
Vista aérea del Paseo de la Castellana, en Madrid. Pixabay
El barrio de Madrid que creció gracias a los marines de EEUU: "Trajeron el jazz y las hamburgueserías a la capital"
El edificio Corea fue el germen de un lugar histórico de la capital que a día de hoy vive días más tranquilos.
Más información. Este es el edificio más antiguo de la ciudad de Madrid: data del siglo XIII y está sobre una villa romana
Hubo un tiempo en el que Madrid tenía su propia costa sin necesidad de playa. La llamaban Costa Fleming y se convirtió en un rincón que durante los años 60 y 70 se convirtió en un foco en el que la vida nocturna y el ocio más desenfadado se daban la mano con un toque del llamado "sueño americano" en plena capital.
En torno a la calle Doctor Fleming, este barrio se llenó de marines estadounidenses, locales cosmopolitas y nuevas costumbres, como Halloween, que contrastaban con la tradición madrileña.
Jorge Galaso, responsable de la asociación Costa Fleming, que se dedica a dinamizar, proteger y poner en valor el barrio, relata a Madrid Total la historia de este espacio único en Madrid. Según él, la identidad del barrio se forjó entre anécdotas y mitos transmitidos de generación en generación, confundiéndose leyenda y realidad.
El origen del apodo: una broma
La versión oficial para el alias de este lugar, según cuenta Galaso, es que el periodista Raúl del Pozo acuñó el nombre de forma chistosa. Al ser preguntado en 1968 sobre dónde veraneaba, respondió: —"Yo, en la Costa Fleming". Esta respuesta, en tono de broma y comparando la zona con la famosa Costa del Sol, acabó inmortalizando el apodo.
Una anécdota refuerza esta historia dándole un giro: hace pocos días estaba repartiendo la revista local que publican cuando se encontró a un extrabajador del Ministerio de Turismo que afirmó haber trabajado en el equipo que, precisamente dio nombre a la Costa del Sol. En una conversación con Raúl del Pozo, "de cañas por el barrio", hizo esa alusión a la Costa Fleming y el periodista lo acabó usando en un artículo.
El edificio Corea
"Todo esto viene de la historia del edificio Corea y los marinos americanos", afirma Galaso, para hablar del origen de la transformación de Costa Fleming. El recinto, erigido entre 1951 y 1954, en el que hoy se halla el centro comercial Castellana 200 (y pasará a ser este año Nuga Castellana), se construyó en plena Guerra de Corea, lo que motivó que se le pusiera ese nombre.
Inicialmente, acogió a cientos de militares estadounidenses (cabían 600 familias) destinados a la base de Torrejón de Ardoz. No era, sin embargo, un bloque de viviendas común. El edificio ofrecía servicios de conserjería 24 horas, restaurante y cabinas telefónicas. Contaba con gimnasio, piscina, una iglesia de confesiones diversas y hasta un mercado que ofrecía productos insólitos en la España de la época.

Centro comercial Castellana 200.
En aquel pequeño economato se podían encontrar "las primeras neveras" de la ciudad. Y más. Desde "una planta artificial hasta un arma de fuego". También, productos importados como pepinillos en vinagre, kétchup o mazorcas traídas directamente de Wisconsin.
Antes de la llegada de los "yanquis", la zona que rodea la calle Doctor Fleming era apenas un terreno de pastos y casas de labranza. La incorporación de los marines y otros militares no solo trajo nuevos productos y costumbres –como el consumo de batidos, la celebración del 4 de julio o la práctica del béisbol–, sino que transformó la fisonomía del barrio, atrayendo a negocios que supieron aprovechar el poder adquisitivo de los visitantes con dólares en el bolsillo.
En aquellos años los soldados, en época de paz, "se daban al whisky y en este caso a la prostitución". Eso produjo habladurías sobre azafatas suecas por las calles "pero eso no era verdad": "Todo ocurría de puertas para adentro".
Los madrileños, "venían de una posguerra" y empezaban a ver "marines americanos con Cadillacs, gente despreocupada y otras formas de vida". Se creó la idea de un "paraíso en la tierra", que no era del todo cierta.
Entre luces, música y leyendas urbanas
Durante sus décadas doradas, Costa Fleming se convirtió en el punto de encuentro de farándula, empresarios, toreros y políticos. La zona se impregnaba de jazz en vivo, el aroma del tabaco americano, y nuevos hábitos, como la celebración de Halloween, que contrastaban con la tradición madrileña. Bares, discotecas y restaurantes daban vida a sus noches.
Entre las historias más populares que se cuentan del barrio destaca la supuesta visita de figuras como 'The Rolling Stones'. Galaso asegura que, efectivamente, Bill Wyman –el primer bajista de la banda británica– estuvo allí y celebró una fiesta con Camilo Sesto en Doctor Fleming 44.
Sobre la presencia de todos los integrantes de la banda, el responsable de la asociación admite sus reservas, aunque confirma que en el pub "El León Rojo", prometen que sí. El bar al que se refiere, fundado en 1966, es otro lugar destacado. Fue el primer pub de estilo británico en la ciudad y, según cuentan, en sus veladas se reunían actores, músicos y otras personalidades.
Del mismo modo, en 1967 se inauguró en la zona la primera hamburguesería de Madrid, Knight’n Squire, que aún mantiene la esencia de aquella época. Junto a ella, sobreviven la sastrería de Mariano Arroyo Langa –que vistió a estrellas de Hollywood– y la peluquería donde los marines se cortaban el pelo al estilo americano.
El barrio hoy: tradición y armonía
El "ámbito de influencia" de este lugar, que abarca la Plaza de Castilla, el Paseo de la Castellana y la calle Padre Damián, dentro del Distrito de Chamartín, "llega hasta el Bernabéu".
Galaso se refiere al estadio y cómo sus obras y actividades afectan a los que están a su alrededor: "El supermercado ha sufrido muchísimo por el corte de las calles, porque no podía pasar el reparto". Menciona una reciente reunión con vecinos de la calle Rafael Salgado, donde se puso de manifiesto que "las obras están muy mal realizadas". Tuvieron como resultado que una calle que antes tenía dos sentidos de circulación pasó a tener solo uno, reduciendo de 150 a 28 las plazas de aparcamiento.

Infografía del barrio Cedida por la asociación Costa Fleming.
A su parecer esa zona "está un poco impregnada" de un estilo de vida en el que los "vecinos se conocen entre ellos y pequeños comercios". Algo que, según asegura, les distingue de barrios colindantes es que es "permeable".
"No pasa con lo mismo con la Castellana. Vecinos de Tetuán rara vez pasan a la Castellana y viceversa". A través Alberto Alcocer (que separa Nueva España e Hispanoamérica) sí hay ese tránsito. "Parece el mismo barrio, aunque son dos diferentes dentro de Chamartín", asevera.
En cuanto a la imagen del barrio y lo que se cuenta de él y su pasado, Galaso habla de una mezcla de leyenda y realidad. Señala que "lo que se cuenta del barrio es 75% ficción 25% real", lo que, a su parecer, dota al lugar de un aire de "realismo mágico". Menciona que durante la época del destape, "salió un libro de Madrid, Costa Fleming y una película de Verónica Forque".
A día de hoy, Galaso lo tiene claro. Se trata, simplemente de "un barrio con un equilibrio entre lo comercial y lo residencial muy bueno". "Y muy extraño en Madrid".