Ola de asesinatos de mujeres en Madrid: cinco víctimas en una semana y sólo un caso es violencia machista
Estos crímenes dejan, al menos, dos hijos huérfanos de madre. Los sucesos han ocurrido en la capital, Alcalá de Henares, Daganzo de Arriba y Móstoles.
4 julio, 2023 02:49Una oleada de crímenes contra mujeres sin precedentes recorre la Comunidad de Madrid. Cinco mujeres han muerto de forma violenta en menos de una semana en la región y, en contra de la tendencia habitual, solo un caso es violencia de género.
Esta sangrienta saga empezó la madrugada del pasado miércoles, cuando Lucas, un joven esquizofrénico de 24 años asesinó a su madre, Mariví, de ocho puñaladas. La mujer tenía 36 años. En el suceso también resultó herido Lorenzo, marido de la víctima y padre del presunto asesino. El hombre fue dado de alta el mismo día.
La Guardia Civil informó de que Lucas es esquizofrénico y se encontraba en "tratamiento médico". El joven consumió cannabis la noche del asesinato, lo que le pudo provocar un brote psicótico que culminó en este fatal desenlace.
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El joven también tenía antecedentes por dañar 40 vehículos del municipio hace un año, según informó la Benemérita. "Un día se le debió ir la cabeza y empezó a rayar coches con un punzón. Y otra vez, durante las fiestas, se puso a romper retrovisores", comentó un veterano hostelero del pueblo.
"No era el típico chaval que estaba con los amigos para arriba y para abajo. Pasaba mucho tiempo con su padre, se les veía arreglando el jardín y eso. Parecían muy familiares", explicó una vecina de la familia.
Lucas y su padre iban juntos al gimnasio del polideportivo que tenían cerca de casa. "Lorenzo y Lucas estaban muy unidos", declaró otra vecina consultada, que definió al padre como "un amor de persona". Lucas, en cambio, es todo lo contrario. "No se parece a su padre en eso".
El hijo fue detenido e ingresado en el pabellón de psiquiatría del hospital Gregorio Marañón de Madrid bajo vigilancia policial.
Crimen machista en Móstoles
El mismo miércoles, a las 19:30, llegó el segundo asesinato. Ocurrió en el número 7 de la calle Teruel, en Móstoles. Allí, Vanesa Marín fue asesinada a manos de Ángel, su expareja y padre de su hijo de ocho años.
Madrid Total visitó la escena del crimen al día siguiente y habló con el casero de la víctima, que fue testigo de lo ocurrido. La expareja inició una discusión "como la que puede tener cualquiera", explicó Guillermo, casero y amigo personal de Vanesa.
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El casero salió de su habitación para apaciguar los ánimos. "Cuando salí me vi con un cuchillo aquí", explicó mientras se señalaba la tripa. Ángel no dudó en amenazarle con un arma blanca por inmiscuirse en la riña. Guillermo le dio una patada en la boca del estómago al agresor y se encerró en su habitación. "Al ver que no iba a poder conmigo, se fue a por ella".
Ángel fue hacia su expareja y le propinó dos puñaladas: una en el tórax y otra en el cuello. Acto seguido huyó de la casa. Guillermo salió de su habitación, llamó al 112 y taponó las graves heridas de su amiga.
La Policía Municipal de Móstoles logró detener a Ángel. El hombre estaba huyendo, aparentemente tranquilo, caminando por la vía de servicio de la A-5, aún en el término municipal de Móstoles, en sentido Madrid.
Vanesa, por su parte, murió a primera hora de la tarde del jueves por las graves heridas que le provocó su expareja. Tenía 36 años y trabajaba como limpiadora en un colegio. Su hijo de ocho años permanece desde el suceso bajo la custodia de su abuela.
La mujer dormía con un cuchillo junto a la cama por miedo a Ángel. Recientemente, le había denunciado por amenazas. Pesaba sobre el asesino una orden de detención, aunque no tenía ninguna orden de alejamiento ni otra medida de protección.
Lunes negro
Este lunes ha sido una jornada negra en la región, con tres víctimas mortales en menos de 24 horas. El primero de los sucesos de este lunes -tercero de la semana- sucedió de madrugada, en torno a las 00:45 horas, cuando varias personas sin hogar que pernoctan bajo el puente de la calle Pedro Bosch de la capital tuvieron una fuerte discusión.
Se trataba de un matrimonio rumano y de otros dos hombres de la misma nacionalidad. Tras el fin de la riña, los segundos prendieron fuego al habitáculo que compartían.
Para poder apagar el fuego, los bomberos del Ayuntamiento tuvieron que acceder al lugar a través de un pequeño hueco en la pared lateral del puente. El incendio afectó a una zona llena de enseres y escombros.
La mujer, de 42 años, no pudo escapar de las llamas y murió. La Policía Nacional detuvo a los dos presuntos autores: uno de ellos estaba indocumentado y el otro tiene 36 años.
El cuarto asesinato de esta trágica semana ha tenido lugar en Alcalá de Henares. Allí, Mari Carmen, de 53 años, ha sido estrangulada hasta la muerte, presuntamente, a manos de su amante, un joven de 25 años.
El suceso tuvo lugar en el domicilio de la víctima, en la calle Batanes del municipio alcalaíno. Fue el presunto asesino quien llamó a los servicios de emergencias y aseguró que eran "amigos".
Varias personas del entorno de la víctima han asegurado a este periódico que víctima y presunto asesino mantenían relaciones esporádicas, a pesar de los 28 años de diferencia entre ambos. Entre ambos no existían denuncias previas y tampoco tenían antecedentes. Al no tratarse de una relación formal, no se contabiliza como caso de violencia machista.
El último suceso ocurrió alrededor de las 13:15 horas de este lunes. Concha, una mujer de 61 años fue apuñalada en el interior de la tienda de ropa que regentaba en la madrileña plaza de Tirso de Molina, en el distrito Centro de la capital.
A plena luz del día, un hombre ha asestado varias puñaladas -al menos una en el abdomen- a la mujer, dueña de la histórica tienda de uniformes de trabajo Vistebien, supuestamente tras entrar a robar en el establecimiento minutos antes de echar el cierre del mediodía.
Al cierre de esta edición, la Policía Nacional se centraba en localizar al autor de los hechos, que al salir de la tienda con su camisa a cuadros ensangrentada se cruzó con un comerciante del barrio de Lavapiés, según informó a EFE el propio testigo.
Agentes de la Policía Nacional que suelen controlar la plaza de Tirso de Molina por los habituales incidentes que se producen en ella fueron los primeros en socorrer a la víctima, que al poco tiempo entró en parada cardiorrespiratoria. Los sanitarios de Samur continuaron con las labores, pero, finalmente, tuvieron que confirmar su fallecimiento.
El Grupo VI de Homicidios se hizo cargo de la investigación y sus integrantes, junto con los de la Policía Científica, se desplazaron a la escena del crimen para recabar pruebas que puedan conducirles al esclarecimiento de lo ocurrido, entre ellas las grabaciones de las cámaras de videovigilancia con las que contaba el negocio.