Dani Sánchez: "Es un orgullo haber generado esta ilusión por el Málaga en la ciudad"
- El lateral izquierdo habla de las interioridades del vestuario y de su infancia siempre pegada a un balón en el parque.
- Más información: Primera parte de la entrevista a Dani Sánchez.
En esta segunda parte de la entrevista con Dani Sánchez para EL ESPAÑOL de Málaga, el lateral izquierdo se adentra en el vestuario, en las modas, en su infancia en Málaga y recuerda cómo fue el ascenso en Tarragona. O no, porque todavía no se lo cree.
La última imagen del Nou Stadi de Tarragona, creo que la última antes de que cerraran las puertas, sois tú y Genaro por el pasillo del vestuario con un altavoz bailando, no sé si te acuerdas.
Cierto, cierto.
¿Lo echas de menos?
Mucho. Muchísimo. Para mí era mi mejor amigo aquí, uno de mis mejores amigos, era un compañero que contaba con él para todo, dentro, fuera del campo y la verdad que fue un palo duro que se me fuera, porque bueno, él también soñaba con volver a segunda y estar juntos este año. Pero son cosas del fútbol y suele pasar. Pero ya te digo, sí, sí, lo echo de menos. Obviamente hablo con él no todos los días, pero ya nos hemos visto un montón de veces, él viene muchas veces para aquí, para Málaga, quedamos para comer y sí, lo echo de menos, está claro.
¿Has vuelto mucho a ese día, Dani? ¿Has visto muchos vídeos? ¿O te viene mucho a la cabeza?
Ver vídeos no, pero sí que es verdad que se me viene a la cabeza un montón de veces. Creo que es una cosa que no tiene explicación, porque es que ni nosotros mismos nos creíamos de la manera en la que lo hicimos. Fue una cosa… yo creo que fue uno de los mejores momentos de mi vida, por no decir el mejor, y la verdad que cada vez que lo recuerdo pues se te ponen los pelos de punta. Es un momento mágico, hemos tenido el privilegio y la suerte de vivir ese momento que fue… Yo no me acuerdo cuánto tiempo me tiré llorando seguido, porque es que era una cosa increíble, vamos, lo volvería a repetir todos los días de mi vida.
¿Y las celebraciones? ¿Recuerdas cómo estaba Málaga no ya al día siguiente, sino en el mismo aeropuerto o incluso en Tarragona con la afición en el césped celebrando el ascenso?
Sí, al final, con eso es lo que soñábamos durante todo año, poder ascender, poder darle a nuestra gente esa alegría que tanto se merecían después de haber sufrido bastante, y ya te digo, creo que fueron tres días, cuatro días seguidos que fueron sin parar de celebrarlo y así estuve, que acabé malo, imagínate, pasaron cuatro días que acabé malísimo, al final las energías ya no te daban para más de tanto celebrar, de tanto chillar. Fue una cosa increíble ver a la gente tan volcada por las calles, y al final, también lo dice el míster, hemos generado una ilusión al malagueño que antes no estaba, antes no se veía mucha gente con las camisetas del Málaga por las calles y ahora cada día que sale uno a hacer la compra o al gimnasio pues siempre ve dos o tres con las camisetas del Málaga, los niños… Es un orgullo haber generado con esta plantilla, con este grupo tan humano, esa unión y esa ilusión que tiene la ciudad ahora mismo.
¿Y qué significa eso para un malagueño y tan malaguita como tú? ¿Habías soñado tocar la gloria con el Málaga, fuese de la forma que fuese?
Sí, sí, sí… A ver, nunca, nunca, nunca había soñado, o sea, nunca sabía que me iba a pasar esto de volver al Málaga, al fútbol profesional después de tanto tiempo malo que hemos vivido, porque al final era una cosa que nadie se imaginaba, que el Málaga iba a bajar, o que iba a estar mal, o que iba a estar en peligro, ¿no?, del tema económico, o lo que esté pasando… Pero sí que es verdad, cuando era chico, pues cada niño pues sueña con estar ahí, con jugar, y se me cumplió también a mí uno de los sueños, por haber jugado en La Rosaleda con tanta gente, con 26.000 personas, 27.000, o no sé cuál fue lo máximo del año pasado, o de este. Y ya te digo que es un sueño. También que mi familia esté ahí viéndome, que yo esté en el club de mi ciudad, que yo viva aquí, que al final pues tenga mi familia cerquita, es un sueño. Y luego un malagueño también tiene esa autopresión, ¿no? (sic). Pero lo intento llevar lo más normal posible, porque al final eso es lo que se hace diferente a cada uno y hay que tener la presión a un lado y saber que está en uno de los mejores clubes de Segunda y de Primera División, que al final tenemos una magnitud que es bastante importante.
Las redes sociales, en las que tú eres activo, permiten entrar o al menos imaginarse cómo es el vestuario del Málaga. Kevin y tú tiráis del carro malaguita hablándole y pinchándole especialmente a los compañeros del norte ¿Cómo lo hacéis en el vestuario para que al final todo el mundo sea un malagueño más ahí dentro?
La gente que es de fuera, como por ejemplo los que han venido ahora, Pastor o Lobo, que ahora, mira, hemos quedado para ver el Barça, somos un grupo que al final es muy fácil de integrar a la gente. Me acuerdo cuando este verano vino la gente nueva, al día siguiente estaban ya integrados. Es muy fácil integrarse. Es lo mejor, un trabajo que es tan serio, llevarlo también a la parte de la alegría, y eso se contagia. Y Kevin es como yo, somos dos chavales muy graciosos y siempre buscamos hacer la gracia. Pero también hay muchísima gente en el equipo que son muy graciosos, creo que es de la mejor manera la que se puede llevar en el día a día.
¿Kevin es tu mejor amigo en el vestuario?
Obviamente me llevo bien con todos, es inviable que me lleve mal con nadie. Pero para mí Kevin también es un hermano, aunque es igual que la gente nueva que ha venido, Pastor, Lobo… También Murillo, Alfonso, no sé… Tenemos un grupito también de amigos, los más jóvenes, porque al final los más veteranos tienen su mujer, tiene sus niños y es diferente. Los jóvenes pues estamos un poquito más juntos en el día a día, por las tardes, quedamos muchas veces para tomar café, para hablar de nuestras cosas, de nuestras tonterías, fuera del ámbito del fútbol, que al final muchas veces viene bien desconectar de esto, tienes que tener la mente limpia. Pero sí, al final Kevin es uno de mis grandes amigos aquí.
¿Y qué puedes decir de Sergio Castel? Tus compañeros en otras entrevistas lo destacan como un 'personaje'. ¿Qué tiene Castel?
(Risas). El chaval es madrileño, pero parece que se ha criado aquí toda la vida. Tiene, no sé cuántos años, tiene, 29 yo creo, va a cumplir 30 y tiene la mentalidad de un niño de 15 años (más risas). Pero es un chaval súper, súper gracioso y la verdad que es una alegría. Ese tipo de jugador en un equipo te hace hacer piña. Pero cuando se pone a entrenar trabaja duro, y sabe diferenciar en cualquier momento cuándo estar de risa y cuándo no. Pero Castel es una gran persona y es uno de mis grandes amigos aquí, lo conozco desde hace poquito y ya te digo, se ha ganado mi corazón.
¿Tan mal le queda en la gorra a Jokin Gabilondo? -Einar Galilea hablaba en 101TV de que el lateral derecho ahora aparecía en el vestuario "con unas gorras" y de sumarse a los estilismos arriesgados de gente como Dani dentro del vestuario. "Pero a Dani le queda todo bien, tiene flow"-.
(Risas). Yo soy defensor de Jokin y de su estilo. A mí me encanta, tú sabes al final, no sé si me conoces en el mundo de fuera del fútbol, pero también me encanta vestir extravagante y para mí Jokin tiene todo mi respeto y le queda bien la gorra. Einar, como es vasco, a lo mejor no se ha acostumbrado a ver ese tipo de estilo de happy flower, de flow y de esas cosas, jajajaja. Jokin, desde que llegó al Málaga, ha evolucionado bastante en el tema de vestimenta.
Un niño de Los Corazones pegado a un balón
Dani, ¿de qué parte de Málaga eres?
Yo me crie en el barrio donde está la Federación Malagueña, al lado de la Feria, pero me mudé con 11 añitos al barrio de Los Corazones, en la barriada del Carmen.
¿Y qué recuerdos tienes tú de ese Dani de niño en Málaga?
Pues el de un chaval que siempre tenía el balón en la mano, que solamente quería parque, le encantaba hacer los deberes corriendo en el colegio para tener más tiempo libre y poder irse a jugar al parque con los colegas. He tenido una infancia muy bonita, porque siempre he tenido alrededor a gente que me ha querido, gente que son amigos que ahora mismo no veo mucho, porque he estado más alejado y al final la vida que tengo me hace hacer cosas un poco diferentes a los demás. Pero recuerdo una infancia súper bonita, con un balón siempre en la mano y una educación que me dieron mis padres espectacular.
Te fuiste de Málaga con 15 años a la cantera del Real Madrid. ¿Echabas mucho de menos Málaga o tú, que pareces un tío extrovertido, no has tenido problemas en adaptarte y en vivir en otros lugares?
No. Al final soy un chaval súper independiente, he estado toda mi vida fuera y he tenido esa suerte. Me acostumbré siempre, -tiene 24 años y ha pasado por Linares, Sabadell y Soria además de la cantera del Madrid- obviamente echaba de menos a mi familia. Pero tenía claro que si tenía que estar pues dos años sin ver a nadie con tal de luchar por mi sueño, pues tiraba para adelante como un león. Y la verdad que nunca ha sido un problema para mí estar fuera, o incluso si tuviera que estar fuera del país, que todavía pues no se me ha dado el caso. Obviamente siempre se tienen momentos de bajón en los que echas de menos a tus hermanos, a tu padre, a tu madre, pero nunca sufrí en ese aspecto, de que por mi cabeza se pasara volver a Málaga para estar con mi familia. Siempre ha tenido claro que las cosas suceden cuando tienen que pasar, y lo que está pasando ahora es uno de los mejores momentos de mi vida.
¿Y hay algo que Dani no se pierda de Málaga?
A mí lo que más gusta de Málaga, más allá de los grandes eventos o fiestas, es el día a día, tener cerca a tus padres, a tu hermano, a tus mejores amigos, a tu agente. Eso al final creo que es lo que se lleva uno, después de tantos años fuera. La verdad que no tengo una cosa que yo diga pues me quedo con esto. Me quedo con la cercanía de los míos que creo que es lo más importante al final.
Antes de fichar por el Málaga jugaste en el Numancia, una de las aficiones hermanas del malaguismo por aquel ascenso de 1999. ¿Te hablaron en Soria de lo que ocurrió en Los Pajaritos en aquel hermanamiento de las dos aficiones?
Pues sinceramente nunca me hablaron de eso. Para que veas.
Dani no había nacido. Fue el 23 de mayo de 1999, cuando Numancia y Málaga se midieron en el estadio Los Pajaritos, con los blanquiazules, a las órdenes del recordado Peiró, líderes, y el Numancia siguiendo la estela. El partido acabó en empate a cero y los dos equipos acabarían ascendiendo. Cuando sonó el pitido final, las dos aficiones se tiraron al campo -había mil malaguistas- y se produjo un intercambio de cánticos, camisetas, bufandas, etc, con las dos aficiones saliendo abrazadas del estadio y los sorianos aplaudiendo a los autobuses del Málaga cuando abandonaban la ciudad.
Pues mira, me alegro mucho de saberlo porque al final estuve antes de venir aquí, pasé un año por el Numancia y fue también un año duro para nosotros porque al final descendimos en el último partido, pero fue un año también bonito porque a nivel individual hice bastantes cosas buenas y es lo que me llevó a estar en el club de mi vida.
La última, ¿tenemos Dani Sánchez para un rato en el Málaga -acaba contrato en junio de 2025?
A ver, al final yo siempre vivo el presente porque creo que pensar en el futuro es muy difícil y pueden pasar millones de cosas. Ahora mismo estoy feliz aquí creo que estoy rindiendo a buen nivel. El rendimiento se actualiza y al final es lo que habla. Pero si me dijeran que tengo que seguir otro año más no tendría ninguna duda de que sigo. Pero el futuro nunca se sabe. Ahora mismo no tengo pensamiento ni de irme ni de escuchar otras cosas.