El Málaga CF, con Manolo Gaspar a la cabeza, se ha convertido en una trituradora de entrenadores. La tarde de este miércoles se estrenó en su primera sesión en el Anexo de La Rosaleda Sergio Pellicer, el quinto entrenador en dos temporadas, la segunda todavía por la mitad del curso. En ambas, en el banquillo del Málaga se han sentado tres entrenadores.
Para sorpresa de muchos, el miércoles por la mañana se consumó la destitución de Pepe Mel como entrenador blanquiazul, cuando todo indicaba que llegaría al menos al partido del próximo domingo en Gijón. El proceso se aceleró en la tarde-noche del martes y Mel cayó, como cayeron antes que él otros tres entrenadores una temporada y media antes.
Curiosamente, todo empezó con la salida de Sergio Pellicer al finalizar la temporada 2020-2021. Después de lograr una meritoria permanencia bajo la sanción de LaLiga que solo permitía al Málaga tener 18 fichas, no alcanzó un acuerdo para su renovación.
José Alberto: lo están haciendo bueno
El encargado de sustituirle fue José Alberto López. El asturiano llegó y se puso a los mandos de una plantilla con perfil joven y muy renovada. Se valió del fortín que fue La Rosaleda en la primera vuelta del campeonato, pero después no pudo sostener al equipo ni siquiera en casa y fue destituido después de la jornada 24.
José Alberto, a la postre, es el entrenador con mejores guarismos de los que han pasado por el Málaga en esta temporada y media. Dirigió 24 partidos de liga y 2 de Copa del Rey. En liga consiguió 31 puntos, con ocho victorias, siete empates y nueve derrotas. Su equipo anotó 23 goles y encajó 35.
En la Copa del Rey, fue apeado en la segunda ronda por el Rayo Majadahonda. El 0-5 del Ibiza de Paco Jémez fue definitivo en para su caída.
Natxo, una victoria en diez partidos
Tras José Alberto, el elegido fue el vitoriano Natxo González. Estuvo en el banquillo del Málaga durante diez partidos, de los que solo ganó uno, al Amorebieta a domicilio por 1-2. Armó un equipo más compacto que el que se veía sobre el verde, pero al que no le daba para ganar.
Además de la victoria contra el Amorebieta, su Málaga firmó tres empates y seis derrotas, las tres últimas consecutivas. Tras perder contra el Girona, que acabaría en Primera, y en el que quizás fue el mejor partido de la era Natxo, el breve, fue destituido.
El Málaga marcó en esos diez partidos cuatro goles y encajó trece. El equipo estaba seis puntos, pero un puesto, por encima del descenso en la jornada 34.
Guede, el héroe caído
Y llegó Pablo Guede, primer héroe del Málaga CF, al que sacó del barro de la Segunda B, con toda la energía positiva en la mochila. Empezó bien en La Rosaleda, plantándole cara a un Valladolid que acabó en Primera y ganando en Leganés. Pero a raíz de ahí, el equipo fue cayendo y cayendo y solo una victoria en Tenerife y un gol del Huesca en el descuento de la penúltima jornada, mientras el Málaga desperdiciaba una bala de plata en La Rosaleda contra el Burgos, evitaron la catástrofe.
La dirección del club decidió renovar al argentino y construir una plantilla a su imagen y semejanza, muy desequilibrada, que no tardó en mostrar las costuras. En la cuarta jornada ya se escuchó un "¡Guede, vete ya!" en La Rosaleda, a pesar de lo ilusionante del proyecto, y el argentino llegó hasta la jornada 6 de este curso.
En total, Pablo Guede dirigió al Málaga durante 14 partidos, ocho al final de la temporada anterior y seis en esta. Solo ganó tres, ninguno en La Rosaleda, empató dos y perdió 9.
El balance que le costó el puesto fue el de la temporada 2022-23, con seis partidos jugados, una victoria y cinco derrotas, con imágenes preocupantes como la derrota en casa contra Las Palmas por 0-4 o contra el Albacete.
El Málaga de Guede anotó 12 goles y encajó 21, obteniendo en total, entre las dos temporadas, once puntos.
Tras una derrota en Tenerife por 3-1, Guede puso su dimisión en la mesa y el club se la aceptó para marcharse después entre lágrimas en una multitudinaria rueda de prensa.
Mel no encontró el camino
Había estado a punto de llegar en alguna ocasión anterior, también bajo la dirección de Manolo Gaspar, pero a Pepe Mel le llegó la hora del Málaga cuando el equipo estaba en descenso y con mucho trabajo por hacer, con una plantilla a la que, a priori, se le estaba sacando un rendimiento inferior al que potencialmente tenía. Pero no logró sacarlo de ahí en 18 partidos, en los que solo consiguió 18 puntos. Los números son crueles.
Mel mejoró la imagen del equipo, que compitió en todos los partidos. Hizo todo tipo de probaturas antes del mercado de invierno para que el equipo jugara con extremos. Pero le siguió costando un mundo ganar partidos.
Después de la victoria en casa contra el Alavés antes del parón de Navidad, Mel se puso el reto de salir de los puestos de descenso a finales de enero. Pero dos puntos en tres partidos han dado al traste con ese miniobjetivo y han acabado con Mel fuera del Málaga.
Frenó la sangría de goles en contra, pero no encontró el camino de la portería contraria. Con Pepe Mel, el Málaga ha anotado 14 goles y ha encajado 17. Pero los empates le han cortado las alas al madrileño, al que echan después de traerle los extremos que pidió y con los que solo ha podido trabajar una semana completa.
Ahora se sienta en la silla eléctrica Sergio Pellicer, que por el bien del Málaga, debería cerrar el círculo y, al menos llegar hasta junio de 2024, cuando finaliza su contrato. Muy largo, viendo los precedentes, lo ha fiado el nuevo entrenado blanquiazul.