Entre ellas, la de la limpieza "exhaustiva" de rejillas o desagües o de restos vegetales en espacios verdes para que no sean arrastrados. También se prestará especial atención a las vaguadas de los parques, donde se acumula el agua, y se usarán bombas de achique en zonas encharcadas. 

En el caso de los parques y viveros, otra de las tareas generales para reducir las consecuencias de las inundaciones pasa por quitar los árboles caídos al río Manzanares. La misma labor se extiende a las zonas de afección de aliviaderos, pasarelas, presas y puentes.

A su vez, también con carácter general, el Centro de Vigilancia y Telecontrol del Río (CVTR) está pendiente 24 horas del nivel del cauce para detectar "cualquier modificación alarmante" y para avisar a los medios de emergencia. Respecto al Manzanares, también se deben mantener limpios los imbornales y cunetas de los viales paralelos al río. 

Si hay personas sin hogar asentadas en zonas amenazadas por una inundación (asentamientos bajo puentes o pasarelas), se avisará a los recursos municipales correspondientes y se les desalojará. En el decálogo también se incluye una propuesta de señalizar las zonas inundables. 

Obras, carreteras...

Si hay aviso de tormenta, el protocolo marca que los materiales y los escombros de unas obras almacenados en la vía pública tendrán que retirarse "de forma inmediata si es posible". Y si no lo es, tendrán que estar en contenedores y cubiertos con lonas impermeables. El contratista, además, es el que tiene que cerciorarse de que los sistemas de drenaje cercanos a la obra estén limpios para que el agua fluya bien. 

¿Y qué ocurre con el tráfico en las carreteras de la capital? Cuando la Aemet pronostique un elevado riesgo de lluvias, se activará el protocolo de congestión circulatoria. Entre otras medidas, se extremará la vigilancia en la M-30, tanto en los túneles como en el exterior, y se lanzarán avisos en los paneles.

La hoja de ruta, que se revisará cada año, también aborda actuaciones dentro del ámbito urbanístico. Se recuerda, por ejemplo, que la Dirección General de la Edificación (dependiente de Coordinación General de Urbanismo) ha elaborado un protocolo con consejos que los organizadores de eventos en recintos abiertos deberán seguir ante olas de calor, fuertes vientos, tormentas eléctricas, fuertes lluvias, etcétera