"Cuando Darío Silva, Dely baila" se convirtió en un refrán para el malaguismo cuando los dos delanteros deleitaban a la afición domingo tras domingo castigando a los rivales. Habría que ir pensando, si se mantiene la tendencia, en buscarle uno a Dioni y Antoñito Cordero, los dos principales activos en ataque de este Málaga CF en el inicio de temporada, protagonizando todos los goles que han marcado los de Sergio Pellicer en las cinco primeras jornadas salvo uno, el primero de Kevin en Ferrol. Llevan dos goles cada uno y todos han supuesto puntos. 

La sociedad se fundó en Tarragona, cuando Dioni recortó distancias en la prórroga del Nàstic-Málaga CF y Cordero metió el tanto del empate que puso al Málaga en Segunda y a él en la historia blanquiazul ya para siempre. Y desde entonces ambos siguen inspirados de cara a la portería rival. 

En su vuelta a Segunda División, el Málaga ha anotado seis goles, en cinco de ellos aparecen los nombres de Dioni y Cordero, ya sea con goles o asistencias. Sólo Kevin, con su misil tierra-aire en A Malata contra el Racing de Ferrol en la primera jornada de liga se ha colado en la nómina de productores de gol del equipo. 

Antoñito Cordero celebra un gol en La Rosaleda. LaLiga

Pero la sociedad formada por el jerezano y el de la Colonia de Santa Inés empezó a facturar pronto. Cordero fue al autor del 1-2 parcial contra el Racing de Ferrol en un partido que acabó en empate. 

También hubo reparto de puntos contra el Mirandés en el estreno del equipo este año en La Rosaleda. Cuando el Málaga iba por debajo en el marcador, Cordero botó un córner y Dioni la mandó para dentro, tres días después de enterrar a su padre. Lo dedicó al cielo. 

Lo siguiente fue la visita del Albacete a Martiricos. Primero Dioni igualó el partido en el que se habían adelantado los manchegos y cuando los de Pellicer lo estaban pasando mal. Un golazo con la pierna derecha, como en Tarragona. Después, con uno menos, el VAR ayudó a Palencia Caballero a señalar penalti al borde del descuento. El Málaga había sobrevivido con uno menos siendo mejor que el Albacete. Ahí que fue Cordero a agarrar la pelota para lanzar el penalti y darle la primera victoria del curso a los blanquiazules. 

Dioni celebra un gol en La Rosaleda. LaLiga

El último capítulo, tras el empate a cero en Córdoba, se vivió el pasado sábado contra el Huesca, cuando Cordero corrió para agarrar la pelota por la derecha, encarar al defensa y ponerla de caramelo a donde hace daño la pelota. Dioni forcejeaba con Pulido para rematar el regalo y finalmente fue el defensa el que se la metió para dentro. 

Ambos han sido protagonistas de todos los puntos conquistados por el Málaga hasta el momento. 

Protagonistas inesperados

Llama la atención sin duda el arranque de temporada del delantero malagueño, que volvía a Segunda División once años después de su última experiencia. Trece años sin marcar en la categoría de plata desde que lo hiciera en 2013 -estaba el Málaga en Champions- con el Hércules. Vacunó al Mallorca. Ahora, Dioni, que con la salida de Roberto se quedó como único delantero del equipo y vio cómo llegaban en verano Baturina y Sergio Castel, se ha hecho con el puesto después de su entrada al campo con el Mirandés. 

Está jugando más cerca del área, los minutos que ha estado en el campo ha sido el '9' del equipo, y en esa zona se mueve como pez en el agua con la pelota pegada el pie y buscándose la vida para labrarse ocasiones de gol. Contra el Huesca tuvo una muy clara y generó otra de Yanis. 

Por su parte, Cordero se ha visto con toda la responsabilidad encima por las lesiones de varios compañeros. Kevin, Larrubia y Lobete han ido cayendo hasta dejar a Cordero y Yanis como únicas opciones de Pellicer para jugar en las bandas. Estaba también Haitam, que ha vuelto a caer. 

Con esta situación, mientras se esperan reuniones para su renovación tras rechazar la oferta veraniega del FC Barcelona, Cordero ha completado los noventa minutos en tres partidos consecutivos. 

Ambos apunta de nuevo al once que saque el Málaga en Los Cármenes para medirse al Granada, que tendrá que pensar cómo frenar a una sociedad que empieza a meter miedo. 

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