Habrá que esperar al mes de junio, cuando se acabe la competición, para saber la valía del tanto de Álex Calvo, juvenil del Málaga CF, en Las Palmas. Puede ser el tanto que sirva de punto de inflexión al equipo para tirar hacia adelante o, sin embargo, puede servir únicamente para alargar la agonía de un equipo moribundo que se resiste a aceptar su presente. Pero la conclusión más clara que se puede sacar hasta ahora es que La Academia ha acudido de nuevo al rescate del primer equipo.
Es inevitable retrotraerse al mes de enero de 2007, en un día de la Epifanía del Señor, para recordar a Popo dejando atrás a todo el que le salía a su paso para marcar un gol de bandera con la camiseta del Málaga después de revisar el gol de Álex Calvo que sirvió al Málaga para empatar el partido en el estadio nada menos que del líder de la categoría.
Las circunstancias son similares, pero este Málaga tiene más el agua al cuello que aquel, aunque terminó salvándose en La Rosaleda contra el Cádiz en la penúltima jornada del campeonato a las órdenes de Juan Ramón López Muñiz.
Pero la conclusión clara que se puede sacar es que La Academia siempre acude al rescate. Como acudió en los años de plomo de la primera etapa de Pellicer, con Ramón, Juande o Ismael Casa, o como ocurrió cuando el Málaga prejeque se caía a Segunda División con jugadores como Recio o antes Iván González.
Más tarde, nombres como Juanmi, Darder o Fornals se hicieron un hueco en la historia más reciente del Málaga por necesidad y también por méritos propios. Algo que también ocurrió con los Samus, Castillejo o García.
La irrupción de jugadores del Malagueño que derrumbaron la puerta del primer equipo, como hizo este sábado Álex Calvo en Las Palmas.
Lo de Popo fue flor de un día. En las piernas y la cabeza del Álex Calvo está no repetir la historia.