Esta semana ha sido detectado en España un nuevo semisumergible que ha realizado un viaje transatlántico cargado de cocaína. Es una travesía con muchos riesgos para la tripulación, pero con unos beneficios millonarios para las organizaciones criminales.
El narcosubmarino encontrado en el interior de la ría de Arousa fue abandonado tras realizar una descarga de droga de varias toneladas, ya que el aparato tiene la capacidad de transportar al menos 5.000 kilos de cocaína.
Este hallazgo vuelve a confirmar que la ruta Atlántica para desembarcar cocaína en Galicia usando de enlace a históricos clanes de narcos gallegos sigue operativa. En 2019 fue la primera vez en la historia que un semisumergible de estas características era localizado en Europa transportando cocaína desde Sudamérica (esa vez su viaje comenzó desde Brasil y llevaba consigo 3.000 kilos de polvo blanco), y es más que probable que veamos pronto estos aparatos en el Mediterráneo, en el Golfo de Vizcaya o en el Canal de la Mancha porque cada vez tienen más autonomía en sus viajes.
Aquella embarcación de 2019 consiguió un hito náutico, ilegal, pero al final un hito. Fue descubierta en la ría de Aldán (Pontevedra) después de que los narcos que la pilotaban la hundiesen tras no poder alijar como querían, ya que las narcolanchas que debían recoger la droga en alta mar no salieron en su búsqueda. La de 2023 ha sido incautada de casualidad ya que los traficantes la hundieron en aguas de no más de 7 metros de profundidad dejando al descubierto la proa de la embarcación, que fue vista por un marinero y tras ello avisó a las autoridades voz.
La embarcación hallada esta semana frente al puerto de Vilaxoán (Pontevedra) está directamente relacionada con 2 narcolanchas que fueron abandonadas por un grupo criminal la madrugada del 22 de febrero en la playa de O Rial y en el arenal de O Espiñeirido (A Coruña).
Esas lanchas tuvieron el encargo de llevar a tierra la droga que transportaba el semisumergible. En estos viajes los narcosubmarinos se acercan a un punto de coordenadas establecido entre los grupos de contrabandistas para que la droga llegue a tierra.
Allí, en mitad del Atlántico realizan el traspaso de una embarcación a otra. Luego en muchas ocasiones estos narcosubmarinos son hundidos a propósito, ya que los ingenieros que diseñan estas embarcaciones crean un sistema para que sea posible realizarlo si la organización criminal cree conveniente eliminar esta prueba. Es lo más sencillo para las mafias internacionales, ya que un trayecto Atlántico de retorno tras entregar droga en Europa requeriría de más naves nodrizas para abastecer de combustible al narcosubmarino.
Brasil y Europa
En diciembre de 2015 fue la primera vez que las autoridades brasileñas dieron con un semisumergible capaz de surcar los mares sin apenas de salir a la superficie y que se estaba construyendo en el interior de su selva. Lo encontraron en un afluente del río Guajará Mirim, tenía 17 metros de eslora y lo protegía un grupo armado.
Era la primera evidencia de que las organizaciones criminales internacionales tenían intención de llegar a Europa con navíos de este tipo. Aquel aparato con el que se encontró la Policía del Estado de Pará contenía piezas con inscripciones en castellano, una prueba de que los constructores colombianos se habían desplazado a Brasil para estas labores.
Esa intención de las mafias de llegar a Europa surcando los mares a ras fue totalmente realidad cuando en 2019 cuando se supo que el narcosubmarino de Aldán (Pontevedra) partió desde un astillero clandestino del Amazonas brasileño en Macapá. Y en el de esta semana en el interior del “Poseidón”, así lo bautizaron los narcos al semisumergible, se ha encontrado comida brasileña. En blanco y en botella.
Si hay una ruta con narcosubmarinos bien establecida entre Brasil y Galicia tarde o temprano aparecerá otra que pueda unir también Sudamérica con Portugal o la costa andaluza. En 2021 ya alguna organización criminal mostró que al menos la están intentando establecer. Si es que no está ya establecida, porque apareció un curioso sumergible en una nave industrial en Monda (Málaga).
Esa nave la diseñó un ingeniero cubano que había trabajado anteriormente con Sito Miñanco, ya que cada vez el conocimiento del diseño y construcción de estas embarcaciones es más extendido. Y en 2022 se descubrió que hay organizaciones criminales usando drones submarinos para transportar droga por el Estrecho.
Desde 2019, sólo en Colombia se incautaron más de 80 semisumergibles construidos por mafias, y luego han sido descubiertos en aguas panameñas, ecuatorianas, mexicanas, guatemaltecas, estadounidenses, puertorriqueñas, peruanas, brasileñas y costarricenses. Para diseñar y fabricar estas embarcaciones se necesitan astilleros clandestinos y los dos narcosubmarinos descubiertos en España tanto en 2019 como el del presente año son tan similares en diseño que deben haber sido construidos en el mismo lugar o por el mismo equipo. Queda por ver si en la ruta africana se usan narcosubmarinos, ya que es una de las más favoritas últimamente para todo tipo de organizaciones transnacionales.
Tragedias sin nombre
Desde las selvas de Colombia, Brasil o Guyana parten decenas de semisumergibles al año para transportar cocaína hacia Centroamérica, EEUU o Europa, y en alguna que otra ocasión esta historia acaba en tragedia ya que la navegación en aguas abiertas de estos navíos especiales son un auténtico logro para las organizaciones criminales.
No hay que remontarse mucho tiempo atrás para dar con un ejemplo. El 11 de marzo la Armada colombiana interceptó un semisumergible en el Pacífico colombiano transportando 2.643 kilos de cocaína. La primera visión que tuvieron de la nave fue la de dos personas que se encontraban en bastante mal estado de salud en la parte superior.
Cuando llegaron a las proximidades del semisumergible que navegaba por la superficie del mar pudieron inspeccionar el interior y descubrieron que se hallaban aparte de los dos narcos heridos otras dos personas fallecidas. Los gases de la combustión de gasolina o la propia cocaína en un lugar sin apenas ventilación habían matado a esos narcos. Estos dos cuerpos fueron recuperados, pero hay decenas como ellos en el fondo del mar tras tener problemas de navegación.
En la travesía del Aldán de 2019 a los dos tripulantes ecuatorianos que acompañaban al piloto les pagaron 35.000 euros y casi mueren ahogados al abandonar el narcosubmarino y al español le adelantaron 50.000 euros. Fueron condenados a 11 años de cárcel, no tiene pinta de que les mereciera la pena.