La intención de Pablo Guede es tener el grueso de la plantilla cerrada antes de viajar al staff de Estepona el próximo 20 de julio a falta de alguna oportunidad que se presente en el mercado y no se pueda dejar escapar. La planificación de Málaga CF está siendo satisfactoria hasta el momento, pero la plantilla cojea por los extremos.
Está a punto de caer el fichaje de Álex Gallar, con un acuerdo con el Málaga a falta de desvincularse del Girona. Con el de Terrasa, el equipo blanquiazul tendría el único jugador de banda en ataque con ficha de la primera plantilla a la espera de lo que ocurra con Kevin.
Este verano han salido Paulino, vendido al Pachuca mexicano, Jairo e Hicham, que acababan contrato y no han renovado. Otros hombres utilizados en los extremos fueron Vadillo, que vuelve al Espanyol tras su cesión, y Brandon, que solo tenía un año de contrato.
De esta forma, el Málaga de Guede, hasta el momento, carece de desborde por las bandas. Ese jugador que pegado a la cal marque las diferencias y que además permita ensanchar el campo cuando las defensas se cierren.
Es cierto que la predilección de Pablo Guede es jugar con una defensa de tres y dos carrileros, y para ello ha llegado como refuerzo para la banda derecha Juanfran Moreno, que se adecúa perfectamente al rol de carrillero.
En la izquierda cuenta el argentino con dos jugadores que tienen más perfil de laterales que de atacantes, como son Javi Jiménez y el canterano Víctor Olmo.
Precisamente, la posición de lateral junto con la del centro de la defensa son las que está manejando la dirección deportiva como prioridad para que lleguen más refuerzos. No se está rastreando el mercado en busca de extremos como una primera necesidad para el equipo.
En el año en que el Málaga tiene a un delantero que te convierte en gol cualquier cosa que llegue al área, Rubén Castro, no hay efectivos en la plantilla especialistas en servile balones desde la banda, lo que no hace mucho era el ABC del fútbol.