El carnaval supone mucho tiempo para todos sus actores. Las agrupaciones de canto, por ejemplo, ensayan durante meses para darlo todo en el concurso, pero este, precisamente, no solo lo conforman las letras. La puesta en escena y el tipo conforman una de las casillas en la rúbrica que cada componente del jurado rellena cada noche. Cada año, los grupos mejoran más para destacar estéticamente hablando de la mano de los mejores profesionales de la artesanía y la confección.
Precisamente son estos trabajadores que engrandecen cada una de las actuaciones que hace una agrupación los que pueden recibir, cada Domingo de Piñata, la Aguja de Oro, la máxima distinción para un artesano en el Carnaval de Málaga. Se otorga una en la modalidad de comparsas y otra en la de murgas.
En la edición de 2024, en comparsas han ganado Los dioses, la propuesta de la Comparsa de Alhaurín este año. El diseño y la elaboración de su tipo son obra de María Isabel Benítez (@mariiboutique) y su equipo. Así, la confección es de María Gracia Guerrero de ‘El Costurero’.
En murgas ha ganado, por segundo año consecutivo, Alejandro Mariño, ilustre artesano gaditano que ya es toda una referencia en el Carnaval de Cádiz. Si el año pasado venció gracias a los patitos de feria de la chirimurga de Estepona en Pa tí tó, en esta ocasión ha sido una fritura malagueña para la murga de Roquetas de Mar, Me tienes frito, la que le ha vuelto a dar la gloria. Así, también se ha alzado con el mismo premio en el COAC de Almería con la misma agrupación. En Cádiz, este año, ha sido premiado por su labor con el tipo del coro juvenil La pecera.
Texturas con poliuretano
Lograr este premio no es trabajo fácil. En el caso de Mariño, aunque sabía que iba a hacer este trabajo en marzo del año pasado, porque el grupo tenía muy clara la idea, no se puso manos a la obra hasta comienzos de diciembre. Fue un mes de muchísimo esfuerzo, pero logró entregar los tipos en Navidad, para que los de Roquetas pudieran ensayar. Al ser un tipo muy voluminoso, al igual que hizo con los patos, siempre los entrega antes para que cada componente se acostumbre a moverse con ellos.
Este año ha sido un reto para él, sobre todo en el tema de texturas. "Estuve bastante tiempo investigando y haciendo pruebas. El caucho daba un resultado que no me convencía por el tema de la pintura y la rugosidad. Para coger la textura de pescaíto frito tuve que rayar los tipos. Con poliuretano le hice la textura", cuenta Mariño, que tiene más de quince años de experiencia.
Ya en marzo, Norman Plaza, cabecilla de la murga, y sus compañeros llevaron a Mariño un listado de las diferentes piezas de pescado que querían que formaran parte de la fritura. Estaba incluido el chanquete, pero por sus proporciones, cuenta el artesano, fue imposible sacarlo. "Así que finalmente pusimos un boquerón", dice entre risas.
Además, el gaditano les dio la idea de que además del pescado debían añadir una croqueta y un limón. Lo que no sabía es que él mismo se estaba complicando la vida, porque fueron los dos tipos más complicados de fabricar. Empezó a idear el limón en primer lugar, pero se acabó aturrullando, así que se puso con el marisco y el pescado. "Con la mente más despejada pude acabarlo, pero ha sido un quebradero de cabeza", confiesa.
Bajo el disfraz, los almerienses llevaban unas mallas de la sevillana Eva Luna, personalizadas para cada pieza de pescado. Una de ellas, además, llevaba en la zona del trasero la marca de un tanga, un pegote que utilizaron en su popurrí.
Los dioses, trabajo de chino
María Isabel Benítez se ha estrenado con la Comparsa de Alhaurín por todo lo alto. Aunque ya fabricó en la edición anterior los mandiles de Plastilina, no ha sido hasta este año cuando se ha liado la manta a la cabeza para crear el tipo de Los dioses.
Como "buenos alhaurinos", confiesa entre risas Benítez, hasta llegar al diseño final pasaron por muchas fases. Ella estudió minuciosamente a los mayas y los aztecas para conocer qué tejidos utilizaban, entre otros detalles a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo el tipo. Así, como le ocurrió a Mariño, estuvo en constante contacto con el grupo, así como con sus autores, para poner en común ideas. Todos querían que fuera lo más realista posible, eso sí, sin olvidar sus raíces.
Raíces que se ven reflejadas, por ejemplo, en el cinturón que llevaban estos dioses. Cada pieza de este está diseñada por María Isabel y se ha creado con una máquina de impresión 3D. "En el centro llevan el símbolo de la familia, pues toda la comparsa es muy familiar. Arriba, por ejemplo, llevan una referencia a las tres potencias que podemos ver, por ejemplo, en el Cautivo, en el Señor de Málaga. También está el logo de la Fundación del Carnaval de Málaga, con esa máscara carnavalera. También está el logotipo de nuestra comparsa, tan alhaurino... O incluso se pueden diferenciar, también en la zona del cinturón, los colores de nuestra bandera, verde y morada, que corresponde a Alhaurín y a Málaga", relata Benítez.
Ese toque 'malaguita' contrasta bien con las cuentas de mil colores que llevan en el pechero y lo exótico de las plumas. "Son bolitas de madera engarzadas una a una en un hilo de yute. Luego sobre ese hilo hemos puesto las plumas. El disfraz tiene mucho trabajo de chinos. Luego todo eso está puesto sobre una base de hilo de colores. Tiene muchísimos detalles", declara la artesana.
María Gracia de 'El Costurero' se encargó de realizar la base del cuerpo, es decir, la camiseta y el pantalón, mientras que ella se ha encargado de la decoración. "Puede parecer una locura, pero Mari Gracia tiene mucho trabajo y empezamos en Navidad. En un mes hemos hecho todo", explica.
"En mi equipo hemos sido 16 personas trabajando, una de ellas Pedro, mi marido, el caja de la comparsa, que me ha ayudado muchísimo. Ha sido él quien más trabajo físico y mental ha tenido. A ello hay que sumar el trabajo de Mari Gracia", cuenta Isabel, que cree que haber sido tantos ha sido clave para sacar semejante trabajo a tiempo.
El mayor dolor de cabeza en su caso han sido las polainas, que forraron con una tela que no estiraba nada. "¡Hasta pesadillas he tenido con ellas! Las hemos tenido que retocar mil veces para ajustarlas a las piernas de cada componente. Si le hemos cogido tirria a algo ha sido a eso", zanja entre risas.
Las dos agrupaciones, curiosamente, se han llevado cuatro veces esta distinción. En el caso de Alhaurín, lo consiguieron con La Mercancía (2006), De vuelta al mundo (2011), La catedral (2012) y ahora con Los dioses (2024). En cuanto a Roquetas, que llegó a nuestro concurso en 2018 por primera vez, se lo llevaron con No nos perdemos ni una (2019), Por mucho que me gaste no me duran los empastes (2020), En el pico lo llevo (2022) y Me tienes frito (2024).
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