Dos detenciones en una semana: Kimbo, un "maltratador reincidente" acusado por su pareja
El arrestado deberá portar una pulsera de control telemático que dará aviso a las autoridades si no cumple con la orden de alejamiento sobre la víctima.
30 noviembre, 2021 12:20Noticias relacionadas
El barrio de El Perchel de Málaga fue el escenario donde la Policía Nacional abordó por segunda vez en la misma semana a Kimbo, un peligroso maltratador sobre el que pesan denuncias de malos tratos. Ahora deberá portar una pulsera que avisará a las autoridades si no cumple las medidas que se le han dictado.
Debe su apodo, aparentemente, a un hombre que se dedicaba a organizar y a participar en peleas callejeras convocadas a través de internet. Asimismo, el arrestado, según apuntan fuentes consultadas, es un fanático de las artes marciales, por lo que desde la Policía consideran peligrosa su actitud y le califican como un "maltratador reincidente".
La detención, en la que participaron agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Comisaría provincial de Málaga, se produjo el pasado día 21 de noviembre. Sin embargo, de acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, esta era la segunda vez que los agentes le arrestaban en menos de una semana.
En esta ocasión, el motivo por el que la Policía abordó a Kimbo deriva en la denuncia que su última pareja presentó ante él en comisaría, acusándolo de cometer un delito de malos tratos. Sin embargo, el historial de este individuo, de 40 años de edad, es amplio. Según ha podido saber este periódico, sobre él constan denuncias de la misma índole por anteriores parejas sentimentales.
En esta línea, tras la detención, Kimbo paso a disposición judicial. Por su parte, el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer número 2 de Málaga le ha otorgado la libertad provisional. Además, deberá cumplir una orden de alejamiento sobre la mujer que interpuso la denuncia.
Otra de las medidas que el titular del Juzgado ha solicitado es que Kimbo porte una pulsera de control telemático para evitar su acercamiento a la víctima. En el supuesto que aluda la distancia marcada, el mecanismo lanza una alarma, de manera que se puede controlar su ubicación.