Javier Ramos es el CEO de Kaiju Group, la firma malagueña que comenzó hace más de una década a impulsar el sector del videojuego en Málaga a través de su marca de formación Evad y los festivales Freakcon y Gamepolis. El pasado año consiguieron un nuevo hito: la apertura de OXO Museo del Videojuego en colaboración con la Diputación de Málaga. "Estamos muy contentos, muy orgullosos de lo que estamos haciendo. Y hay mucho recorrido por delante", asegura.
Esta sección de entrevistas se llama A título personal. ¿Quién es Javier Ramos y qué es Kaiju Group?
No me lo puedo llevar a nivel personal de Javier Ramos porque este proyecto es de tres hermanos, y la verdad es que somos como una mente colmena, pensamos igual, cada uno en sus funciones pero todos con un mismo objetivo. Kaiju es un grupo de chicos y chicas, unas 103 personas que intentamos hacer cosas distintas alrededor de la tecnología, de la formación, de los videojuegos, de OXO Museo, del turismo y también del deporte. Empezamos hace 11 años.
Han diversificado mucho en estos 11 años, ¿cómo ve el cambio del ecosistema emprendedor en la ciudad?
Cuando empezamos, nos costó bastante que creyeran en el proyecto de los videojuegos en Málaga, empezamos con el festival Gamepolis. Eran reuniones muy incómodas en la capital, en Bilbao, en Barcelona… porque no creían que Málaga pudiera hacer lo que ahora está haciendo. Muy poca gente apostó realmente por ello. Era un producto en el que no se creía. Y después, con esfuerzo, también creamos nuestra escuela Evad, que era un producto que parecía una locura y ahora es una realidad. Grandes grupos de educación nos han intentado comprar muchas veces. No solamente nacionales, sino también internacionales. Ha sido un camino duro, pero seguimos trabajando y creyendo en nuestro proyecto, también invirtiendo, ahora en varios proyectos de exalumnos nuestros.
Estamos muy contentos, muy orgullosos de lo que estamos haciendo. Y hay mucho recorrido por delante. Kaiju es un animal mitológico japonés, como una especie de Godzilla. Y ese era el origen, cuando constituimos el nombre dijimos: vamos a ser un bicho, como se dice en Málaga. Queríamos ser un bicho de empresa y lo estamos consiguiendo, pero queda mucho por hacer, mucho recorrido.
¿Qué planes de expansión tienen?
Estamos un poco con todo, queremos seguir creciendo tanto en el museo como en la escuela y en los eventos. Uno de los proyectos más ambiciosos es la nueva Fábrica del Videojuego en Sevilla, vamos a replicar el modelo de Málaga junto a Viva Games. Será un espacio de 11.000 metros cuadrados.
Este año el festival Freakcon se muda a Torremolinos, por primera vez lo desarrollan fuera de Málaga capital.
Tiene la esencia de los años anteriores, pero en otro espacio. Los contenidos siguen siendo los mismos, la calidad de los invitados igual o más, porque este año hemos apretado bastante para que sea un Freakcon muy bueno. Y la verdad es que la respuesta de la gente está siendo espectacular. La venta de entradas está un 60% por encima del año pasado. Es un público muy familiar, muy fiel. El evento es muy divertido, hoy en día ser friki no es una deshonra. Yo soy un friki de mucho cuidado y es un orgullo. Además, este año el festival coincide con el Día del Orgullo Friki, el 25 de mayo.
¿Cómo ha cambiado la forma de entender los videojuegos y del mundo tecnológico?
Las personas que dirigen las instituciones han cambiado también, ahora incluso ellos son jugadores. Nosotros, por ejemplo, lo vemos con la Diputación de Málaga y su presidente actual, Francisco Salado. El tema de OXO Museo del Videojuego lo vio clarísimo. Aparte de por sus hijos, él entiende lo que es el sector del videojuego, porque él también juega. Entendía perfectamente la apuesta que se iba a hacer. Creo que fue valiente y atrevido hacer de este edificio tan prestigioso y tan único, propiedad de Diputación, un proyecto enfocado cien por cien a videojuegos. Ya somos un museo reconocido por la Junta de Andalucía, como es el Thyssen o el Picasso. Y la verdad es que está siendo un éxito. Es más, nos lo están pidiendo en otras ciudades y en otros países, quieren que llevemos el modelo de OXO.
¿Qué perfil de visitantes tiene OXO?
Tenemos un porcentaje muy alto de extranjeros. Viene gente que incluso nos escriben y nos preguntan por días concretos. El museo está abierto todos los días del año, es parte del éxito, y ese perfil internacional es muy importante. Y evidentemente también el perfil nacional. El malagueño también viene a OXO. Es un producto en el que tiramos de la nostalgia, de esa generación de los años 70 y 80 que ya tiene hijos y que se ha criado con los videojuegos. Es un recorrido de pasado, presente y futuro. La gente que va al museo alucina, tenemos también cartas y correos que nos mandan después de la visita, muy sorprendidos de la experiencia.
Para nosotros es muy importante haber hecho una exposición temporal con Square Enix (compañía desarrolladora de videojuegos japonesa). Es la primera vez que sale de su territorio, para mostrar una saga tan importante como Final Fantasy. Que unos malagueños locos hayan trabajado con una empresa multinacional como Square Enix para montar esta exposición en OXO Museo es un hito de la industria del videojuego.
Pone a Málaga en el mapa.
Claro. Nosotros cuando hablamos al principio con los japoneses, teníamos que explicarles que es Málaga y dónde está. España, Barcelona, Madrid, algunos conocían Marbella... pero Málaga, ni idea. Cuando hicimos vídeos de la ciudad, la verdad es que se quedaron asombrados. Desde Plaion, que es la central que conecta con Londres y con Japón, también estaban al cien por cien. Han hecho un trabajo muy bueno para que todo esto saliera. Ha sido muy gratificante para todo el equipo, y la gente del sector está alucinada. Los japoneses son muy protectores de lo suyo, de sus derechos, de su imagen… Y que hayamos trabajado con ellos de esta forma es algo muy significativo. Eso no se ha hecho en ningún sitio.
¿Hay salidas profesionales en Málaga para el sector de los videojuegos?
Yo diría que sí, no solamente como desarrollador de videojuegos. También en todo lo que tiene que ver con el sector de los videojuegos. Los eSports, por ejemplo. No solamente los cinco protagonistas o el jugador de fighting que es el protagonista más visible. Alrededor hay profesiones muy interesantes y que viven del sector, como la parte de creación de contenido digital, música, doblajes… Y ahora mismo se están formando pequeños estudios que creo que también es importante que pasen por esas fases para poder enfrentarse a grandes proyectos.
¿Qué haría falta en Málaga para impulsar el sector?
Una gran empresa, una gran desarrolladora que diga: me vengo a Málaga y aquí voy a crear también un ecosistema potente. Como un punto de interés para seguir creando esa cantera. Yo creo que llegará.
¿Hay firmas del sector fijándose en Málaga?
Málaga es muy atractiva para seguir creciendo en todo, y no solamente en el sector de los videojuegos, sino en todo el umbral de las ramas tecnológicas. Que haya venido Vodafone es un hito bastante potente, Google con Bernardo Quintero… También hay muchas grandes empresas malagueñas, que son referentes, como Freepik, Giants, Uptodown…Están haciendo cosas muy potentes, empujando y ayudando a ese éxito de Málaga.
"Hace falta que una gran desarrolladora de videojuegos apueste por Málaga para crear un ecosistema potente".
¿La clave del éxito de Málaga está en sus empresarios?
Cien por cien. En Málaga se están haciendo muy bien las cosas desde el Ayuntamiento, Diputación y Junta, pero realmente esto no tiene ningún sentido si no hubiera empresarios que son los que contratan gente, que han querido apostar por su ciudad y su provincia.
Este auge de Málaga ha traído otras consecuencias. ¿Cree que la Málaga tecnológica ha generado un problema de vivienda?
Sí. Está clarísimo. Y los que somos de Málaga, que hemos vivido aquí toda la vida, hemos visto su cambio. Necesitamos mejores infraestructuras, mejores conexiones, y un tren que recorra todo el litoral, que pueda hacer esa conexión para llegar a su puesto de trabajo. Yo sé que se está reaccionando y se está buscando esa vivienda. También nos ha saltado un poco en la cara tantas empresas que quieren venir. No solamente las que llegan a materializarse, sino las que levantan la mano y dicen, oye, somos 600, y no pueden venir. Y los precios, evidentemente, han crecido, y es que las viviendas se venden, hay gente que las compra y lo veo bien. Yo sé que se está reaccionando, las instituciones se están dando patadas para arreglarlo. Porque saben que es una cosa natural que hay que hacer. Desatascar eso va a costar unos años.
¿Cómo ve el futuro de Málaga?
El crecimiento y el posicionamiento de Málaga acaba de empezar. Y ya es espectacular. Además es una ciudad súper segura. Que eso también es un hecho clave para catalogar a una ciudad como perfecta para vivir. Pasan cosas, como en todos lados, pero muy pocas. Yo considero que estamos en un espacio privilegiado y muy seguro. Y muy tranquilo. Cuando traemos gente a lo mejor de Madrid o de otras ciudades y visitan Málaga, se quedan sorprendidos.
"Málaga es súper segura, eso también es un hecho clave para catalogar a una ciudad como perfecta para vivir".
Habéis traído a muchos actores e influencers nacionales e internacionales a los festivales. Cuando llegan a Málaga, ¿qué le comentan sobre la ciudad?
Una de las cosas por la que hemos podido traer a estos perfiles internacionales es por el interés de venir a Málaga, más allá del caché. Evidentemente todos nos piden estar unos días más por delante y por detrás de su intervención porque quieren disfrutar de Málaga. Eso ha sido clave en todo este tiempo para atraer también a la gente. Y eso después tiene un impacto para la ciudad, la promocionan en sus redes sociales. Los invitados 'top' nos piden dos cosas: hotel de cinco estrellas y ubicado frente al mar.
Hay varios hoteles de cinco estrellas proyectados en la capital. ¿Qué opina de la controvertida Torre del Puerto?
Todo lo que suponga una mejora para nuestra ciudad…Yo estoy muy en contra del gambling, distinto sería montar un casino. Un hotel bien situado en esa zona, a mí me gusta. Hay que evolucionar y seguir creciendo, no lo veo como algo negativo. Hacen falta hoteles de cinco estrellas, cuando vienen nuestros invitados quieren eso, lo piden expresamente. Y les encanta la conexión entre el centro histórico y el Muelle Uno, es una vista preciosa, sumada a la marina de megayates. Tiene que haber de todo. No hay que convertir a Málaga en un parque de atracciones, pero tiene que haber oferta para todos los gustos y bolsillos. Eso también va a hacer que a Málaga vengan cosas buenas. Hay que impulsar un turismo de calidad, que viene a disfrutar de la ciudad y a gastar en la ciudad.