Al Unicaja de Málaga le quedan seis finales para seguir vivos si quieren jugar la Copa del Rey en Granada. Tres de ellas se disputarán en el Martín Carpena y en otras tres tendrán que viajar. Sin embargo, el balance del equipo lejos de la Costa del Sol no es alentador: una victoria (Murcia) y cuatro derrotas (Tenerife, Manresa, Andorra y Baskonia). No obstante, tras los partidos internacionales y ante la necesidad que surge, supone un buen momento para revertir la racha.
Los de Fotis Katsikaris se la juegan para finalizar el año y mucha responsabilidad caerá en lo que ha sido su peor versión esta temporada: el papel de visitante. Es indudable el talento anotador que tiene este partido, pero hay apartados como los rebotes, los puntos de banquillo o las asistencias que hacen ver que la anotación no es suficiente para ganar partidos.
La cuestión es que el equipo sufre si se aleja de su afición. Ya lo demostró en la campaña anterior, incluso en Málaga con el pabellón vacío, y lo vuelve a hacer esta temporada cuando hay desplazamientos. Si bien es cierto que las derrotas en el Carpena han sido por dos puntos contra el Gran Canaria y otros dos ante Barça, dolorosos han sido los tropiezos ante Manresa por 11 puntos y en Andorra por 9 porque hay estadísticas que castigan al Unicaja como visitante con respecto a la media del resto de equipos en Liga Endesa.
Una de ellas es el rebote. Los malagueños han dado un paso adelante en esta faceta, pero no es suficiente conforme al resto. Sigue siendo el tercer equipo que menos rebotes captura, el segundo peor en los ofensivos y es el cuarto que más rebotes concede a sus rivales (solo por detrás de Fuenlabrada, Betis y Andorra). Como consecuencia directa, los conjuntos españoles promedian 8.91 puntos en segunda oportunidad y el Unicaja 6.40.
Otro de los aspectos en el que será fundamental mejorar es en la anotación desde el banquillo. El comienzo liguero fue irregular por las bajas, pero es un factor que puede ser diferencial para ganar partidos. Solo los suplentes del Breogán (21.8) anotan menos puntos que los cajistas (24.4) cuando la media es (31.34). Diferencias valiosas que también se reflejan en el número de tiros libres lanzados (16 por 17.52 el resto de equipos).
Además, una de las estadísticas que si se mejora podría suponer menos puntos de los rivales es el tema de las asistencias. El promedio del Unicaja como visitante es mínimamente inferior a la media de la Liga, pero una de las cosas que preocupa es la relación entre los pases que terminan en canasta y las pérdidas. El Unicaja, que es un equipo que cuida poco el balón, tuvo en las derrotas frente al Tenerife de Txus Vidorreta 15 asistencias y 17 pérdidas, mientras que los números en Manresa fueron de 16 asistencias y 18 pérdidas.
No obstante, el equipo malagueño es superior a la media en aspectos como el porcentaje de tiro, puntos tras pérdida rival, puntos en contraataque, en la anotación y en la valoración. Son datos que demuestran la gran capacidad y el evidente talento ofensivo con el que cuentan los jugadores de este equipo. Pero como se ha demostrado hasta el momento, no es suficiente si se quiere estar en la ciudad nazarí.
Este fin de semana ya empieza el sprint final para concluir la primera vuelta. De los seis partidos que quedan el Unicaja necesita cuatro victorias y un balance de nueve triunfos no aseguraría nada, en un principio. Mientras tanto, la primera parada será este domingo en Sevilla a las 12.30 horas para celebrar el derbi andaluz. Ganar supondría equilibrar el balance en Liga Endesa (6-6). La derrota, un daño prácticamente irreversible.