Heladería Morango es la heladería más famosa de TikTok España gracias al empeño de su propietaria, Leticia, una malagueña emprendedora que se ha convertido en una de las creadoras de contenido más queridas de la provincia. La cadena tiene dos locales: uno en Benalmádena, que fue el primero que abrió, y otro en Fuengirola, que abrió hace un año.

La de Benalmádena se encuentra en la avenida Juan Luis Peralta y la de Fuengirola, en el número 79 del paseo marítimo Rey de España. Cuando se le pregunta a su dueña por qué tienen sus helados que tanto encandilan a los que los prueban, Leticia asegura que no tienen "nada especial", más allá de que son artesanales y deliciosos. “Siempre digo que lo mejor es venir a probarlos y que juzguen ellos mismos”, confiesa entre risas.

Hace unos meses se hizo viral su helado de sabor queso de cabra, que habitualmente no es común en el resto de heladerías de la zona. Cree que su éxito se debe a que a la gente le daba mucha curiosidad, un factor que funciona mucho en TikTok. “Está muy bueno y la pregunta que más me hacen sobre él es si es dulce o salado. Es dulce. Aunque a algunos les parezca raro, el queso no deja de ser un postre, de hecho, hay restaurantes que sirven una tabla como postre”, continúa, a la par que reconoce que su mezcla con mermelada de fresa, frutos rojos o albaricoque es sencillamente “espectacular”.

Su aventura en Heladería Morango no viene por tradición familiar, como ocurre en muchos establecimientos del estilo. Leticia siempre se planteaba que, si pusiera un negocio, ese siempre sería una heladería. Así que, el proyecto final del módulo de Administración y Finanzas que estudió fue, finalmente, montar una heladería. “Lo que hice con lo que tengo ahora no tiene nada que ver, pero aquello hizo que me picara el gusanillo. No tenía trabajo tras terminar el módulo, solo echaba unas horillas en Telepizza y pensé que tenía que hacer algo con mi vida”, recuerda.

Y así fue como en 2015, tras un tiempo de mucho trabajo y, sobre todo, dudas, abrió la primera heladería, que se ubicó en Benalmádena. Cuando inició el negocio, pensaba comprarle los helados que vendería a alguien, pero al final tomó la decisión de hacer un curso de elaboración de helados, donde se dio cuenta de lo artificiales que son algunos que se venden en la competencia. Fue en ese momento cuando decidió que su negocio debía tener productos cien por cien hechos por ella y diferentes al resto. 

“Y todo ello teniendo en cuenta que montar una heladería es muy caro. Al principio, cogí lo básico: vitrina, congelador, pocas cosas… Y ya después poco a poco fui cogiendo toda la maquinaria, que te sale por un ojo de la cara”, lamenta. Gracias al aval de su padre, logró comprar todo para empezar a hacer helados. Los inicios no fueron sencillos, según asegura.

Empezó en Benalmádena haciendo los helados, limpiando y reponiendo. Todo lo hacía ella sola. No recuerda con exactitud de cuántas horas eran sus jornadas, pero aproximadamente comenzaba a hacer los helados sobre las nueve de la mañana y cerraba la heladería cerca de las dos de la madrugada. “A eso hay que sumarle recoger todo, llegar a casa, ducharte, relajarte y quedarte dormida, porque con todo el trote, a mí me cuesta mucho”, declara.

TikTok

Y luego llegó TikTok, que le da una vuelta de 180 grados a su vida y, sobre todo, a su negocio. Corría el año 2020 y en la Costa del Sol solo paseaban los locales por la Covid-19. Ni rastro de los turistas que abarrotaban las terrazas verano tras verano. Leticia tenía más tiempo libre de la cuenta y se puso a pensar qué podía entretenerse. Así que empezó a subir contenidos en TikTok.

“Empecé subiendo un poco de todo. Subía cosas de la heladería, pero también bailecitos y cosas diferentes. Hasta que conocí a Yuly Bordonado, que contaba tips para crecer en TikTok. Nunca fue mi intención profesionalizar la cuenta, pero empecé a escucharla y al final me hice amiga de ella. Me dijo que tenía que empezar de cero, haciendo las cosas bien desde el inicio y centrándome en la heladería. Y así lo hice. En 2021, ya tenía 100.000 seguidores”, relata Leticia.

La situación con la Covid fue mejorando y cada vez más personas conocían la heladería. Aunque en un principio llegó a la plataforma como un “entretenimiento”, Leticia vio el tirón que podían tener sus contenidos. “Me estaba haciendo publicidad sin darme cuenta cuando todo empezó como un juego”, expresa.

Venían a verla desde diferentes puntos de España para probar los helados de su TikTok y conocer cómo trabajaba de cerca. Nunca tuvo "un bombazo" como otros creadores para subir seguidores de golpe, ella considera que lo suyo ha ido poco a poco hasta llegar a los más de 600.000 seguidores que tiene en la actualidad.

El año pasado abrió otra heladería. Al ser cuestionada sobre si cree que sin TikTok y todo lo que genera no la hubiera abierto, Leticia es clara: “No, no, la apertura del local no ha sido por lo de las redes. Tengo mucha clientela en Benalmádena que era previa a TikTok de todos sitios: de Marbella, Málaga, Torremolinos... que viene a buscarnos. Ahora gracias a las redes nos conoce mucha más gente, pero los de TikTok, los de fuera, solo vienen una vez de vacaciones. La heladería de Fuengirola la abrimos después de ahorrar y trabajar mucho”.

Sin embargo, es honesta y recomienda que todos los negocios tengan redes. “TikTok te da un alcance si lo haces bien, te da publicidad. A mí me ha llegado gente a la heladería para darme la enhorabuena por lo que hago en redes con mi negocio. Gente experta en marketing. La clave es que te haces publicidad casi sin darte cuenta que la haces, de forma orgánica y sin pagarle a nadie”, manifiesta.

Leticia vive cada día las dos caras de la moneda en una red como TikTok. Recibe a niños que le piden autógrafos y sonríen llenos de ilusión al verla, pero también comentarios como "No eres igual que en TikTok". "Yo todos los días no puedo estar happy flower. No puedo. No significa que te vaya a tratar mal, ni mucho menos, pero que si te pongo el helado mientras me pillas liada, pues es lo que hay", dice, respecto a los que la idealizan, siendo una trabajadora más de su empresa, aunque ahora ya disponga de una plantilla más amplia. 

Incluso en una ocasión le ocurrió que, como no salían los comentarios ofensivos de una usuaria en uno de sus vídeos, esta decidió acudir a su perfil de empresa en Google para ponerle una falsa reseña negativa. "Me puso una estrella sin haber pisado ninguna de mis heladerías", denuncia. Pero, pese a todo, Leticia es positiva y se queda con la avalancha de comentarios positivos que llegaron después. "Esa es la otra cara, siempre lo bueno va a superar a lo malo", zanja.

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