
Los tipos de rolls de Kaito.
La nueva barra japonesa en Madrid que recuerda a los bares de Tokio con rolls a 4 euros: siempre hay cola en la puerta
Kaito es el mejor lugar para sentirse como en Japón en pleno barrio de Salamanca. Su barra ofrece rolls, nigiris, uramakis y una selección de sake.
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Bajar las escaleras que llevan a Kaito, en la calle Lagasca, pleno barrio de Salamanca, es como ascender a un avión y teletransportarte en cuestión de 10 pasitos a cualquiera de las barras de hand rolls de Tokio en las que te sientas en una banqueta alta esperando que aparezcan pequeños platos blancos con delicias recién preparadas.
De hecho, el grupo China Crown, que es quien ha abierto este nuevo restaurante, se ha traído directamente desde Tokio a un maestro de estos bares, Koichi, para que despliegue toda su técnica delante de los clientes que le observan cómo trabaja, salivando desde la barra de madera.
La relación entre Koichi y sus comensales es directa. Ese es uno de los requisitos para sentirse en Japón. La propia estructura del local hace que casi todos los comensales puedan ver cómo el maestro Koichi corta los trocitos de salmón con los que hace los rolls o los nigiri, o cómo acuna el arroz con sus propias manos antes de llevarte, él mismo, la preparación a tu lugar en la barra, sonreír y hacerte una leve reverencia que forma parte del ritual perfecto para que la comida sepa mucho mejor.

La barra de Kaito.
Kaito Hand Roll Bar reproduce en Madrid las clásicas tabernas japonesas en las que la frescura de los ingredientes y la rapidez en la preparación son las bases de su éxito, siempre alrededor de una barra. En su caso, el producto estrella es el salmón, que lo preparan con distintos matices y texturas.
Se ha querido respetar tanto la tradición japonesa que incluso incluyen el ritual de agradecimiento de la comida en mitad de cada turno. Se trata del Shake Itadakimasu, una fórmula que se utiliza en Japón para agradecer todo lo que llega a tu mesa. En Kaito, suena una campana y salen algunos miembros del equipo de cocina, con un salmón fresco en las dos manos, que levantan a la vez para tener presentes a todos los que han hecho posible que el roll acabe en tu lado de la barra: la naturaleza, los agricultores, los pescadores y los propios chefs.

Uno de los rolls de Kaito.
Rolls de chicharrón de calamar
La carta de Kaito combina la esencia del sushi más artesanal y tradicional con mezclas de sabores mucho más contemporáneos que sorprenden a los amantes de la comida japonesa. Eso sí, todos los rolls se envuelven en un alga crujiente elaborada artesanalmente por el equipo de cocina del restaurante que busca garantizar la textura perfecta en cada bocado.
Entre las fórmulas de más éxito entre el público está el roll de toro con migas de tempura y cebolleta, el de atún con wasabi kizami y cebolleta o el de salmón con shichimi togarashi, también con una opción picante.
Pero si queremos llevarnos a la boca platos diferentes tenemos que probar el roll de Ika, con chicharrón de calamar y alioli cítrico, uno de los que más sorprende a los fanáticos de esta comida, junto con el de foie, anguila y manzana verde.
En la lista de "más raros" que no nos podemos perder está el Ebi Furai, que combina langostinos, aguacate, mayonesa de chili-garlic y migas de tempura, el roll de pargo con ají amarillo, aguacate y cilantro, y el Soft Shell Crab con mayonesa de chili-garlic.
La barra de Kaito aún guarda dos sorpresas más para chuparse los dedos, literalmente, el roll de wagyu premium con cebolleta y el Kaito Especial que destaca en su elaboración con un solomillo de ternera infusionado en whisky japonés, aportando un toque único.
El ticket medio varía en Kaito según lo que pidamos, pero esta taberna japonesa cuenta con rolls desde cuatro euros e incluso con la opción de crear un menú especial y variado, que incluye de tres a seis piezas, y que cuesta desde los 15 euros, el más barato, a los 35 euros, el completo.
Si no queremos quedarnos sólo en el roll, el maestro Koichi prepara una oferta de uramakis roll en la que destaca el de Atún spicy especial; algunos sashimi como el Tiradito de sake Harami de salmón o el de ventresca de salmón; y especialidades de la casa, Esencia Kaito se llaman, que pasan por las brochetas de pollo o salmón, el tataki de atún o el tartar de toro, entre otros.
Nadie puede cerrar el servicio y marcharse del bar sin su final feliz dulce, ya que Kaito cuenta con unos increíbles mochis japoneses de diferentes sabores como mango y maracuyá, chocolate, crema y matcha, y tarta de queso; helados variados de wasabi, matcha y sésamo; y un té matcha artesanal para quienes busquen algo más digestivo.
Y el remate final del ritual Kaito: un trago de sake de algunas de las increíbles opciones premium con las que cuentan en el restaurante y que van desde el dorado Born Gold Junmai Daiginjo a un afrutado Shirakabegura Junmai Daiginjo o el Naruto Tai Ginjo Genshu, sin pasteurizar ni filtrar; entre otros.
Como buena taberna japonesa, este restaurante no admite reserva y si no llegas pronto es fácil que la cola empiece directamente en la calle. Eso sí, no desesperes porque la rapidez de preparación y servicio de Koichi hace que el tiempo de espera no sea demasiado.