El Unicaja de Málaga cosechó una importante victoria en su primer partido a domicilio en la segunda ronda de la Liga de Campeones FIBA (BCL, por sus siglas en inglés) ante el Limoges por 67-84 tras un dominante segundo y último cuarto y con el protagonismo de Dylan Osetkowski, el más inspirado con 19 puntos, siete rebotes y 22 de valoración.
El primer cuarto tuvo un cambio de tendencia muy claro: un Unicaja que fue de más a menos desde que David Kravish dejó la pista. Y eso que el partido empezó bien para los de Ibon Navarro, que con dos triples consecutivos y un buen movimiento de bola en ataque cogió una ventaja de siete puntos que debió agrandarse, pero sucedió todo lo contrario.
El Limoges es un equipo peleón, pese a no tener prodigios físicos por dentro, pero son tácticamente buenos a la hora de frenar sangrías, y eso lo acompañaron con acierto en ataque con sendos puntos del escolta Nicolas Lang y el triple final de Jayvon Graves para darle la vuelta al marcador (19-17).
El Unicaja reajustó para el segundo cuarto y confió en la muñeca de Dylan Osetkowski para volver a coger impulso: su tres de tres en tiros exteriores confirmó que cuando entra en racha, es un ala-pívot con alma de escolta y características de triplista.
Aunque ni por esas los galos se desenganchaban del Unicaja, hasta que estos se encontraron con un parcial de 0-7 para ir haciendo mella, y en eso estuvieron muy finos tanto Osetkowski como el incombustible Kendrick Perry, sin olvidarse del papel de Nihad Djedovic como pegamento entre el interior y el exterior, el ataque y la defensa, el pase y la canasta (34-45 al descanso).
El bloqueo y continuación, la jugada de toda la vida, fue la otra vía para seguir agrandando la herida del Limoges, que se vio en apenas minuto y medio perdiendo de 14 puntos nada más saltar al parqué desde vestuarios, y aunque lograron reponerse rápido con dos triples seguidos, el Unicaja replicó con la misma fórmula.
Con el partido virando hacia un juego más caótico, dinámico y alocado en lugar de ordenado y estático, el Unicaja volvió a coger esa máxima diferencia de 14 puntos que dos malas defensas dejaron en diez para encarar el último tirón con una ventaja considerable.
En estos contextos de partido, al Unicaja no se le suelen escapar las victorias cuando logran mantener esa distancia de seguridad que siempre logran mantener estables ante la rotación de su plantilla: cuando no es Perry, es Carter, Osetkowski o Brizuela, mucha pólvora que se prende desde una defensa a la que temer, con Alberto Díaz como estandarte.
Como ocurrió en su último choque ante Valencia Basket, el equipo malagueño siempre llega a los últimos cinco minutos con el turbo recargado para terminar de sobrepasar a su rival en robos y buenas acciones atrás que, mediante autopistas y en transición, acaban casi siempre en bandejas y en puntos.
Con esta victoria, el Unicaja coge un pequeño atajo hacia los cuartos de final porque, aunque quedan cuatro jornadas aún, ya le saca una victoria a AEK y Galatasaray y dos al Limoges, por lo que se afianza como líder en solitario y favorito a quedar como primero de grupo.
Ficha técnica:
67 - Limoges (19+15+19+14): Hawking (2), Jones (11), Miller (2), Lang (17), Yeguete (2) -quinteto inicial- Wojciechchowki (4), Ugolin (), Kadji (6), Kyzlink (4), Graves (17).
84 - Unicaja (17+28+18+21): Perry (10), Kalinoski (5), Djedovic (10), Ejim (2), Kravish (11) -quinteto inicial- Díaz (3), Brizuela (6), Sima (2), Carter (5), Thomas (0), Osetkowski (19), Saint-Supery (0).
Árbitros: Paulo Marques (Portugal), Radomir Vojinovic (Montenegro), Kerem Baki (Turquía).
Incidencias: Partido de la segunda jornada de la segunda fase de la Liga de Campeones FIBA en el Palais des Sports de Beaublanc.
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