El Málaga TechPark ya no está situado a las afueras de la ciudad, en el distrito de Campanillas. O, al menos, no solo. El antiguamente conocido como Parque Tecnológico de Andalucía o PTA crece por la urbe, y abre dos nuevas sedes en dos espacios icónicos del centro histórico: el Puerto y la Plaza del Obispo. El director general de la tecnópolis, Felipe Romera, los denomina "enclaves" y adelanta en una conversación con EL ESPAÑOL de Málaga que ya miran al resto de la Costa del Sol para seguir con la expansión.
"Los enclaves no son el parque... ¡o sí!", explica Romera, que subraya que son espacios en los que las compañías que lo deseen podrán asociarse con entidades relacionadas con el Málaga TechPark, como su club de ejecutivos o la Fundación Instituto Ricardo Valle: "Son proyectos en los que los presidentes son empresarios. Nosotros ayudamos y hacemos una especie de secretaría para ayudarles en los distintos grupos y proyectos. Este es el futuro del parque".
Su visión pasa por ser un actor clave para conectar el ecosistema, sin intentar acapararlo. "El parque está cambiando incluso respecto a la idea inicial", desarrolla el director general del Málaga TechPark.
"Tenemos dos medidores de desarrollo. Uno es seguir creciendo en el parque y tener espacio para poder tener aquí 50.000 empleados, más o menos el doble de lo que tenemos ahora; el otro tema es ayudar desde el parque a vertebrar grandes proyectos empresariales con un propósito de país, de Andalucía y de Málaga", continúa.
Romera lo resume en el que la tecnópolis "salta sus fronteras": "Aquí no estamos hablando de las empresas del parque, sino de compañías innovadoras de toda la provincia. Todas que tengan interés en trabajar en estos proyectos pueden formar parte", incide. La pretensión es impulsar "una política común de desarrollo".
Así, en el pasado mes el Málaga TechPark ha firmado acuerdos tanto con el Puerto de la ciudad como con la Fundación Unicaja para poder situar estos "enclaves" en sus sedes. "El último que hemos cerrado es el de la Plaza del Obispo, el mejor de la ciudad. Allí queremos desarrollar proyectos que genere el ecosistema innovador de Málaga; ya sean startups, estudiantes o lo que sea", apunta Romera.
La Fundación Unicaja cuenta con la cesión por parte del Obispado de Málaga del icónico Palacio Episcopal en dicha plaza, cuya tercera planta ocupará el antes conocido como PTA. "Queremos animar la creación de startups no solo pensando en que haya algún emprendedor al que se le ocurra una idea, sino también proyectos que puedan salir desde la Fundación Innova IRV", desarrolla. Aún no ha trascendido el número de iniciativas que podrá acoger el espacio, pero sí ha quedado patente las posibilidades de colaboración también con el fondo de capital riesgo de la Fundación Unicaja.
"En el fondo, aquí hay una estrategia que va de ampliar los instrumentos del parque para poder utilizarlos donde quieran las empresas y tener una especie de incubadora o aceleradora para nuestros proyectos", comparte Romera, que insiste en la idea de la "vertebración" del ecosistema.
Por ejemplo, la relación del centro de ciberseguridad de Google (que forma parte tanto del club de ejecutivos como de la Fundación Innova IRV) se concretaría en el enclave del Puerto, que actuaría como "elemento físico con una cierta representatividad": "Cada lugar tiene un elemento de valor añadido. El Puerto tiene muchos proyectos de innovación y el enclave es un instrumento muy importante para desarrollarlos", cuenta.
"Todo esto es lo que llamamos la vertebración del ecosistema. Evidentemente estamos hablando hasta ahora solo en la ciudad, pero nos gustaría empezar a crear otros enclaves en Marbella o en Fuengirola, donde hay mucho empresario también interesado", adelanta el director general del Málaga TechPark.
Desde su perspectiva, fue la pandemia de la Covid-19 el hito que sirvió de punto de inflexión para comenzar esta etapa de colaboración interempresarial. Desde entonces, aupados además por las posibilidades del teletrabajo, el parque tecnológico se entiende a sí mismo como un ente que trasciende en mucho los límites del distrito de Campanillas.