Profesores asociados de Málaga se plantan por la nueva ley de Universidades: "Es el camino hacia la privada"
Llevan en huelga desde el 31 de enero; como gesto de protesta, la profesora de arquitectura García Bujalance ha dado la clase en las escaleras del Rectorado.
15 marzo, 2023 05:00Noticias relacionadas
Estos días, es habitual toparse con tribus de jóvenes que deambulan por las calles de Málaga buscando famosos con los que fotografiarse. Es lo que tiene el festival de cine, que resucita las almas de los grupis que han hibernado durante los meses del frío. Sobre las 17:45 de la tarde del martes, un grupo de chicos y chicas camina por el paseo del Parque con sus mochilas a la espalda; van camino del Rectorado, pero en este caso no buscan a ningún actor conocido haciendo promoción de su película, sino a la profesora de la facultad de Arquitectura Susana García Bujalance, que tiene previsto dar la clase en las escaleras de este edificio.
Ella es una de los 350 docentes que conforman el colectivo de profesores asociados de la Universidad de Málaga y por tanto, una de las damnificadas por la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). Desde el pasado 31 de enero, García Bujalance y otros cerca de 90 docentes de la entidad se encuentran en huelga intermitente (solo lunes y viernes se dan servicios mínimos) e indefinida por esta nueva forma jurídica.
Con la LOSU, que viene a sustituir a la Ley Orgánica de Universidades (LOU) de 2001, está previsto que las plazas de este sector se saquen en nuevo concurso de méritos, algo que, según cuenta, les pueda dejar fuera de la academia antes de la fecha límite establecida para el 31 de diciembre de 2024: “Se trata de plazas que ya habían ganado como profesores asociados con anterioridad, y por las que tendrán que volver a presentarse”, explican en un comunicado.
El quid de la cuestión reside en las características que presenta la figura del asociado: “Tenemos nuestro trabajo fuera y esto es algo más vocacional”, explica García Bujalance en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga. El hecho de que se encuentren “menos atados” a la jerarquía de las Universidades también les ha afectado negativamente: “Nosotros cobramos solo por la docencia, pero muchas veces realizan labores de investigación que no se pagan”, apunta.
La facultad de Arquitectura se puso en marcha en el año 2005: “Todos éramos asociados y tuvimos que hacer de todo; desde las clases hasta llevar las sillas de un aula a otra”. Ahora, lamenta que no se reconozca el trabajo realizado a lo largo de este tiempo. Una labor que se ve enriquecida por la experiencia en el sector extraacadémico. Así, resalta que hay ciertas nociones de su campo que únicamente se pueden aprender fuera de las aulas.
Este martes arranca la asignatura Urbanismo V. El objetivo final es que los alumnos hagan un plan de ordenación municipal, en este caso del núcleo urbano de Salobreña. En el planeamiento, parte troncal de la materia, resulta fundamental aplicar los conocimientos aprendidos en “la calle”: “Por mucho que investigues… Si no estás ahí, peleándote con el alcalde, los promotores y los organismos sectoriales, no se lo puedes enseñar a la gente”.
Agustín Wallace es el portavoz de la asociación de profesores asociados. Preguntado sobre la hoja de ruta a seguir a partir de ahora, explica que la situación pasa por la legislación que apliquen las autonomías: “Vamos a tener 17 leyes”, cada una, además, con sus reinos de taifas, que son las universidades.
“Se ha hecho una ley para toda la Universidad española sin contar la Universidad española, que es a la que le afecta. Este es el camino hacia la privada; si quieres quitar a los asociados y no recuperar esas horas, tienes que reducir el número de plazas”, añade García Bujalance. “Es el plan perfecto; echo a profesores y reduzco el ratio de alumnos”, subraya Wallace.
En concreto, están demandando la modificación de la LOSU, ya que tal y como está redactada actualmente, podría acabar con su puesto de trabajo. Además, quieren conseguir el carácter indefinido de sus contratos sin tener que pasar por un nuevo concurso, algo que se ganó en el pasado. Reclaman que se les conserven las mismas condiciones y dedicaciones docentes sin reducciones, y que se reconozcan las horas de trabajo, las horas de clase, la preparación, los Trabajos Fin de Grado y otras tareas derivadas.
Otras de sus reivindicaciones son el derecho al cobro de quinquenios y sexenios, la promoción a las categorías a las que se estén acreditados, y el derecho a participar en proyectos de investigación.
Tras atender a los medios de comunicación, una docena de alumnos se fotografían con la profesora García Bujalance, como si fuera una de las actrices que cada día pasean por la alfombra roja. Es la forma que tienen de solidarizarse con su causa. Tras la procesión de selfis, varios de ellos se sientan en las escalinatas y comienza la clase, esta vez sin PowerPoint ni recursos visuales.