Los mismos errores de siempre vuelven a castigar al Málaga CF
La fragilidad defensiva, la falta de gol y los desajustes en la presión adelantada volvieron a sentenciar un partido que nunca llegó a dominar el equipo de José Alberto.
28 noviembre, 2021 05:00Noticias relacionadas
El Málaga CF puede presumir con mucho honor de ser el mejor local en LaLiga SmartBank hasta ahora. Los nueve partidos disputados en La Rosaleda con un balance de siete victorias y dos empates dan muestra de la solidez que presenta el equipo cuando cuenta con el apoyo de sus aficionados. Sin embargo, el objetivo de todo equipo de Segunda División es ascender y a este club, ahora mismo, no le vale con ser el mejor en su propio estadio si también es el peor visitante.
El equipo ha vuelto a jugar contra el Burgos CF (3-0) con la imagen que no le gusta a nadie. Incluso Alberto Escassi tuvo que salir tras el partido ante los medios de comunicación para pedir perdón a los aficionados. La cuestión es que se han vuelto a cometer los errores que ya se vienen repitiendo de forma sistemática en todos los partidos que el conjunto juega como visitante. Y esta versión no es suficiente, ni siquiera digna, si el club quiere aspirar a algo más.
El equipo siempre que sale al campo y no ve a la afición cantar el himno parece que pierde intensidad. La garra con la que se defiende y se presiona no es la misma. Una de las características de este Málaga CF, o cuando juega de local, es la presión adelantada. El Burgos CF no es un equipo que tenga el control del balón. Pero en el partido superó con facilidad la presión de uno o dos jugadores, el resto del equipo no acompañaba, y el jugador local salía con la pelota en sus pies con tiempo para pensar qué decisión era mejor.
Cuando un equipo no sabe conducir la presión en su conjunto, puede perder el control del centro del campo. El partido comenzó sin dueño, con idas y venidas y con el ritmo que iba imponiendo el conjunto local según sus intereses. Las disposiciones en la formación eran similares, por lo que jugaron de tú a tú.
Los de José Alberto dieron 292 pases buenos y 177 fueron en campo propio (el 60,62%). Un síntoma de que en pocas ocasiones supieron qué hacer con el balón y una causa por la que el Burgos robó varios balones y tuvo que hacer menos esfuerzos, al recorrer menos metros, para crear peligro.
Si el equipo no sabe qué hacer con el cuero y gran parte de su juego lo ejecuta en su propio campo, difícil es que los delanteros dispongan de grandes ocasiones para marcar un gol. Precisamente el Málaga CF ha sido durante esta temporada un equipo que ha fabricado ocasiones con gran facilidad. El talento de los de arriba ha sido una ventaja frente a otras campañas. Pero el sábado no fue un ejemplo de ello. Los de Martiricos dispararon tres veces a puerta y ninguna con peligro. El guardameta local no necesitó de grandes actuaciones para mantener el marcador a 0.
Y si la plantilla tiene un mal partido en ataque, necesita reducir al máximo los errores en defensa. Juande estaba siendo el principal bastión de la zaga malaguista y el jugador que más minutos había defendido la camiseta. No pudo estar en El Plantío por problemas en el sóleo derecho y el equipo lo notó atrás. Sin embargo, no es ninguna excusa. Faltó seguridad, faltó firmeza para despejar los balones y quizás faltó velocidad para replegar en los contraataques.
Faltaron muchas cosas que el Málaga CF no se puede volver a permitir. Quedan tres jornadas para finalizar la primera vuelta y el resultado como equipo visitante es bastante malo. Ser el mejor equipo en La Rosaleda no basta, no da puntos extras. Si el club quiere luchar por grandes objetivos, necesita dar varios pasos adelante cuando la afición que anima no se viste de blanquiazul. Ahora hay tiempo. Quizás en unos meses sea tarde.