"COMUNIDAD + CONSTANCIA = CAMBIO MENTALIDAD", escribe Ramón Rubio en una libreta. Sigue garabateando espermatozoides, óvulos, telas de araña, y explica su planteamiento: "Nuestra Matrix de malagueño medio es ser empleado u opositor. Para salir de ese Matrix, necesitamos de un jugador que te dé acompañamiento. Para mí, ese player es Demium. Es un sistema que cada vez está fecundando más cabezas", defiende.
Rubio defiende así la labor de la inversora de talento de cuya sede en Málaga ha sido director de proyectos desde noviembre de 2019 hasta este mismo verano, tiempo en el que le ha dado tiempo a lanzar a proyectos referentes de la nueva generación de la Málaga tecnológica como Agrow, Wains, Kaikoo, Zexel o Planet Dataset. Ahora, Rubio deja su cargo para empezar de cero en Australia. En una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga, repasa su trayectoria, explica su decisión y comparte cuáles son —para él— las claves para que Málaga sea "la casa de la gente que quiere hacer cosas".
"Para lograr ese cambio de mentalidad, Demium tiene que tejer un ecosistema a su alrededor y no centrarse solo en sus propias startup", defiende Rubio. Con ese propósito, se ha convertido en el padrino y maestro de ceremonias de la nueva generación de empresas tecnológicas de Málaga; a las que ha impulsado diariamente en la inversora de talento y a las que ha presentado y ensalzado en eventos como el Outstandings de la comunidad Málaga Tech o el Demium Roadshow.
Él lo representa gráficamente con una telaraña con el símbolo de Demium en el centro, en la que cada uno de los vértices representa a otros actores del ecosistema: el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo (IMFE), el Campus 42 de Telefónica, Andalucía Open Future, la UMA, Andalucía Emprende, el coworking municipal La Brújula... "Siento que hemos sido esa araña que teje el ecosistema poco a poco", señala.
"Ya está bien de hacer cada uno su acción individual, estamos en el momento de cooperar. No podemos ser señores feudales cada uno de su parcela", argumenta Rubio, que defiende que desde Demium siempre han apostado por "conocer a todos los actores de alrededor y saber qué aporta cada uno", para así también "redirigir a otros programas en los que pueda cuadrar más" a jóvenes que se presentaban a Demium. Así, servían de puerta de entrada a todas las ofertas del ecosistema, con el propósito de "hacer de Málaga una ciudad emprendedora, proactiva".
Para él, actuar como dinamizador del ecosistema es una manera de devolver lo que recibió cuando era estudiante. En su segundo año del grado de Márketing, el profesor José María de la Varga —"De estos maestros vocacionales que, si ven talento, lo elevan", le define Rubio— le mostró el proyecto Link by UMA, punto de conexión entre la Universidad y la empresas.
"Allí me di cuenta de que sometido bajo presión y en un entorno con un equipo hecho para conseguir algo, salían las cosas", plantea. Para él, los programas de esta entidad actuaron como un "agitador de conciencias" que "te demuestra que tienes un potencial que la carrera no te sabe exprimir". Comenzó a faltar a las clases oficiales de su grado para poder ir a los seminarios de marca personal, u oratoria, o emprendimiento, en los que empezaba a encontrar a las mismas caras de jóvenes, la que define como "Generación Link". Ahora, muchos de ellos están en posiciones tecnológicas pujantes del ecosistema.
Ramón Rubio dibuja en la libreta varios espermatozoides coleteando hacia un óvulo. Algunos caen, algunos fecundan. Desde su perspectiva, cada vez más iniciativas como la suya fecundan en las mentes de la nuevas generaciones de Málaga y se crea "una espiral de cada vez más gente". Su objetivo, afirma, es que su historia "la puedan vivir muchos otros alumnos de la UMA": "Estamos pavimentando el camino para que lo gente lo vea y se plantee tomarlo".
Cuenta que su camino salió bien por una "carambola": dos años después de coincidir con Álvaro Villacorta en un evento de Link, le sirvió de enlace para alcanzar la posición que ha ocupado durante casi tres años en Demium. "Mi camino ha salido bien; pero quiero que esa carambola sea más plana y que se vea loable la opción de salir de ese Matrix", plantea.
Ahora, se va a Autralia sin fecha de vuelta "para venir mejor, saciar esa curiosidad de conocer el mundo y volver a Málaga a darlo todo". "En mi día a día durante los últimos tres años he ayudado a lsos emprendedores a que realicen sus sueños, ¿cómo yo no voy a luchar por perseguir los míos?", se cuestiona Ramón Rubio con su habitual sonrisa.