Quizás eran tantas las ganas de no fallar de Pablo Guede cuando, cómo él mismo dice, está cumpliendo su sueño de entrenar al Málaga CF, que durante la pretemporada y el arranque oficial del curso le ha llenado a sus hombres la cabeza de ideas y conceptos, y eso lo jugó una mala pasada. En Anduva, el argentino optó por simplificar las cosas y la recompensa fue un partido serio, propio de un aspirante a todo en una plaza difícil, que le valió a los blanquiazules para echar al zurrón los primeros tres puntos de este nuevo proyecto. 

Ya lo había dejado caer Unai Bustinza en la rueda de prensa que ofreció el pasado jueves en La Rosaleda, previa al partido contra el Mirandés. Tras la debacle contra Las Palmas, el grupo trabajó "conceptos muy simples y muy básicos". Había que "simplificar" el juego y los conceptos tácticos, decía el central vasco que no finalmente no pudo estar en Anduvo tras lesionarse el viernes. 

Y eso es lo que se vio el sábado sobre el césped. Guede apostó por un sistema más sencillo, más clásico, un 1-4-4-2, con un doble pivote en lugar del rombo, con los laterales haciendo de laterales del fútbol moderno, llegando desde atrás, estando cerca de la zona de ataque aprovechando el sitio que le dejaban Febas y Gallar, que defendía en las bandas pero en ataque iban con libertad en zona de tres cuartos para meterse por dentro. 

Y el resultado fue el de un equipo que mandó desde el saque inicial, con todos los jugadores sabiendo lo que hacer en todo momento. Un plan más que ni siquiera se vio trastocado con los contratiempos de Ramalho primero y Luis Muñoz después, ambos lesionados.

De hecho, durante el partido hubo tres doble pivote diferentes. Arrancaron Escassi y Genaro. Después entró Luis Muñoz al lado de Escassi y Genaro pasó al centro de la defensa. Y tras el descanso, Escassi y Jozabed fueron los que llevaron la manija. Todos supieron ejecutar un plan con las ideas más claras. 

Hubo lagunas en defensa, como las que se han mostrado hasta ahora, pero menos, porque el equipo jugó más junto, fue un bloque más compacto. Son ajustes que hay que seguir puliendo. Pero con la cabeza más limpia, y con tres goles como tres soles que valieron los tres primeros puntos de la temporada, se trabaja mejor. 

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