El palacio de una marquesa escondido en el centro de Madrid que puedes visitar: del arquitecto del Bernabéu
El Palacio de Trinidad ha estado cerrado durante décadas pese a estar ubicado en una zona muy conocida de la capital. Ahora se abre sólo hasta el 30 de mayo.
15 abril, 2024 02:18A principios del siglo XIX, el Ayuntamiento de Madrid dio vía libre a la burguesía madrileña para levantar sus propios palacios ajardinados en zonas que empezaban a edificarse. Y María de los Ángeles Gutiérrez Suárez, que llegó a ser marquesa de Larios, no perdió el tiempo.
Contrató a un joven arquitecto, Luis Alemany Soler, para crear un palacio historicista de estilo regionalista, rodeado por un increíble jardín, que recordaba a la antigua Plaza de España, y que ha permanecido casi intacto un siglo tras un muro y una puerta sencilla en la que sólo se puede leer "La Trinidad".
Este palacio casi clandestino está ubicado en plena Avenida de América, concretamente en el número 52 de la calle de Francisco Silvela, y abre ahora sus puertas en una ocasión única para conocer todos sus secretos y los de su propietaria, empapándose al mismo tiempo de arte, moda y decoración.
Y es que Casa Decor lo ha arreglado para poder enseñarlo hasta el 30 de mayo junto a todas sus exposiciones y novedades en su edición número 59, por lo que los madrileños tienen una oportunidad única de ver cómo eran los palacios en los que vivían la burguesía y la aristocracia madrileña y cómo se distribuían.
Quién era la dueña
Lo primero que hay que saber es quién era María de los Ángeles Gutiérrez Suárez y por qué quiso levantar justo ahí un palacio. En 1928, esta cristiana mujer contaba ya con una finca de 3.600 metros cuadrados en una parte de Madrid situada entre el barrio de Prosperidad y la entonces villa de Canillas.
Cuando empezó su palacio era una mujer soltera ya que hasta 1930 no se casó, en Roma, con José Aurelio Larios y Larios, III Marqués de Larios, viudo y con un único hijo. Poco le duró ese matrimonio porque el aristócrata murió en Burgos durante la Guerra Civil y en ella volvió a desposarse con el general Eduardo González-Gallarza e Iragorri, también viudo y que llegó a ser ministro del Aire en los primeros años del régimen franquista.
María de los Ángeles Gutiérrez Suárez murió el 6 de noviembre de 1946.
El arquitecto del Santiago Bernabéu
Para crear su hogar, Gutiérrez Suárez le pidió a Luis Alemany, -que aún tenía por hacer su obra más emblemática, el estadio Santiago Bernabéu-, un edificio que pretendía ser un ejemplo de la arquitectura nacionalista, un estilo netamente español, donde se mezclan elementos del Neoplateresco como torreones o arquerías y una clara influencia andaluza, con detalles que señalan una relación directa de la marquesa con Sevilla.
Utiliza teja cerámica vidriada bicolor, azulejos o construye un oratorio privado dedicado a Santa Justa y Rufina y al Jesús del Gran Poder.
A este increíble palacio se accede por un soportal aterrazado, que da paso a un doble vestíbulo con una escalera de tres tramos con peldaños de mármol blanco, techo de bovedillas y una hermosa cancela de rejería de estilo sevillano, como explican desde Casa Decor que ha conseguido destapar algunos de los secretos tapiados del palacio como en la habitación principal de la marquesa o en la cúpula del oratorio.
El Colegio de Arquitectos de Madrid recuerda que el palacio se llama La Trinidad en honor a una reproducción en cerámica de este misterio que se encuentra en el acceso a esta vivienda de la alta burguesía, un detalle que podría incidir en el misticismo de la propietaria.
"A ambos lados, de cara a la fachada principal, se encuentran sendos gabinetes, con paredes revestidas de damasco dorado y fantásticos techos artesonados hexagonales. En toda la planta baja destaca el suelo de tarima de roble con remates de tachuelas, originales de la construcción", describen desde la famosa plataforma de interiorismo y tendencias.
Aunque María de los Ángeles Gutiérrez formaba parte de la burguesía madrileña y sus necesidades ya eran otras en pleno siglo XX que las de la aristocracia más tradicional, el palacio mantuvo la estructura de la parte pública y sus habitaciones en la planta de abajo mientras que los dormitorios en la primera planta eran para el servicio. Hay un ático entre los torreones que es la joya de la corona.
Por ello, llama la atención en el ala este, a continuación del gabinete, el antiguo comedor que cuenta con un mirador con salida a los jardines, sobre todo por la decoración de las jácenas del techo talladas y policromadas.
Cabe destacar la alcoba principal, en la fachada noreste, con terraza volada y una primorosa decoración: paredes enteladas en damasco, techo de cuarterones de escayola bordeados por un friso con diferentes figuras alegóricas, apliques de bronce y cristal, y marcos de mármol en los vanos de las puertas.
En la misma planta, frente a la fachada principal, se encuentra un gran salón, posiblemente utilizado para los actos institucionales durante su ocupación como
oficinas gubernamentales ya que este palacio fue una sede sindical, del Ministerio para la Unión Europea y hasta parte del Instituto Cervantes.
Un pabellón anexo
En la segunda planta, destinada como hemos dicho a las habitaciones de servicio, destaca el estrecho corredor con arquerías, una de las señas de identidad del palacio junto con sus increíbles jardines y una explanada.
El propio Luis Alemany ya levantó en su época un segundo edificio anexo, el llamado Pabellón de Invitados, donde en realidad se establecieron los despachos, archivos y otros usos que no cabían en el palacio, para garantizar toro el trabajo administrativo. El acceso a este inmueble de dos platas se realiza a través de puente arbolado, que consigue así salvar el desnivel.
Casa Decor ha apostado por establecer hasta 53 espacios interiores y exteriores que permitirán hacer un recorrido muy singular por el palacio y donde se verán las nuevas tendencias en interiorismo y decoración mezcladas con ambientes únicos y, hasta ahora, muy poco visitados.