La nueva moda en Madrid: compartir mesa con desconocidos en un sitio clandestino "para hacer amigos"
- Cada vez es más frecuente encontrar restaurantes y plataformas de eventos en la capital que convocan las llamadas 'cenas clandestinas con desconocidos'.
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No cualquiera se atreve a ir a cenar a una ubicación secreta con gente desconocida. Parece un plan desconcertante, pero sucede en Madrid a diario. Las cenas clandestinas con comensales aleatorios es una tendencia imparable en los últimos meses.
Reuniones alrededor de una mesa sin escoger la compañía y sin saber el lugar hasta 24 horas antes de la cena es la nueva forma para tener una experiencia diferente en la gran ciudad.
Cada vez es más frecuente encontrar restaurantes y plataformas de eventos que convocan las llamadas 'cenas clandestinas con desconocidos'. "Lo que nos diferencia del resto es que es una experiencia. La propuesta gastronómica en Madrid es demasiado grande y nosotros ofrecemos mayor intimidad y calidez. Además de la curiosidad de cenar con extraños. Como adultos no tenemos constantemente la oportunidad de conocer gente nueva", apuntan desde Biga Clandestina, que comenzó en verano de 2023 con este concepto y es un claro ejemplo de éxito.
El alma de Biga Clandestina, la pareja formada por el chef Emiliano Álvarez y Carla Pino, empezaron sirviendo un menú omakase de pizzas para ocho comensales en el salón de su casa sin dar la dirección de su piso hasta horas o días antes.
Cuando su vivienda se les quedó pequeña, abrieron un pequeño restaurante el 26 de junio. "Nos va super bien. Empezamos dando dos cenas por semana y ahora damos hasta cuatro. La mesa también la hemos ampliado a 12 personas. Decidimos hacer más grande el grupo, pero sin que se perdiera esa esencia íntima. Tenemos lista de espera los viernes y sábados", informa Carla Pino.
La esencia clandestina se la da el local que por fuera parece una marisquería de los años 70: confunde y no parece que dentro esconda un restaurante completamente diferente.
"Sólo tres días antes del día de la reserva enviamos un correo con la dirección", apuntan desde Biga Clandestina. La experiencia y el menú degustación de ocho pases y el postre cuesta 47 euros, sin bebida.
No es el único ejemplo, la palestina Heba Kharouf, empezó de la misma manera hasta que su casa se le quedó pequeña y terminó por abrir Farah, un restaurante en La Latina que tiene lista de espera de hasta un mes, aunque no ha seguido con la esencia clandestina.
También está el caso de Silvia Moreno, creadora de Cenas Adivina, unos encuentros con desconocidos que empezaron en 2014, en su propio piso de Madrid, y continúa desde entonces.
De jubilados a estudiantes
A estas quedadas acude gente de todo tipo: "Parejas de jubilados, jóvenes estudiantes, turistas, gente nueva que ha llegado a la ciudad... pero todos son el mismo tipo de persona: foodie, abiertos y curiosos. El 80% de los que vienen solos son mujeres. Es el plan ideal para integrarse de alguna forma", asegura Pino de Biga Clandestina.
Por otro lado, Fever, una plataforma de eventos en la capital, informa a Madrid Total que en octubre de 2024 lanzaron una nueva actividad que está triunfando e invita a dejar de conocer gente a través de las redes sociales para vivir hasta tres experiencias clandestinas diferentes. "La acogida ha sido muy buena", añaden.
Se trata de Imperfect Strangers: Cena, Ríe, Conecta. Cada jueves, en una ubicación que sólo se revela 24 horas antes, un grupo se reúne para cenar juntos, tras rellenar un cuestionario para así poder estar en un grupo afín. La experiencia cuesta 11 euros y hay que pagar la cena en el lugar. Asimismo, dentro de esta plataforma, ha incorporado recientemente Lucky Strangers y Cena con desconocidos en Tapaloguistas, Malasaña.
Con el fin de buscar experiencias distintas, las cenas clandestinas con desconocidos ya son algo hasta común en Madrid. "Es muy bonito porque entran siendo desconocidos y salen siendo amigos", asegura Carla Pino, fiel testigo de la magia que se puede crear alrededor de una mesa.