No es fácil conseguir inversión de la magnitud de varios millones para una tecnológica emergente de Málaga, por lo que el hito de Booh! Food es aún mayor. Esta startup malagueña anuncia este jueves una entrada en su capital de hasta 3 millones de euros por parte de la compañía inmobiliaria Castellana Properties, que se convierte así en su principal inversor y que se suman al acuerdo de hasta 10 millones que cerraron el año pasado con la gestora Lift Asset Management. En total, hasta 13 millones de euros para un nuevo paso en el desarrollo de su negocio: sacar las llamadas dark kitchen a la luz y situarlas en superficies comerciales más tradicionales
Por lo pronto, el centro comercial Los Arcos en Sevilla se convertirá en el primero que cuente con una cocina fantasma de Booh! operativa, que albergará más de 12 nuevas marcas de restauración. Esa es la propuesta de la compañía: bajo un mismo espacio, se pueden cocinar y servir desde tacos de La Rechida Mex hasta hamburguesas de Legend Smash Burger o pizzas de La Tomatella. Todas ellas, marcas creadas por la propia startup malagueña, que también acuerda con otras empresas de restauración para realizar sus productos en sus cocinas fantasma y así sumar más marcas.
Este formato en el que las dark kitchens o cocinas fantasma salen a la luz para servir directamente al consumidor final se ha bautizado como bright kitchens, y Los Arcos será el primer comercial de España en contar con este modelo de restauración. La financiación inicial es de 1,2 millones de euros que se pueden elevar hasta 3 millones en dos años, ya que el acuerdo tiene programadas tres aperturas en centros comerciales de Castellana Properties. No se descarta que, si el modelo tiene éxito, haya una inversión mayor a partir de 2025.
"Ha sido un año y medio de negociación muy duro, porque es algo diferente: no se trata de una entrada normal de inversión en la compañía, sino de uno de los mayores fondos inmobiliarios de España", explica el CEO de Booh! Food, Daniel Bueno, en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga. Para él, esta compañía es "un aliado ideal para encajar en el modelo de estar dentro de las ciudades y no ser intrusivos" al situarse en centro comerciales.
Se trata de un formato "evolucionado" de su modelo de negocio, y desde la compañía esperan que se den casos de uso como que, por ejemplo, el consumidor pida, se vaya a hacer compras y recoge su comida al salir por el parking: "Este modelo de negocio es un éxito rotundo en los Walmart de Estados Unidos y también en Reino Unido hay quien está empezando a hacerlo. En España, vamos a ser pioneros", defiende Bueno. A ello se suma que podrán llegar a 600.000 hogares en el entorno del centro comercial a través de la app de pedidos de Booh!.
La novedad de la ubicación no quita que el sector de las dark kitchen tenga ya un cierto recorrido desde que Booh! naciera en la incubadora Demium en 2018, y cada vez haya "más restaurantes digitales". "Ahora sí hay licencias multicocina, hay un marco regulatorio y nosotros tenemos mucho más claro qué hemos de cumplir a la hora de diseñar el proyecto", afirma el CEO de la empresa, que asegura que ellos siempre se han preocupado por "sobredimensionar las instalaciones" para tener el menor impacto posible en cuanto a ruidos y olores sobre el vecindario en el que se situasen.
"En vez de prohibir, vamos a intentar buscar encaje. Si hay espacios en las ciudades en los que podemos tener las dark kitchens, los ecommerce, las dark stores, y sean poco invasivos con el vecindario, ¡es donde debemos estar!", propone Bueno, que rechaza la opción de situarse en polígonos industriales porque su servicio es "una entrega rápida a un cliente que cada vez demanda más".
Su objetivo es que esa primera dark kitchen en Los Arcos esté lista a principios del año que viene, y ya miran a ciudades medianas de España para situar su propuesta allí. Entrar a competir en grandes urbes como Madrid o Barcelona no es una prioridad al encontrarse allí "una competencia atroz en la que te vas a pegar con muchísimas marcas, algunas muy consolidadas". Y, además de esa línea de entradas en centro comerciales, también cuenta con esa financiación de diez millones del año pasado para adaptar otros locales a ese nuevo concepto de bright kitchen.
"Son inversiones altas porque montar un centro de Booh! tiene un coste alto, el millón no te lo quita nadie. Es por eso por lo que nosotros viramos estratégicamente a este tipo de inversores que entienden que, para poder facturar, hay que crear una estructura. Los inmobiliarios han sido los que han entendido el modelo de negocio a la primera", comparte Daniel Bueno: "Es la máxima explotación posible del metro cuadrado".
El inversor más estándar en tecnología, en cambio, todavía no han comprendido tanto la propuesta esta startup, a lo que se suma la tradicional carencia de capital riesgo de la que adolecen las compañías innovadoras emergentes de Málaga: "No ha sido fácil. Un mes estás arriba y otro, abajo. Somos empresas que vamos a pérdidas en los primeros años y hay un alto porcentaje de cierre. Hemos picado muchísima piedra y cambiado el modelo de negocio intentando buscar inversión, pero fue un error".
"La inversión ha llegado por la cabezonería de que nuestro modelo de negocio tenía sentido y que teníamos que seguir trabajando en él, aunque fuese complicado. Se ha trabajado mucho y duro, se ha pasado mal y al final el esfuerzo tiene su recompensa. Podría haber sido que no, pero estamos muy contentos y creo que todavía no somos conscientes del éxito que acabamos de tener", concluye Bueno, que espera que estas operaciones también de tracción para que entren más inversores.