Tras un invierno con una de las más graves sequías en años, el 24 de marzo, Málaga se despertó naranja por la calima de polvo sahariano suspendido en el aire. El 4 de abril, ese mismo litoral de la Costa del Sol sufrió el peor temporal de viento y oleaje que se recuerda desde antes del cambio de milenio. El 17 de abril, Domingo de Resurrección, la estación de medición de Málaga-Aeropuerto registró 33,1 grados, su temperatura más alta de la historia a mes de abril. Apenas dos días después, este mismo martes 19 de abril, se volvió a activar el aviso amarillo de alerta por fenómenos costeros.
En menos de un mes, los malagueños han sido testigos de una montaña rusa, una sucesión inédita de fenómenos meteorológicos que han drenado sus pantanos, ensuciado sus paredes o inundado sus chiringuitos. Ahora, las administraciones intentar paliar los efectos del cambio climático en una costa que supone el corazón y, al mismo tiempo, la mina de oro de Málaga.
"En los últimos años, este tipo de temporales y fenómenos extremos se repiten con mayor frecuencia y, a medida que pasa el tiempo, sus efectos son cada vez también más destructivos. Este es una de las razones que llevó en su momento al Gobierno a plantear un salto cualitativo en la respuesta a la afectación litoral", ha relatado este martes el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, en Málaga.
Es por ello que han presentado la Estrategia para la Protección de la Costa en la provincia de Málaga, un proyecto impulsado por el Ministerio de Transición Ecológica y financiado por fondos europeos que evalúa los posibles daños hasta 2100 y otorga un marco "dinámico" y "orientativo" para reorganizar el concepto de la primera línea de playa en la Costa del Sol.
"Todo el litoral está repensando cuál debe de ser el modelo de gestión de uno de los espacios con más alto valor natural y económico", ha defendido Morán, que ha defendido que las infraestructuras ubicadas en esos espacios son "algunos de los elemento que primero van a sufrir ese envite" de fenómenos como la subida del nivel del mar por el cambio climático.
Aunque España no está en la misma situación de países como Indonesia —que ha acordado trasladar su capital, Yakarta, ante las continuas inundaciones—, el temor del Ministerio es que, si no se anticipan inversiones a largo plazo, los malagueños se encuentren dentro de unos años con "que una administración se encuentra incapacitada para dar respuesta a un fenómeno ya irreversible". Y no se trata solo de no poder tomar espetos de sardinas con los pies en la arena.
"Los chiringuitos son instalaciones de carácter temporal, desmontables. Tiene más capacidad para reubicarse en un punto distinto de la playa, más hacia atrás, o en otra ubicación a un lado u otro. Lo que nos preocupa especialmente son las infraestructuras que se ubican en algunas playas, como redes de saneamiento y abastecimiento de aguas", ha explicado Morán, que ha adelantado que "un volumen no despreciable de ciudadanos se puede quedar sin suministro de agua durante bastante tiempo" si un futuro temporal afectar a alguna de esas redes.
De acuerdo con el secretario de Estado de Medio Ambiente, los cálculos que estaban haciendo sobre cuándo se iba a ir produciendo la elevación del nivel del mar se ha ido incluso "anticipando en el tiempo" y ya están produciendo algunos de los efectos que los cálculos trasladaban hasta finales de siglo. "Ha habido un proceso de consulta y participación en la elaboración en la estrategia, con Ayuntamiento, organizaciones conversacionistas, sectores empresariales... Todos coinciden en que el mayor problema que detectan es el de la regresión en las playas", ha sentenciado Morán.
Sin sedimentos
El secretario de Estado de Medio Ambiente ha contado que uno de los mayores problemas para la costa a la hora de responder a esos temporales es "la limitación en el aporte de sedimentos"
"España es —si no me equivoco— el quinto país a nivel mundial con mayor número de embalses, mayor regulación fluvial. Eso nos convierte en un país con mucha capacidad de gestión de la disponibilidad del agua como recurso; pero también supone que, allí donde se retiene agua, se retienen sedimentos, y esos sedimentos no van a las playas", ha subrayado Hugo Morán: "Hay un problema de interrupción de la dinámica natural que ha venido dotando a las playas de su capacidad de resistencia. Eso hay que compensarlo con aportaciones externas".
Desde su perspectiva, las soluciones "convencionales" que se han dado hasta el momento "ya no sirven": "En muchos casos, se han demostrado claramente insuficientes e incluso han incorporado efectos negativos que contaminan el resto del litoral", ha asegurado respecto a "actuaciones concretas en puntos concretos han acabado generando problemas en otros tramos" de la costa.
"Era necesario tener un diagnóstico completo del litoral y saber que cada actuación puntual que acomete en un punto concreto afecta al conjunto del litoral y, por lo tanto, no pueden hacerse aisladamente los proyectos", ha dicho el secretario de Medio Ambiente. Es ese rol el que viene a ocupar la recién presentada estrategia.
Actuaciones inmediatas
Hugo Morán ha adelantado cuáles serán los próximos actuaciones en esa línea de trabajo. En primer lugar, como respuesta de urgencia ante el grave temporal, ha señalado a una inversión de 2.100.000 euros para "dejar en mejores condiciones el aprovechamiento de las playas cara a la temporada de baños", aunque el mar ya ha devuelto parte de la arena que se llevó.
Por otro lado, ya están en marcha otras obras "de carácter estructural" en algunos puntos de la Costa del Sol: están en trámite de evaluación ambiental el proyecto de rehabilitación entre playa Venus y Punta Lancón en Marbella, que será financiado con 7 millones de euros, y el de San Pedro Alcántara, con una previsión de 6 millones de euros.
La actuación sobre los Baños del Carmen, en Málaga capital, está valorada en 3 millones y también se encuentra en evaluación ambiental; mientras que la ampliación del dique Malapesquera, en Benalmádena, de en torno a un millón, se encuentra "a licitar con carácter inmediato, con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia". En redacción se encuentran el del paseo marítimo de Rincón de la Victoria y el de la playa de los Cordobeses en Mijas.