Sérgio Roberto de Carvalho, expolicía militar brasileño del Estado Mato Grosso do Sul y considerado como el principal narcotraficante de su país, ha vuelto a ser detenido. Esta vez la policía no ha tenido que hacer encaje de bolillos porque estaba en su celda de la prisión de Budapest (Hungría) en la que se encuentra desde el pasado junio.
A Carvalho se lo sortean autoridades de varios países para juzgarlo. En España la Audiencia Provincial de Pontevedra pretende hacerlo por el alijo de 1.700 kilos de cocaína del buque Titán III. Esta semana “El Mayor Carvalho” estaba citado para declarar en el juzgado de instrucción de Marbella que investiga cómo fingió su muerte por coronavirus en 2020 en la misma localidad malagueña, pero finalmente será oído en abril.
También deberán ofrecer sus explicaciones otras 6 personas que supuestamente ayudaron a Carvalho a “matar” a su identidad falsa ya que se firmó un certificado de defunción. Esas personas son un colaborador directo de él, un médico de cirugía estética y empleados de una funeraria. En España se hizo pasar por el ciudadano de Surinam Paul Wouter, curiosamente un país que roza ser un narcoestado.
Carvalho ya estaba acusado de hacer llegar a Europa 45 toneladas por la operación “Enterprise” de Interpol en la que le incautaron al menos 100 millones de euros en bienes. Interpol cree que coordinaba envíos de cocaína en rutas marítimas y aéreas desde Brasil a Alemania, Bélgica, España, Italia y Francia. Uno de los alijos de los que es sospechoso involucró a un español que estaba en fase terminal de un cáncer.
Ahora a Sergio Roberto de Carvalho le han desarticulado otra organización que estableció rutas marítimas desde los puertos del estado brasileño de Espíritu Santo hacia Europa. Desde 2021 la Policía Federal brasileña comenzó a investigar esta rama que colabora con Carvalho tras la incautación de un alijo de cocaína de 350 kilos que tenía como destino el puerto francés de Le Havre y que se escondía entre losas de granito.
Esa ruta era nueva, ya que el Mayor Carvalho solía enviar droga desde los puertos de Santos y de Paranaguá. Desde prisión seguía coordinando parte de su organización criminal, pero hay otra preocupación mayor en el seno de Interpol.
Sergio Roberto de Carvalho pretende fugarse como ya lo hizo en España, y según el medio de comunicación portugués Visão, lleva tiempo ofreciendo una cantidad de dinero elevada a cualquier organización que le ayude a escaparse de nuevo. Hay temor en Europol que lo consiga a través de una visita a un centro hospitalario de Hungría ya que su salud se ha resentido desde que está encarcelado.
Para ello sus asesores legales están intentando conseguir un permiso para la citada revisión médica, y parte de su organización criminal está tanteando a agentes húngaros para corromperlos y facilitar su huida.
La semana pasada sucedió una fuga en Suecia como la que plantea Sergio Roberto de Carvalho. Fue liberado en Norrköping (Suecia) uno de los narcos más relevantes del entorno criminal sueco. Se trata de Milad Safi, de 20 años, que pertenece a la banda motera de los Satudarah y que está condenado a 10 años de cárcel por intento de asesinato.
Safi forzó una cita en el hospital Vrinnevisjukhuset y la organización criminal que lidera no permitió ni que pisara el centro hospitalario. Dos vehículos siguieron el coche policial que transportaba al reo y conforme llegó a su destino al menos dos hombres con armas largas lo interceptaron en la puerta del hospital para llevarlo a un lugar desconocido para las autoridades suecas.
Estas fugas desde hospitales son recurrentes en el crimen organizado. En España ocurrió con Samuel Crespo. Es un miembro de los Castañas que fue liberado por al menos 20 personas que tras enterarse que estaba siendo tratado en el hospital de la Línea de la Concepción fueron hacia allí para arrebatarlo de las manos de los policías que lo custodiaban. En Francia ha ocurrido al menos en un par de ocasiones en los últimos casos similares con narcos de una cierta entidad.
En cuanto a Carvalho, puede ser una gran opción para él la de una fuga definitiva porque se enfrenta a cargos en Brasil, EEUU, España y Bélgica, y eso le supondrá muchos años de cárcel que no está dispuesto a asumir. En la fuga de 2020 utilizó aviones privados desde Lisboa para acabar en Kiev y luego marcharse a Dubai.
Fue detenido en Hungría tras ser detectado por la DEA con un pasaporte mexicano y por el tesón del periodista portugués Victor Marques que le lleva siguiendo sus movimientos desde hace lustros. Si consigue fugarse de nuevo, es probable que nunca se le vuelva a ver el pelo. En Marbella vivió a cuerpo de rey con una identidad falsa, pero tiene decenas de ellas preparadas si tiene una segunda oportunidad.