¿Qué día y a qué hora hará su entrada triunfal en el Centro histórico el primer tren del Metro de Málaga? El interrogante sigue sin respuesta. Y, por lo que parece, no lo va a estar de manera inmediata. El esperado hito, con el que poner punto y seguido a los ya más de ocho años de explotación comercial del suburbano, queda básica y exclusivamente en manos de la compañía Alstom.
Y ¿quién es Alstom? Es la empresa encargada de todo lo relacionado con la validación y las pruebas del sistema de señalización del ferrocarril urbano malagueño, elemento esencial para garantizar el buen funcionamiento de la infraestructura.
"La fecha solo la sabe Alstom, si es que la sabe", apuntan fuentes de la Administración regional, confirmando la incertidumbre que pesa sobre la parte final del trazado muchos meses después de que se diese por completada la obra.
Alstom puso en marcha el contador de las pruebas del último kilómetro que separa el intercambiador de Renfe de la Alameda a finales del pasado mes de mayo. Es decir, pasan ya cerca de cuatro meses, sin que exista información oficial que permita medir el tiempo restante.
Hay que recordar, no obstante, que el contrato para la señalización ferroviaria con Alstom fue formalizado el 15 de octubre del año pasado, por un precio de 7,9 millones (IVA incluido), y un plazo inicial de 15 meses. Un periodo que, según las fuentes consultadas, se daba por seguro que iba a ser inferior.
Que el calendario se está extendiendo más allá de lo previsto por la Junta es evidente. No sólo porque se supera ya con creces el anuncio verbalizado por el que fuera número 2 del Gobierno andaluz de que el Metro iba a llegar al Centro para la pasada Feria de Agosto, sino porque la Agencia de Obra Pública de Andalucía acaba de publicar una prórroga de 2 meses en el contrato de ejecución de las instalaciones y arquitectura de estaciones, cuya vigencia expiraba en septiembre y que no conlleva incremento de presupuesto.
¿Por qué de este aumento de meses? Según las fuentes consultadas, la razón hay que encontrarla en la "vinculación y correlación" que tiene este contrato con el de la ejecución de la señalización ferroviaria y sistemas de seguridad de Alstom.
"Ambos contratos deben ir sincronizados para el óptimo desarrollo de todas las pruebas de seguridad, y también con el proceso de entrega de la infraestructura al concesionario, Metro de Málaga, para su recepción y próxima operación", han indicado.
Detalles del nuevo contrato
Otras fuentes cercanas al proyecto apuntan, sin confirmación por parte de la Consejería de Fomento, la posibilidad de que la terminación de las comprobaciones necesarias de todo el engranaje del Metro se alargue al menos hasta noviembre.
Un detalle que no es irrelevante, por cuanto es precisamente ese el mes que se apunta en el actual contrato que vincula a la Junta con la concesionaria del suburbano, Metro de Málaga, como tope para el arranque de la explotación comercial del trazado hasta la Alameda Principal. De ello queda constancia en el documento rubricado a finales de 2020 por las dos partes, que modifica el escenario anterior de la infraestructura.
La principal novedad introducida por el Gobierno andaluz fue la decisión de llevar soterrado el tramo Guadalmedina-Hospital Civil, en origen diseñado en superficie. Una variación de modelo que trae consigo un importante cambio en los tiempos de terminación de las obras y, por ende, de puesta en servicio de las mismas.
Conforme al nuevo pacto, que tiene, a su vez importantes consecuencias económicas para las arcas regionales, el compromiso asumido por la Junta es que el Metro transporte viajeros hasta la estación Atarazanas, en el lateral norte de la Alameda, el próximo mes de noviembre a más tardar. En el caso del ramal a la zona norte hasta el Civil y el futuro tercer hospital, la fecha máxima es el 31 de diciembre de 2027.