Si antes de leer este artículo le preguntaran de qué nacionalidad son los responsables de introducir el narcoterrorismo en la Costa del Sol es probable que uno de los últimos países que señalarían sería Suecia, pero las apariencias engañan.

El país nórdico es el lugar de Europa donde más jóvenes acaban muertos a tiros si nos basamos en la tasa por habitante en la que suceden esos hechos. Entre 750 y 800 homicidios siguen sin resolverse en Suecia por el aumento de estos delitos, la policía de Estocolmo advirtió hace 2 semanas que con los 13 asesinatos que han sucedido en el presente año en la capital sueca no tienen medios para investigarlos a todos.

En 2021 ocurrieron 344 tiroteos en Suecia y se detonaron 79 bombas en la que su responsable fue el crimen organizado. Murieron a tiros 45 personas, guarismos que en Europa son preocupantes pero que no lo serían tanto si las comparamos con otros lugares de la Tierra.

Este año las cifras recogidas por la policía sueca hasta el 15 de mayo se resumen en 145 tiroteos, 26 muertos a tiros y 39 atentados con bomba. Si contáramos también los intentos de utilización de explosivos que han abortado las autoridades suecas ascendería la cifra a 92.

La mafia sueca no duda lo más mínimo en el uso de artefactos caseros y se ha especializado en ello. Suecia es el único Estado de Europa donde los enfrentamientos a tiros han aumentado desde el año 2000, y eso es debido a su problema para controlar estas pandillas que están traficando con droga desde lo suburbios de sus principales ciudades.

El jefe de policía de Sörmland Kristoffer Bohman declaró el mes pasado que la policía ha perdido el control de Eskilstuna, un pueblo de 60.000 habitantes a 100 kilómetros al oeste de Estocolmo en el que se han producido este año 16 tiroteos que se hayan conocido parte por la policía. Menores que pertenecen a una pandilla esconden armas automáticas en zonas públicas como parques y muchos van armados mientras conducen un patinete, parece de ciencia ficción pero es la realidad.

Y advertía que el Estado podría perder el control de otros lugares, en referencia a los conflictos que están sucediendo alrededor de Estocolmo en Skarpnäck, Södertälje, Fisksätra, Norsborg y Rinkeby.  Estas afirmaciones pueden sorprender de un país como Suecia, pero no son exageradas. Este fenómeno de muestras públicas de violencia sólo lo puede igualar actualmente en Europa la Mocromaffia en los Países Bajos porque las Mafias italianas se están cuidando mucho de mostrar su conocida ferocidad.

Los sicarios que aterrizaron a la Costa del Sol en 2018 con la misión de cometer dos atentados con artefactos explosivos y varios asesinatos eran originarios de Malmo (Suecia), la ciudad conectada por el puente Øresund a Copenhague (Dinamarca). Pertenecían a una organización dirigida por una persona de origen iraní que aglutinaba a otras de los suburbios de esa ciudad que hasta hace 4 años era el centro del crimen organizado sueco, ahora lo es Estocolmo.

Las autoridades suecas se tomaron en serio el problema de la criminalidad organizada en esa localidad, y se ha reducido bastante su operatividad con planes sociales específicos para que los jóvenes no se introduzcan en estos clanes que trafican con drogas desde muy temprana edad.



En la pasada Semana Santa tras unos disturbios gravísimos en localidades en las que un político de extrema derecha quemó el Corán. El crimen organizado aprovechó la situación para atacar directamente a la policía.  Como afirman las autoridades, fueron heridos más de 100 agentes y se quemaron varios vehículos policiales.

Las mafias intentaron marcan su terreno y la primera ministra de Suecia tuvo que intervenir para culpar de estos hechos tan lamentables al crimen organizado, al islamismo radical y a la extrema derecha.

Magdalena Andersson aprovechó para anunciar un plan de su gobierno contra las pandillas en toda Suecia tras declarar "Se ha permitido que la segregación llegue tan lejos, que tenemos sociedades paralelas en Suecia. Vivimos en el mismo país, pero en realidades completamente diferentes". Declaraciones casi inauditas por parte de una política socialdemócrata sueca. El crimen organizado a lo largo de la historia ha demostrado que allá donde hay menos presencia de un Estado, se ha hecho con el control del territorio y Suecia no iba a ser menos.

Estos anuncios de planes nacionales contra las pandillas no impiden aún que sigan ocurriendo hechos gravísimos, como uno sucedido en mayo de 2021 cuando una niña de 16 años lideró un comando que atentó con una bomba en un restaurante de Malmo. Que una niña de tan corta edad esté en contacto con explosivos para cometer un atentado en Europa con el fin de ajustar cuentas con una organización criminal, o para solicitar un pago de una extorsión puede aclarar porqué 3 sicarios suecos han sido condenados a 34 años de cárcel por cometer atentados en Benahavís y en San Pedro de Alcántara.

Las bandas suecas de padres iraquíes, somalíes, turcos, afganos, bosnios o iraníes se han ganado el respeto dentro del mundo del crimen organizado internacional. El hampa sueco lo lideraba antes las bandas de moteros, que siguen siendo importantes e incluso tienen enfrentamientos contra estas pandillas, pero están en un escalón por debajo de las redes de los suburbios.

Por todo ello una de las organizaciones criminales más importantes de Europa, la Mocromaffia, contactó con la banda dirigida por Amir Mekky. Mediando con el Clan del Golfo colombiano, encargaron a esta pandilla de chicos de la idílica Malmo al menos dos asesinatos y otros dos atentados en la Costa del Sol. Nos centraremos en los atentados que ya han sido juzgados por la Audiencia Provincial de Málaga, los asesinatos se juzgarán en principio el próximo septiembre.



Si unas organizaciones criminales tan poderosas como son la Mocromaffia holandesa y el Clan del Golfo de Colombia confían sus ajustes de cuentas en España a otra organización es porque se les ofrece la máxima fiabilidad y es una virtud que entienden que tienen estas pandillas criadas en barrios de Malmo, Estocolmo o Göteborg.

Cometer estos hechos tan graves en nuestro país supone mucha preparación y planificación porque la probabilidad de acabar en la cárcel tras cometerlos es bastante alta. También de aumentar su prestigio dentro de la criminalidad organizada mundial, no es lo mismo asesinar en Marbella que en otro lugar. Y las personas que manejan estos capitales saben qué tienen entre manos porque por cada asesinato o atentado pueden cobrar de 40.000€ a 60.000€, y un error en estas acciones les supone la cárcel o la muerte.





El 9 de octubre de 2018 fue la fecha límite impuesta por la organización criminal que había contratado a los suecos para que un empresario marroquí con antecedentes policiales y afincado en Benahavís saldara su deuda con ellos. Esta persona ya estaba advertida con el siguiente mensaje "117 + deuda 30 + 60 + intereses 9 de octubre” que alguien que no está identificado colocó en el cartel de la calle donde reside.

Cuando recibieron vía libre para actuar, Ahmad Abdul Karim, Rami El Mohamad y Preparim Vejseli se dispusieron a colocar un explosivo en la vivienda en Benahavís y en un taller también propiedad de esta persona en San Pedro de Alcántara. Habían estudiado los movimientos de esta persona y decidieron que era la mejor forma de actuar.

En Suecia la gran mayoría de atentados que se cometen entre la criminalidad organizada tienen la intención simplemente de intimidar, y es extraño que se les condene por algún tipo de homicidio. Pero en este caso particular, la Audiencia Provincial de Málaga entiende que los explosivos empleados en la vivienda de Benahavís buscaban asesinar a toda la familia del empresario marroquí ya que fue una potente explosión que provocó numerosos daños incluso en viviendas colindantes.

En la casa del objetivo convivían su mujer, dos niños pequeños y tres perros que murieron en el ataque perpetrado esa noche. El Tribunal entiende que la familia se salvó aquella noche porque la explosión sucedió mientras se encontraban en la planta superior del hogar. Los sicarios suecos han sido condenados cada uno por: 4 tentativas de asesinato, por un delito de maltrato animal, daños, organización criminal, falsedad documental y tenencia de explosivos. El destino de la otra sección de la organización de sicarios de Malmo se decidirá en septiembre, pero de ellos hablaremos en otra ocasión.



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