Este es el significado detrás del color rojo de las fachadas de las tabernas más míticas de Madrid
El color rojo de las fachadas de las tabernas más antiguas y conocidas de Madrid no es simplemente una elección estética.
26 abril, 2024 16:11Madrid es una ciudad perfecta para poder disfrutar de la más amplia gastronomía, puesto que en ella podemos encontrar propuestas para todos los gustos, desde quienes buscan las ofertas más innovadoras de la cocina hasta quienes prefieren recurrir a una cocina más clásica, donde conviene conocer las que son las mejores tabernas madrileñas, que, además, en la mayoría de los casos tienen la fachada y las puertas de color rojo.
La peculiaridad de las fachadas de color rojo vino de muchas tabernas antiguas en Madrid se debe a una historia fascinante y un tanto pintoresca, revelada por la cuenta de Instagram Madrid para llevar (@madridparallevar), gestionada por Dan L. Weasel.
Según una leyenda del siglo XVII, en aquella época, Madrid contaba con más de 300 tabernas, pero apenas una librería, reflejando un bajo índice de alfabetización entre los madrileños. El vino era una bebida muy popular y, para comunicar a los clientes analfabetos que en esos lugares se servía vino, los taberneros optaron por pintar las fachadas de sus locales de rojo vino tinto.
Ver esta publicación en Instagram
Esta estrategia no solo era práctica sino también sumamente efectiva. El color vibrante y característico servía como un atractivo visual que llamaba la atención de los transeúntes, indicándoles que allí podrían saciar su sed con vino.
Así, el color rojo vino se convirtió en un símbolo reconocible para aquellos que buscaban un lugar donde disfrutar de un buen vino, funcionando como una especie de señalización temprana y culturalmente enraizada en la vida de la capital española. Esta historia refleja cómo el ingenio popular y las costumbres sociales pueden influir en la estética y función de los espacios urbanos a lo largo del tiempo.
Los bares con más historia de Madrid
La ciudad de Madrid está repleta de bares que tienen mucha historia detrás, por lo que tanto si resides en la capital como si estás de visita, deberías visitarlos al menos una vez. Algunos de ellos son los siguientes:
Casa Alberto
Inaugurada en el año 1827, es toda una institución en Madrid, llamando la atención desde el primer momento tanto por su decoración como por el hecho de poder disfrutar de la cocina madrileña más tradicional.
Por este motivo, no es de extrañar que sea la opción elegida por personajes de todo el mundo, incluso por famosos, para poder disfrutar de exquisitas elaboraciones. Sin lugar a dudas, un establecimiento repleto de historia que deberías visitar.
Casa Botín
Casa Botín es uno de los bares más emblemáticos de toda España, figurando en el Libro Guinness de los Récords como el restaurante más antiguo del mundo. Aunque hay quienes aseguran que hay algunas tabernas con más años e historia, en este caso nos encontramos ante una que es reconocida en todo el mundo y que se inauguró en 1725.
Primero nació como taberna, para luego pasar a ser una combinación de bar con lugar de tapas y restaurante, lo que ofrece la posibilidad de disfrutar exquisitos platos y corderos asados, caseros y llenos de sabor, siempre siguiendo las recetas más antiguas de Castilla.
Taberna Antonio Sánchez
Esta taberna, cuya fecha de inauguración no es conocida con exactitud (aunque se estima que fue antes de 1787) ha sido punto de encuentro de importantes personalidades como toreros y artistas y un lugar repleto de historia en el que es posible disfrutar de vermuts, vino y tapas con todo el sabor de la cocina madrileña y española.
No puedes dejar de probar sus conocidas y sabrosas croquetas caseras de cocido madrileño, que no dejan indiferente a nadie, todo ello dentro de un local en el que el ambiente logra engatusar a todo comensal.
Taberna Ángel Sierra
La Taberna de Ángel Sierra, que destaca por su imponente fachada de madera, ha superado el siglo de vida y es ampliamente reconocida por su decoración espectacular, donde se pueden encontrar botellas con muchos años de historia, grifos de vermú y sus antiguos barriles. De hecho, su vermú de grifo es considerado el mejor de Madrid.
Junto a él se puede disfrutar de un buen aperitivo típico de la capital, con canapés, berenjenas de Almagro, aceitunas…, así como de distintos canapés, tapas y montaditos. En su techo se pueden observar frescos que tienen una gran antigüedad y que permiten dar un repaso a la historia que ha pasado por ellos.
Taberna Bodegas Ricla
Inaugurada en el año 1867, recibe su nombre de Ricla por el pueblo de Aragón del que eran naturales sus fundadores. Desde entonces el paso del tiempo ha escrito su historia, manteniendo la decoración de tiempos pasados y ofreciendo a sus clientes todo tipo de bebidas como cervezas, vermut de grifo y los mejores vinos.
Destaca a simple vista por su emblemática fachada verde, así como por su barra de estaño dotada de grifos de latón. La decoración la completan tinajas, barriles y azulejos, pero también las pizarras repletas de tapas y raciones. Entre sus platos más populares se encuentran los cocidos, el canapé de bacalao o sus famosos callos.
Taberna La Carmencita
Taberna La Carmencita es la segunda taberna más antigua de la capital de España, la cual abrió sus puertas en el año 1854 y consigue reflejar el paso de la historia a través de una decoración definida, de antaño, pero renovada, y que destaca especialmente por sus baldosas y mosaicos que llevan décadas presentes para ser disfrutadas por sus consumidores.
Más allá de la estética del local, conviene probar sus platos para disfrutar de la mejor cocina tradicional, además del clásico vermut durante los domingos.
Café Comercial
Por último, hay que mencionar a este bar que cuenta con 130 años de historia, donde se pueden encontrar dos cartas diferenciadas, la del restaurante y la de la barra, pero siempre manteniendo las raíces madrileñas y la cocina de Mercado.
Es un local de referencia para artistas y escritores de todas las décadas, y destaca especialmente su amplio horario, ya que se puede ir a desayunar, comer y cenar.