Desde hace meses se viene advirtiendo en estas páginas sobre las rutas de cocaína que se habían establecido en Málaga. Y la última operación conocida y que fue conjuntamente ejecutada por la UDYCO Costa del Sol de la Policía Nacional, la EDOA (Equipo Delincuencia Organizada y Antidroga) de la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, nos vuelve a recordar esto.
Esta investigación da una ligera explicación de lo que supuestamente estaba sucediendo. Se han intervenido en total 1.822 kilos de cocaína en varias fases y con distintos puertos exportadores de América del Sur implicados. Es una cantidad importante, pero lo preocupante de esta operación es el método que la organización criminal estaba utilizando y quiénes están, por ahora, implicados.
Los líderes de este clan son un empresario propietario de una empresa de frutas y hortalizas congeladas con sede en Málaga, y del que por ahora no se ha revelado el nombre. Y, por lo contado por Pablo Almoguera, en El Confidencial, la segunda persona más importante de esta investigación judicial es el jefe de la Unidad de Análisis de Riesgos de Vigilancia Aduanera en el puerto de Málaga, que fue apresado.
Y hay detenerse en ellos. Supuestamente, el empresario cedió un escáner, técnicamente un equipo de inspección no intrusiva de contenedores, para el puerto de Málaga. Y durante un tiempo, que no han determinado en la nota de prensa las autoridades, una parte de los contenedores que se consideraba con alto riesgo que llegaban al puerto de Málaga, eran analizados en la sede de esta empresa.
Algo surrealista, y que alerta de los contactos que podía llegar a tener este hombre detenido. La empresa logró obtener una concesión para llevar su escáner al puerto de la capital de la Costa del Sol. Es decir, que esta organización tenía la capacidad de examinar contenedores que ellos mismos importaban con cocaína.
En el Departamento de Aduanas de la Agencia Tributaria estos controles son clave, porque es mercancía que debe entrar en territorio aduanero de la Unión Europea. En los contratos que se realizan para comprar escáneres o para analizar imágenes de inspección se incide en que esa información que se reciba no se pueda alterar de ningún modo, y que detecte si hay cualquier manipulación del software.
Esto sumado a que un empleado de la misma empresa de frutas que importa mercancías sea su representante aduanero y maneje a su antojo el escáner, hace una idea de las cantidades de drogas y otros productos ilegales que podían acceder por el puerto de Málaga.
La Unidad de Análisis de Riesgos (UAR), que la componen miembros de Servicio de Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil, es la encargada de detectar contenedores que pueden transportar drogas, mercancías prohibidas o productos falsificados. Que el jefe de esta unidad de Aduanas haya sido detenido es clave. Tenía la potestad para decidir si realizar o no inspecciones a contenedores.
La situación más normal podría ser esta. Un contenedor de un buque que transporta cocaína camuflada entre plátanos y que tiene origen es el puerto Guayaquil (Ecuador), y destino Málaga. La Unidad de Análisis de Riesgos (UAR) tiene la potestad de decidir si realizar una inspección a ese contenedor, que podría tener una notificación roja, según los datos que tengan las autoridades.
Una notificación roja para designar a ese contenedor le haría ser susceptible de una inspección, y por lo tanto si la cocaína está camuflada entre plátanos sería detectada. Si ninguna autoridad la revisa, se decide el levante de las mercancías, ese contenedor que transporta cocaína sale del puerto en pocas horas. Las inspecciones están limitadas en tiempo y forma, porque no hay tantos escáneres y se intenta en la medida de lo posible no entorpecer el mercado.
Si se confirma lo que sospechan los investigadores, esta organización criminal ha tenido la posibilidad de introducir partidas de cocaína sin límite en el puerto de Málaga. Teniendo en nómina al jefe de la UAR, y con el control de un escáner de mercancías, no hace falta mucho más para que una organización criminal logre introducir en Europa la droga que quiera. Pero podrían ser armas de contrabando o cualquier otra cosa que se les ocurra.
Esta investigación vuelve a advertir de la infiltración que logra el crimen organizado en nuestro país. Y sólo se ha desarticulado la parte española del clan, que es la encargada de permitir que la cocaína pueda entrar en Europa.
Detrás de esta organización criminal, vista las cantidades de droga que estaban manejando, hay grandes mafias internacionales. Primero, los exportadores. Algunos envíos llegaban de Costa Rica, un país que este año pasado ha batido récord de asesinatos, con 907 víctimas en un país de 5 millones de personas.
Para comparar, en Andalucía en 2022 con 8,4 millones de habitantes se asesinaron a 68 personas. Costa Rica es ahora un punto de unión de las principales organizaciones criminales de Centroamérica y América del Sur.
También, tanta cantidad de droga, la venden aquí en Europa mafias como la Mocro Maffia, la Ndrangheta o la Mafia Albanesa. Por ahora es un misterio qué clanes internacionales estaban implicados en esta historia, pero al menos se ha cerrado una vía agua en el puerto de Málaga.