La crisis que el Málaga CF atraviesa es evidente. Sin embargo, no ha sido tan evidente su foco. A veces se ha evidenciado más la irregularidad de la defensa, después en la falta de creación en el centro del campo, pero donde más se ha notado ha sido en el déficit goleador. Las idas y venidas de Brandon, los problemas físicos de Chavarría y Sekou, y la ausencia de jugadores con talento anotador como Luis Muñoz han sido solo algunas de las claves para que el equipo se encuentre de tal forma.
Al Málaga CF le costó siete tiros a puerta para marcar el único tanto ante el Cartagena y algunos de ellos muy claros como alguno de Brandon, Febas o Jozabed. Así que esta situación volvió a evidenciar un problema que se detecta como crónico en la plantilla blanquiazul: la falta de gol. El equipo es el tercer conjunto por la cola en cuanto a las dianas marcadas en la presente LaLiga SmartBank (25). Sin embargo, el problema va más allá. Los 25 goles suponen la segunda peor cifra en los últimos 20 años al cierre de la jornada 29.
La defensa ha aportado tres goles con Juande y Peybernes (2). El centro del campo ha marcado en cinco ocasiones con Escassi, Genaro (2), Luis Muñoz y Ramón. Mientras que solo cinco atacantes han contribuido en la faceta ofensiva: Antoñín (2), Brandon (6), Paulino (4), Roberto (2) y Sekou Gassama (2), es decir, seis jugadores blanquiazules han marcado solo uno menos que Stuani, Borja Bastón o Rubén Castro, los líderes goleadores de la categoría con 15 tantos cada uno.
El club blanquiazul nunca ha sido un equipo eminentemente goleador. Los registros en las últimas temporadas en Segunda División no son nada esperanzadores: no ha superado los 28 en ninguno de los últimos tres años. Sin embargo, sí que lo ha hecho en otros tres: 30 goles en la lucha por el ascenso (18/19), 44 goles en el año del segundo ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional (07/08) y 48 tantos en el primero de ellos (98/99).
Las cifras en Primera División han sido algo mejores, a excepción de la temporada del descenso (17/18) en la que marcó hasta la jornada 29 solo 16 goles (0.55 por partido). No obstante, ha tenido campañas con unos registros de equipo competidor por las plazas europeas: 45 goles (08/09), 43 goles (11/12) o 41 goles (12/13). No obstante, desde el 2013 no supera en más de la mitad de la campaña de 34 goles. Es decir, en pocas ocasiones mejora la estadística del tanto por partido, lo que dificulta poder aspirar a conseguir algo más que la mitad de tabla.
La situación se ha vuelto tan necesitada que la falta de gol ha lastrado al equipo en los últimos meses. Solo ha marcado cinco en los últimos ocho partidos y dos de ellos en un mismo encuentro ante el Sporting. La realidad es que la falta de creación en la construcción del juego y la dificultad para convertir los tiros a puerta han puesto en un aprieto la parte final de la temporada del Málaga CF. Respirar solo pasa por tener conectados a los delanteros de cara al gol y, tal y como se ha demostrado, no será un caso fácil.
Goles en contra
Si los registros anotadores no despiertan confianza, la línea defensiva tampoco ha generado seguridad en los 29 partidos que se han disputado a lo largo de la competición doméstica. Además de lo comentado anteriormente sobre el ataque malaguista, el club blanquiazul es también el cuarto en los goles encajados (46), solo por detrás de Mirandés, Amorebieta y Alcorcón (todos ellos en el descenso o luchando por huir de esa zona). Sin embargo, también es el segundo peor en la diferencia de goles a favor y en contra (-18).
La ausencia prolongada de Juande ha causado numerosos problemas en la zona de atrás. Cuando mejor se estaban comportando el canterano y Peybernes en la zaga central, llegó la primera lesión del cordobés. José Alberto, el exentrenador, ya probó a Ismael Casas como posible central y fue solo un movimiento aislado. Lombán no ha prestado excesivas garantías y el francés ha ido de más a menos durante toda la temporada.
El acierto del equipo en las últimas temporadas en Segunda ha pasado por la muralla en la defensa. En estos años ha alcanzado registros como 21 goles en contra de la temporada 18/19 o los 25 de la siguiente, mientras que ahora se ha alejado de esas cifras. Los problemas de comunicación y la falta de contundencia en algunos de ellos han evidenciado la fragilidad defensiva. Respirar pasa por recuperar la confianza atrás y evitar encajar tantos como el que marcó Okazaki el pasado lunes. Mejor eso... o no pensarlo.