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El vecino de Moralzarzal que busca coronar con 86 años un ochomil: "La cumbre no es el final de las montañas, es volver"

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Con 86 años y toda una vida escalando desde su primer ascenso en la sierra madrileña a los 14 años, Carlos Soria, vecino de Moralzarzal, vivirá un nuevo desafío: volver al Manaslu, la octava montaña más alta del planeta, ubicada en el Himalaya.

Este ambicioso proyecto, apoyado por la Comunidad de Madrid, buscará conmemorar a principios de marzo los 50 años desde la primera expedición española que alcanzó la cima del Manaslu, donde Soria participó como joven alpinista.

Ahora, medio siglo después, este legendario deportista vuelve a la misma montaña que conquistó en 2010 sin oxígeno, decidido a lograrlo nuevamente con la misma ilusión que le ha acompañado toda la vida. Mantiene ese entusiasmo que le ha llevado a ser la persona más veterana de la historia en ascender a un total de 12 ochomiles, de los 14 que hay en total.

Expedicionarios españoles en el Manaslu en 1975.

Expedicionarios españoles en el Manaslu en 1975. Cedida

Soria declara a Madrid Total sobre su próxima expedición que le "apetece muchísimo". Aunque ha contado con un apoyo económico de la Comunidad de Madrid el alpinista, que sigue buscando patrocinador, ve en esta oportunidad algo mucho más trascendental. Se trata de un homenaje. Tanto a este 50 aniversario de aquella expedición como a sus décadas de pasión por las montañas.

"Me sobra veteranía", afirma, dejando claro que lo importante para él no es su avanzada edad, sino el espíritu incansable que mantiene intacto desde su primera experiencia en la sierra de Guadarrama a los 14 años.

Aventuras por el mundo

Esa afición temprana lo llevó a vivir aventuras dignas de película, como cuando, con 21 años, emprendió un viaje en Vespa junto a un amigo hasta los Alpes para iniciarse en las escaladas de gran dificultad.

En los años que siguieron, Soria formó parte de las primeras expediciones españolas a montañas icónicas como el Denali en Alaska y el Elbrús en Rusia, hasta que en 1973 llegó al Himalaya, convirtiéndose en testigo de la primera cumbre de más de 8.000 metros lograda por alpinistas españoles.

Salir de una España que describe como "absolutamente gris" para superar alcanzar horizontes tan lejanos, además de "haber conocido tantos lugares", es para él su logro más significativo, reflexiona.

En esta ocasión le acompañará en la expedición la joven escaladora Belén Rodríguez, quien intentará batir el récord femenino de velocidad desde el campo base a la cumbre. Él recuerda que escalaron juntos el pico Lenin y afirma que ella es "una deportista increíble".

Más que una cumbre

El Manaslu no es un reto nuevo para Carlos Soria. Será la quinta ocasión en la que trate de coronar esta montaña. En las anteriores ha dejado una parte de sí en el camino, sobre todo en la aldea de Sama, un lugar al que guarda un especial cariño.

"El Manaslu es mucho más que una montaña", asegura, recordando cómo en su primer intento en los años setenta se empleó a fondo en labores técnicas y quedó a 7.000 metros. Desde entonces, esta montaña se ha convertido en una especie de símbolo de sus retos personales.

En cuanto a la preparación, Carlos se muestra orgulloso de su capacidad para adaptarse a ciertas limitaciones, sobre todo tras la implantación de una prótesis en su rodilla en 2018. Sin embargo, afirma con determinación que su entrenamiento no difiere mucho del de hace años: "La preparación es la preparación", y aunque admite que llevar una prótesis le obliga a compensar el peso en la nieve profunda, se muestra confiado en que alcanzará su objetivo.

De los dos ochomiles que le quedan a Soria, uno es quizás el mayor reto al que se ha enfrentado. Intentó coronar el Dhaulagiri, la séptima montaña más alta del mundo, ubicada en Nepal, y alcanzó los 8.050 metros antes de que la niebla lo obligara a dar la vuelta. Su último intento, hace poco más de un año, terminó en un accidente a 7.700 metros, del que, asegura, ya se ha recuperado completamente.

Soria también subrayó la importancia del apoyo institucional al alpinismo en la Comunidad de Madrid, cuyo respaldo le ha permitido abordar este proyecto. Con 19.500 licencias y 154 clubes en la Federación Madrileña de Montañismo, la región se ha consolidado como un núcleo de formación y desarrollo de jóvenes montañistas. "En Madrid el alpinismo ha evolucionado, y ahora hay una juventud maravillosa", comenta Soria, quien considera fundamental este impulso para las nuevas generaciones.

A los jóvenes que se inician en el mundo de la montaña, Soria les ofrece un consejo valioso: "Que tengan la cabeza en su sitio, que el final de las montañas no está en la cumbre sino en volver". En sus 70 años de trayectoria, Soria apenas ha sufrido incidentes graves.

Con sus palabras llenas de sabiduría y su energía incombustible, Carlos Soria sigue siendo un referente para la Comunidad de Madrid y para todos aquellos que ven en las montañas una fuente de inspiración y superación personal.