La caravana de la muerte. Así definieron la masacre de la carretera de Málaga a Almería conocida como la Desbandá, uno de los episodios más tristes y desoladores de la Guerra Civil. La caída de Málaga a manos del ejército de Franco el 7 de febrero de 1937 provocó la huida a la desesperada de 300.000 españoles en un trayecto a pie por la costa donde miles de personas, entre ellos mujeres, niños y ancianos, perdieron la vida aniquilados desde tierra, mar y aire.
Lo ocurrido tuvo su eco en cabeceras internacionales como la revista Regards donde la reportera francesa Simone Téry firmó una crónica titulado Málaga: el éxodo del terror, acompañada con fotos de Gerda Taro. El trágico suceso, cuyo 85 aniversario se recordará este febrero, llegó a conmover al mismísimo Bertolt Brecht. El padre del teatro épico, figura fundamental en la renovación de las artes escénicas en el siglo XX, escribió una obra corta titulada Los fusiles de la Madre Carrar.
Lo asegura el profesor Francisco Chica tras una rigurosa investigación, recogida en el libro Arcadia en llamas: República y guerra civil en Málaga 1931-1937 (Renacimiento, 2011). El dramaturgo alemán redactó el texto en tiempo récord mientras vivía exiliado en Dinamarca; y estrenó el espectáculo en un teatro francés en octubre de 1937, apenas ocho meses después de lo ocurrido. Slatan Dudow fue el encargado de dirigir la pieza con la actriz Helene Weigel como protagonista.
La acción de la obra arranca "una noche de abril de 1937, en una casa de pescadores de Andalucía". Su protagonista, Teresa Carrar, se encuentra amasando pan al inicio en una habitación con las paredes blanqueadas y en un rincón un gran crucifijo negro. "Se oye a lo lejos ruido de cañones", se puede leer. Una clara alusión a la batalla entre los dos bandos que se disputa afuera.
Teresa tiene dos hijos: José de 15 años y Juan de 21. Su único deseo en esos días de pánico y olor a pólvora es que ninguno de los dos se alisten en el frente ni sean "carne de matadero", y puedan así salvar el pellejo. "Nosotros no somos agitadores y no enfrentamos a nadie. [...] Esto no es una broma; ¿no oyes sus cañonazos? Nosotros somos gente pobre, y los pobres no pueden permitirse la guerra", le dice su madre a José.
Brecht recuerda en la obra la huida a pie de miles de españoles. El hermano de Teresa, identificado en la obra como el obrero Pedro Jaqueras, regresa a Málaga tras caminar cuatro horas a pie desde Motril. "Las carreteras están llenas de refugiados que quieren llegar a Almería", asegura.
Uno de los personajes, el cura, le preguntará más tarde si está seguro de que en Málaga no hubo resistencia. Este le contesta contrariado: "Usted sabe que 50.000 fugitivos, hombres, mujeres y niños, que se encontraban en el camino a 200 kilómetros de Almería, fueron segados por los cañones de los barcos, las bombas y las ametralladoras de los aviones de Franco".
El poeta también recrea el tenso ambiente vivido los días posteriores a la caída de Málaga a manos del bando sublevado. "He leído muchas veces que las personas que inocentemente se lavan las manos, suelen hacerlo en tinas teñidas en sangre", le recrimina Pedro a su hermana mientras le recuerda que "el general ha contratado a toda la resaca de España para borrarnos de la faz de la tierra, sin contar los moros, los italianos y los alemanes".
La tragedia asoma la pata al final de la obra cuando asesinan al hijo mayor de Teresa mientras pescaba. "Saquen los fusiles. Prepárate, José. También el pan está listo. (Mientras el obrero toma los fusiles, ella mira el pan, lo saca del horno, lo envuelve en un lienzo y se acerca a los dos. Toma uno de los fusiles)", se decide al fin Teresa. "¿Tú también quieres venir?", le espeta su hermano. "Si, por Juan", responde.
El profesor malagueño afirma en una entrevista en El Mundo que el texto es "un retrato bastante fiel de las condiciones de vida de aquella zona -campesinos y pescadores conviven en ella- y de la tensa atmósfera bélica a la que se enfrentaban allí republicanos y franquistas". De hecho, el investigador asegura que Brecht pudo hablar con refugiados llegados de España y escuchar su testimonio de viva voz.
La compañía malagueña La Imprudente estrenó una adaptación de Los fusiles de la señora Carrar dentro del Festival de Teatro en 2018. Sebastián Sarmiento dirigió a un elenco formado por Virginia Nölting, Pablo Fortes, Vicen Arcos, Miguel Zurita y María Benítez. La idea se les ocurrió al leer un artículo del periodista y dramaturgo Pablo Bujalance en Málaga Hoy donde contaba la historia de esta obra tan poco conocida de Brecht, recordada en la víspera del 85 aniversario de La Desbandá.