Las UCI de Madrid, a punto del colapso: estos son los 11 hospitales en peor situación
Antes de la pandemia, la Comunidad tenía 400 camas y todas ellas ya han sido ocupadas. Cuatro de los centros no pueden recibir más pacientes.
22 septiembre, 2020 02:40Noticias relacionadas
Sólo tres meses. Ese es el tiempo que ha necesitado la Comunidad de Madrid desde que se acabó el estado de alarma hasta que ha empezado a sonar una música cuyos ecos aún no se habían olvidado. Y es que ahora, de nuevo, las UCI de los hospitales están a punto de reventar. Al borde del colapso, en sólo tres meses desde aquella primera cerveza en una terraza, desde aquella reunión de familiares que no se veían después de tanto tiempo, de esas vacaciones que no nos robaron porque ya nos habían robado la primavera.
Según los datos que ha podido recabar EL ESPAÑOL, un total de 11 hospitales de la Comunidad ya han superado los ingresos en UCI respecto a las camas de las que disponían antes de la crisis del coronavirus. Esto es un lleno del 100% y algunos ya empiezan a habilitar zonas que no estaban pensadas para ello, llevando a los enfermos con coronavirus a plantas donde deberían estar atendiendo a paliativos o transformando zonas de posoperatorio en lugares con respiradores para atajar la Covid-19. Andan tocando esa canción cuyos acordes siguen grabados en la memoria.
Es especialmente llamativo el caso de los hospitales Infanta Cristina (I), el de Getafe (II), el Infanta Leonor (III), el Infanta Sofía (IV) y el Hospital del Tajo (V). Los cinco ya alcanzaron su tope la semana pasada y desde entonces no pueden recibir a más pacientes. La Comunidad de Madrid actualmente tiene alrededor de 900 camas UCI y hay 409 ingresados con coronavirus, según fuentes autonómicas. Todavía no se llega al máximo pico durante el estado de alarma, en el que llegó a haber 1.800 camas montadas hasta en cocinas para ingresar a 1.528 personas, pero sí que se va alejando de las 700 que había antes de la pandemia. Y preocupa, porque la certeza es que va a ir a más.
La gravedad del asunto es notoria porque una saturación en las UCI implica muchas cosas. Por un lado, que no se pueda atender debidamente a aquellos pacientes que lo necesiten por motivos ajenos a la Covid-19, como un ictus o un cáncer o una operación quirúrgica normal. Por otro, porque obligan a derivar y a seleccionar. Durante lo más duro de la pandemia los ancianos se morían en las residencias ante la imposibilidad de atenderles. Aún no se ha llegado a esos niveles, pero la UCI colapsada es el primer indicador de ello.
Los más castigados
El hospital más castigado de la Comunidad de Madrid es sin duda el Infanta Leonor. “La situación es extrema y muy alarmante. Falta personal. Probablemente, en unos días estemos totalmente saturados”, lamentaba un representante sindical del centro a este diario. Y es que en la actualidad tiene 13 pacientes ocupando la UCI, lo que representa el 134% de los puestos normales que tenía antes.
En ese top 5, el Infanta Cristina tiene 11 ingresados en UCI de 10 camas; el Hospital de Getafe cuenta 20 ingresados de 18 puestos; el Hospital Universitario Infanta Sofía tiene 13 ingresados para 8 camas y el Hospital del Tajo ha completado sus 8 camas todas con pacientes. Si las cifras de ingresados superan las de camas UCI es gracias a la habilidad para improvisar nuevas camas. En el caso del de Getafe, por ejemplo, es porque han podido utilizar la unidad de reanimación para convertirla en una zona de tratamiento de coronavirus. Pero estos hospitales ya no pueden improvisar más y han dejado de recibir pacientes.
Les siguen de cerca hospitales tan grandes como el Ramón y Cajal (VI), que tiene 37 ingresados en UCI. En una época normal, pre-covid, este centro contaba con 14 camas de cuidados intensivos que ya se han visto superadas por más del doble de pacientes que atender. Además, tienen otras 20 personas en una UCI para aquellos que no son positivos y están por otras patologías. El problema es que sólo les quedan 8 camas libres en la primera y otras 4 en la segunda. En abril llegaron a tener que habilitar hasta 103 camas.
“Los hospitales del Sistema Madrileño de Salud disponían antes de que comenzara la pandemia de algo menos de 400 camas UCI estructurales. Si se tuviera en cuenta esas cifras, a día de hoy la sanidad pública ya estaría al 98% de su capacidad”, explica Mariano Martín-Montero, secretario sindical de Sanidad en Comisiones Obreras de Madrid. Asegura que, “el sistema ya estaría colapsado si no se dedicaran a pacientes con Covid el resto de camas de cuidados críticos, quirúrgicos y traumatológicos”.
“Los profesionales están extenuados, desbordados… y falta personal. Aunque la flexibilidad de algunos servicios permitan la atención a un mayor número de pacientes críticos, las plantillas no están preparadas ni ajustadas en esta sobrecarga asistencial en las Unidades de Cuidados Intensivos”, añade Martín-Montero.
Improvisando camas
La situación en la Comunidad es tal que la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ha tenido que pedir ayuda, o cooperación, según a quién se le pregunte, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ambos se han reunido en la madrileña Puerta del Sol este lunes, exactamente tres meses desde el fin del estado de alarma, y han acordado crear un grupo de trabajo común, entre autonomía y ministerios, para paliar la situación.
Al margen de los hospitales mencionados anteriormente, también es llamativo el caso del Hospital 12 de Octubre (VII), que tiene 36 pacientes en la UCI. Las camas habituales, en cambio, son 25 y al superarlas han tenido que acceder a otras zonas del centro como la unidad coronaria. Todo esto, de nuevo, significa un ir a peor en la atención de todos estos lugares que se ocupan. El Hospital Gregorio Marañón (VIII), por su parte, tiene 24 ingresados en la UCI con una base de camas habituales de 22.
Esto también afecta, por supuesto, a los más pequeños. El Hospital Severo Ochoa (IX), por ejemplo, tiene 17 ingresados con Covid para 10 camas. Han tenido que hacer una ampliación de otras 8, por lo cual les queda en realidad un puesto para dejar de atender o bien tener que derivar a sus pacientes a la zona REA, el postoperatorio dedicado habitualmente a despertar de la anestesia. Esto, significaría que ya no se podría operar.
Pasa algo similar en el Hospital Universitario de Móstoles (X), que tiene un total de 19 pacientes en la UCI, 5 de ellos positivos y 14 sospechosos de serlo. Por ello, está viéndose obligado a tirar de 17 camas REA que tiene en su haber y que, de nuevo, deberían de estar dedicadas a otra cosa. El Hospital Central de Defensa Gómez Ulla (XI) también ha llenado sus 8 camas de UCI y ha tenido que emplear otras zonas.
Según apuntan varios expertos, la situación actual permite una reacción más rápida en caso de colapso. Durante la primera oleada se vio cómo algunos hospitales tuvieron que usar máscaras de buceo del Decathlon para convertirlas en respiradores, ya que era imposible conseguirlos en el mercado. También se vio a la gente tirada por el suelo, hospitales como el de Ifema prácticamente improvisados y unidades de Covid directamente montadas en el parking del centro, como en el caso del Hospital 12 de Octubre. El acopio de material que se ha ido produciendo durante este limbo estival y las infraestructuras ya creadas en la primera oleada harán que el golpe de la segunda no sea tan catastrófico.
La dificultad de los datos
Los datos para elaborar este reportaje han sido facilitados a este diario por sindicatos como Comisiones Obreras y la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. Y es que la Comunidad de Madrid no ofrece datos públicos por centro hospitalario, ofrece un cómputo total que hace prácticamente imposible conocer la incidencia real del coronavirus en cada uno de los hospitales. Ello a pesar de que la Comunidad sí que maneja datos desagregados.
Son los propios sindicatos los que, a través de sus afiliados en los hospitales, recogen uno a uno y día a día los datos más actualizados posibles. Las cifras, sin embargo, suelen ser exactas porque sí que figuran en la intranet de los centros. Varios hospitales consultados por este diario han declinado ofrecer sus cifras y han remitido al agrupado de la Comunidad.
Tampoco son públicos los datos oficiales del número de camas UCI que hay en cada centro. Los últimos que existen son de 2017. Y es que la Comunidad, cuando dice cuántas camas UCI tiene, hace la suma teniendo en cuenta no sólo las habituales sino añadiendo otras como las REA o las de las urgencias. Esto da una sensación de que hay más camas de las reales y no deja intuir la saturación de que se estén dedicando a Covid zonas que deberían estar dedicadas a otras patologías.
“El problema con esto es que el que está en una cama posquirúrgica está atendido por un anestesista, los de las zonas coronarias son cardiólogos. Y el manejo de los enfermos no es igual, aunque en momentos de crisis pueda ser utilizado”, explica un portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. “Para hacer cualquier evaluación del sistema sanitario chocamos con una información fundamental que está secuestrada, porque la Consejería la tiene al minuto. Es intolerable… pero cuanta menos información haya, menor capacidad de detectar lo que se está haciendo mal”, apuntala.