La primera imagen que llamó la atención del Málaga CF en Las Palmas el pasado sábado fue ver quién era el primero de la fila: Lago Junior. Un jugador llegado en el mercado de invierno a La Rosaleda ejerciendo la capitanía cuando peor pintan las cosas por Martiricos. Bien es cierto que la imagen se produjo por la baja de hombres como Escassi y Luis Muñoz en el Gran Canaria, dos de los capitanes del equipo, pero esta no era la primera vez que se hablaba del portador del brazalete blanquiazul.
Cuando en verano comenzaron a llegar fichajes, más de uno, y de dos, y de tres, tenían madera de capitán, de líderes del vestuario. Nombres como Manolo Reina, capitán en el Mallorca, Unai Bustinza, capitán en el Leganés, o el mismo Rubén Castro, capitán sin brazalete por donde ha pasado en los últimos años, sumados a veteranos como Juanfran, Esteban Burgos o incluso N'Diaye, que llegó como uno de los jugadores franquicia del equipo, que se unían a la nómina de los Escassi o Luis Muñoz, hacían pensar en un vestuario lleno de capitanes generales. Nada más lejos.
Ya en la semana anterior, en la 'final' contra el Racing de Santander, llamó la atención que fuese Escassi y no Luis Muñoz, el primer capitán, el que llevase el brazalete. Pellicer lo ha justificado después como una forma de quitarle presión. Desde fuera se ve como un castigo al de Nueva Málaga por su autoexpulsión en Albacete cuando los blanquiazules iban por delante en el marcador.
Pero la realidad es que el Málaga tiene pie y medio en Primera RFEF tras una temporada desastrosa, con solo cinco victorias. Entre otras cosas, porque nadie ha sido capaz de tirar del carro para sacar el equipo a flote. Puede que Pellicer viera en Lago Junior un capitán provisional a la espera de recuperar a Escassi y Muñoz, el marfileño demuestra en el campo que es capaz de dar un paso adelante cada vez que le llega la pelota.
Pero en el once de Las Palmas había nombres como Juande, el que más veces se ha puesto la blanquiazul de todos los que había en el campo; Ramón, con poco protagonismo este curso, o Febas, el '10' del Málaga que ya estuvo la temporada pasada en La Rosaleda.
Muñoz y Escassi son los capitanes designados del equipo. Pero el primero no termina de ser el líder que todos esperan de él desde que se rompiera el cruzado y la falta de continuidad está marcando un curso sin grandes actuaciones. Su expulsión contra el Albacete, con un 1-2 en el marcador y fruto de un empujón a un rival y la continuación de las protestas, con más de una mitad de partido por delante, fue la gota que colmó el vaso. Escassi es el que más madera de líder demuestra en el campo, pero en el último tramo de la temporada estuvo seis partidos fuera por lesión.
Ambos sí que ejercen de portavoces cuando las cosas se tuercen en el verde, que este año está siendo desde el principio, y suelen ser autocríticos cuando toca. La rueda de prensa de Escassi tras conseguir la permanencia contra el Burgos la temporada pasada habla de su elocuencia: "A mí me da vergüenza salir a la calle".
Ante la ausencia de ambos, o el bajo rendimiento en el caso de Luis Muñoz, nadie ha dado el paso adelante para tirar de un carro que va marcha atrás. Manolo Reina y Bustinza han ido a menos a medida que avanzaba la temporada. El portero desapareció del once con la llegada de Pepe Mel en la jornada 7. Juanfran, otro veterano, no aceptó la suplencia o las sustituciones desde la etapa de Guede y salió en el mercado de invierno. El rendimiento de Rubén Castro no está siendo el esperado. Y de N'Diaye se ha hablado durante la temporada de su estado de forma más que de su rendimiento.
Y algunos jugadores que ya vestían la blanquiazul desde la temporada pasada, no han dado un paso adelante en ese sentido, como los casos de Febas, Genaro o Javi Jiménez, que ha portado el brazalete en alguna ocasión.
Tienen los blanquiazules once jornadas por jugar para dar un paso adelante, porque en la situación en la que se encuentra el equipo, hacen falta muchos líderes.