La Universidad de Málaga elegirá el próximo 1 de diciembre a su nuevo rector, que sustituirá en el cargo a José Ángel Narváez. El catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos Ernesto Pimentel es uno de los cuatro candidatos que optan al puesto. Hasta este año ha sido vicerrector de Estudios de la UMA y se enfrentó en 2015 al actual rector y a Miguel de Aguilera para suceder a Adelaida de la Calle. En 2019, presentó una candidatura conjunta con Narváez y hace unos meses se lanzó de nuevo a la carrera hacia el Rectorado con un proyecto "transformador, participativo e igualitario".

¿Cuáles son los principales puntos de su candidatura?

La candidatura que represento se fundamenta en diversos aspectos. En primer lugar, una amplia experiencia de gestión. En el año 2003, obtuve la cátedra, y desde entonces, he asumido responsabilidades a todos los niveles: la dirección del departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación y de la Escuela de Ingeniería Informática y, más recientemente, he sido vicerrector de Estudios. Destacaría también mi compromiso por un modelo de universidad que nos debe inspirar e ilusionar. Para ello, cuento con un equipo con una enorme experiencia en diversos ámbitos de la actividad académica universitaria y que ha demostrado eficacia en la gestión en puestos de responsabilidad, tanto internos de la propia Universidad, como externos en organismos nacionales e internacionales.

Además, nuestro proyecto propone sustanciales mejoras encaminadas, no solo la Universidad como institución, sino también a la vida de la comunidad académica. Esto es algo que para mí es prioritario. Durante más de tres meses, hemos mantenido abiertos diversos canales de comunicación, que nos ha hecho llegar más de 1.500 aportaciones. A ellas se ha unido la información que he podido recopilar de primera mano, en las más de 100 reuniones presenciales que desde el pasado mes de julio he mantenido. Se han constituido grupos de trabajo que en múltiples reuniones presenciales han analizado toda esta información y debatido sobre cada uno de los ejes del programa, posibilitando proponer ahora un proyecto real, viable y adaptado a las necesidades que nos han expresado todos los colectivos.

¿Cómo afronta este proceso electoral? ¿En qué momento decidió presentarse a rector?

Con mucha ilusión y con el convencimiento de que hemos construido un programa que responde a un proyecto transformador, centrado en las personas y en sus necesidades, participativo, igualitario, integrador de las diferentes sensibilidades de la comunidad universitaria, y orientado a impulsar el papel de la Universidad de Málaga como motor de desarrollo sostenible, así como su proyección internacional.

¿En qué debería fijarse la UMA hoy en día? ¿Está preparada para el futuro laboral?

El grado de inserción laboral de nuestros egresados nos indica que estamos preparando a los jóvenes para el futuro laboral. Y diría que, además, de una forma óptima. Los datos del Observatorio de Empleo de la UMA son muy buenos y constatan esa relación entre formación y nivel de empleabilidad de nuestros egresados. Pero debemos seguir mejorando y, por ello, queremos potenciar el programa de prácticas, que actualmente da cobertura a 12.000 estudiantes al año y reforzar la atención que recibe del servicio de orientación.

Además, estamos ante un mercado que evoluciona rápido y eso nos obliga a ser ágiles en adecuar la formación a las nuevas demandas, ya que es la principal forma de mejorar la empleabilidad de los jóvenes. Por ello, la formación que ofrecemos está incluyendo nuevas competencias y perfiles competenciales. No solo la UMA está dando respuesta al generar talento y empleo altamente cualificado, también está contribuyendo directamente al fortalecimiento del tejido empresarial, mediante numerosos acuerdos, convenios y spin off. Y también, por ejemplo, mediante las Aulas de Empresa, que son una herramienta que queremos impulsar. La capacidad de absorción del tejido productivo actual no es igual en todas las disciplinas, pero en las que hay una mayor demanda, se está dando una respuesta excelente.

Nuestra propuesta en este sentido pasa por una actualización de los actuales planes de estudio, una flexibilización de los currículos formativos para permitir itinerarios abiertos, y un fortalecimiento y redefinición de la formación permanente que ofrecemos, a través de enseñanzas propias, que permitan una actualización de profesionales de diversos sectores.

En este curso se han estrenado nuevos grados. ¿Qué carreras añadiría a la oferta de la UMA?

En este aspecto creo que la UMA ha acertado al apostar por nuevos grados y, además, fomentar la interdisciplinariedad de los estudios. Durante mi etapa como Vicerrector de Estudios, se han lanzado nuevos grados, como el de Ciberseguridad e inteligencia artificial, que ha tenido una gran acogida. Además, de forma pionera a nivel nacional se ha puesto en marcha el de Estudios transculturales europeos, titulación conjunta de 3 universidades europeas, así como 3 nuevos dobles grados en ciencias sociales y uno en ciencias de la salud en este último curso. Creemos que el camino está en seguir ampliando la oferta de titulaciones conjuntas a nivel andaluz, nacional e internacional. Por otra parte, es el momento de implantar nuevos títulos duales, que incorporen sinergias con nuestro tejido productivo.

No hay que olvidar que la UMA es una universidad generalista y por ello hay que seguir trabajando en todas las áreas, pero es indudable que somos referencia en el ámbito tecnológico y tomando esa fortaleza como palanca, en mi opinión, debemos aprovechar la coyuntura para diseñar titulaciones centradas en la aplicación de la digitalización y las nuevas tecnologías a las humanidades, las ciencias sociales, la salud, etc.

Ernesto Pimentel. Cedida

¿Qué papel debe jugar la UMA en el desarrollo tecnológico de Málaga?

El papel de la UMA es crucial para el desarrollo tecnológico, tal y como se ha demostrado en las dos últimas décadas. El fenómeno de la Málaga tecnológica es fruto, en gran parte, del talento y de la formación de cientos y cientos de profesionales egresados de la UMA. En mi etapa como Director de la E.T.S. Ingeniería Informática y junto con mi equipo, siempre colaboré a que las empresas tecnológicas que nos visitaban tomaran la decisión de incorporarse al tejido empresarial malagueño, evidenciando las posibilidades que ofrecía la existencia de una universidad con la competitividad en este ámbito de la UMA. Creo que debemos seguir trabajando en esa línea y seguir impulsando no solo las disciplinas tecnológicas, sino también las de otras áreas igualmente cruciales, que pueden incorporarse a esta tecnificación.

¿Cuál sería su primera medida o proyecto como rector?

Creo que la comunidad académica está formada por muchos colectivos y no me gustaría priorizar ninguno de ellos con una primera medida específica. Nuestro objetivo es desplegar varias acciones de forma simultánea. Por una cuestión de plazos, lo más urgente es comenzar con la adecuación de todas nuestras normas a la LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario). Y, por supuesto, negociar una solución adecuada y justa para los problemas financieros de la UMA con la Junta de Andalucía, a la que le solicitaremos también un plan plurianual de inversiones. También queremos adoptar de forma prioritaria las medidas que afectan a los cambios en la gobernanza, que permitan más agilidad y eficacia en los procedimientos para evitar burocracia innecesaria e implementar procesos de transparencia en todas las acciones de gobierno. Para el estudiantado, impulsaremos las medidas propuestas en el programa para mejorar la docencia, favorecer que sean cocreadores de su curriculum y las destinadas a ayudas económicas y mejorar su bienestar en el campus universitario.

¿Qué cambiaría de la universidad actual?

La Universidad es una institución en permanente cambio. El estudio, la docencia, la investigación y la transferencia de conocimiento a la sociedad, exigen un proceso de adaptación permanente a los deseos de cambio de la sociedad y a los escenarios de transformación social, económica, política, y medioambiental, que se producen de manera incesante. Yo defiendo un modelo de universidad social, que apueste por el crecimiento intelectual y el desarrollo personal y del espíritu crítico de los estudiantes y de la comunidad universitaria. Un modelo de ascensor social que muchas de las personas de mi equipo, incluido yo mismo, tuvimos la oportunidad de aprovechar. Para mi candidatura es por tanto muy importante garantizar la igualdad de oportunidades y derechos.

Hemos de aprovechar ese nuevo marco normativo que marca la LOSU como una oportunidad para llevar a cabo cambios estructurales en tres ámbitos: el modelo de gobernanza; el sistema de gestión; y la mentalidad de los universitarios.

En sus 50 años de historia, ¿qué destacaría de la UMA y qué le falta por hacer?

Su valor referencial en el entorno no sólo de Málaga. Tecnológico, social, cultural y económico. La contribución de la UMA en la consolidación de la ciudad de Málaga como una de las ciudades con más capacidad transformadora es innegable. El impacto de nuestra Universidad en su entorno inmediato ha sido clave. Pero aún hay cuestiones que necesitamos fortalecer. Necesitamos ser un referente, no solo en el tejido empresarial, también en la vida social y cultural de nuestra provincia. La Universidad tiene que buscar más cauces para reforzar la labor que realiza y promover su proyección exterior. Y esto debemos hacerlo no solo en el entorno más cercano, como es la ciudad de Málaga, sino también en las distintas comarcas de la provincia, aumentar nuestra presencia donde ya estemos y apostando por crear nuevos proyectos e iniciativas donde todavía no hemos llegado.

Un mensaje para los estudiantes.

El estudiantado es la razón de ser de la Universidad de Málaga. Estas elecciones determinarán el rumbo de nuestra universidad durante los próximos 6 años. Y ellos son parte activa en la toma de decisiones. Creo que los estudiantes saben lo que necesitan y así nos lo han hecho saber. Nos han pedido mejoras en las instalaciones, en el equipamiento, en los recursos necesarios para el aprendizaje, en el transporte, en el alojamiento, etc.. En nuestro programa se recogen más de un centenar de medidas, entre las que se encuentran muchas orientadas al estudiantado, como la mejora de las cafeterías, los espacios comunes para el estudio y el descanso, y numerosas propuestas encaminadas al deporte y la salud de los jóvenes.

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