Los edificios y las calles que conforman el Centro de Málaga conservan la memoria de aquellos acontecimientos que han marcado el devenir de la historia. En los 5,87 km2 sobre los que se extiende el Distrito 1, hay un total de 834 vías. Cada una de ellas ha sido bautizada con un nombre para dar orden y voz al paso del tiempo. Sin embargo, la nomenclatura de las rúas que componen este espacio comparte un patrón común: la falta de paridad entre hombres y mujeres en los letreros del mapa.
No se trata de una percepción, sino de una realidad sustentada en datos. Del total de paseos, avenidas, bulevares, ramblas... (recordemos, 834), 539 hacen referencia a personas. Esto supone casi un 65% de odónimos. En cambio, la igualdad entre ambos géneros no se ve representada: frente a las 450 referencias a hombres, solo hay 76 a mujeres (y 13 a apellidos familiares).
Visto en perspectiva, esto quiere decir que en el Centro de Málaga, solo el 9,1% de las calles tienen nombre femenino. Las conclusiones han sido publicadas en el trabajo académico Análisis de género en el distrito centro de la Ciudad de Málaga. Avanzando a una odonomia feminista, realizado por la investigadora Marí Luz Linares, en la revista Tercio Creciente.
Linares, doctorando en el programa Estudios de las Mujeres (de la Universidad de Granada), ha desarrollado una metodología basada en la categorización de los distintos tipos de nombres que designan el espacio urbano.
Así, ha diferenciado entre personas reales (donde se incluyen antropónimos, patronímicos, diminutivos, apodos y menciones a santas o religiosas), personas ficticias (en alusión a las advocaciones marianas, nombres de dioses, genéricos y de ficción), gremios y, finalmente, desconocidos. Esta estructura ha permitido clasificar con precisión a qué familia pertenecen cada una de ellas.
Así, se aprecia que la desigualdad no es solo cuantitativa, sino que tiene otras connotaciones. Por señalar algunos ejemplos: "En las 450 vías con odónimos de hombres, 395 son Hombres reales, 24 son Hombres ficticios, 19 hacen referencia a algún Gremio desarrollado por hombres y 12 son Hombres desconocidos".
Esta proporción no se cumple en el género femenino, quedando la distribución de la siguiente manera: 38 calles son de Mujeres reales; 37, de Mujeres ficticias; 1 de Gremios de mujeres y no hay ninguna desconocida.
"Resulta evidente que existen muchos más nombres de hombres reales, un 47,6%, frente al de mujeres reales, un 4,5%. En la categoría de personajes ficticios sucede al revés: el porcentaje es de un 4,4% frente al 2,8% masculino", concluye linares.
Nobles, santas y excepcionales
La investigación no solo permite saber cuántas hay, sino quiénes son. El perfil de las elegidas nos dice que la mayoría son "blancas, de mediana edad y religión cristiana". De hecho, no hay ni una sola referencia a otra raza ni creencia. Tampoco niñas. La pluralidad, nuevamente, brilla por su ausencia.
Para poder implementar este proceso de identificación, Linares ha tenido que realizar un cribado manual de todos los nombres. El objetivo, explica en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga, no es otro que "rescatar la memoria histórica" del 50% de la población silenciada: "Es una pena que sean muy poquitas las que están presentes, pero por lo menos que se sepa quiénes son y a qué se dedicaron las que sí salen. No puede haber esta invisibilidad", relata.
La primera conclusión a la que llega es que la mayoría de Mujeres reales están identificadas como esposas de o madres de: "No están incluidas por méritos propios, sino por los de sus maridos o hijos", apunta la investigación. Así, encontramos a Adela Quiguisola, esposa de Agustín Zambrana; Trinidad Ground, esposa de Manuel Heredia o María Gordón Salamanca, cónyuge de Rafael Mitjana y Gordon. Ningún hombre consta por el mismo motivo.
La nobleza, con Isabel la Católica, Sancha de Lara, la Regente y la Marquesa de Moya al frente, ocupa el segundo estrato. Importante presencia también la de las santas, siendo igualmente un total de siete (Santa Ana, Santa Cristina, Santa Isabel, Santa Leocadia, Santa Lucía, Santa María y Santa María Micaela, entre otras).
La lista finaliza con personalidades de las letras (Concha Méndez, Safo de Lesbos, la duquesa de Parcent, Rosa Chacel y Pardo Bazán) o las calificadas como mujeres excepcionales, entre las que está Carmen Thyssen-Bornemisza o Carmen Olmedo.
En cuanto a los hombres, los religiosos, escritores, poetas y profesionales del arte se encuentran "muy bien representados", siendo la cifra políticos o nobles, con una amplitud profesional mayor que en el caso de las mujeres, también notoria: "Sin duda una lista de hombres ilustres que quizás brillarían si sus nombres aparecieran en las placas de las calles junto a muchas otras mujeres que han sido olvidadas", incide Linares.
Pocas plazas, ninguna avenida y calles más cortas
De las 38 vías dedicadas a mujeres, 19 son peatonales (calles, pasajes o plazas) y 3 son calles sin salida. Esto supone casi el 60% del total. Sin embargo, no aparece ninguna avenida con referencia femenina, algo que sí ocurre en el caso masculino, que acapara las 9 existentes. ¿Qué conclusión se puede extraer al respecto? Según Linares, esto pone de manifiesto cómo "de forma sistemática" las mujeres son relegadas a vías "menos importantes y de menor tránsito".
Este fenómeno también se reproduce en la longitud de las calles, con el caso de los Reyes Católicos como el ejemplo más paradigmático. Isabel y Fernando dan nombre a dos calles muy cercanas entre sí, pero mientras la rúa de la monarca de Castilla tiene 33 números, la de Aragón consta de 86.
Tras la publicación del estudio, Linares incide en su reivindicación: "Que se aumente la presencia femenina en las nuevas vías de Málaga y que otras muchas puedan ser renombradas por mujeres que merecen un reconocimiento".