Málaga empieza a dibujar sobre el calendario las obras de su ambicioso plan litoral, con el que soterrar el tráfico por medio d un túnel de unos 2,3 kilómetros; unir el Centro histórico con el puerto, generando un espacio peatonal de unos 70.000 metros cuadrados, y construir dos estaciones subterráneas en la zona de La Marina y Vialia.
A la espera de que esta histórica apuesta reciba el aval de los ansiados fondos europeos, imprescindibles para afrontar un gasto cercano a los 500 millones de euros, el alcalde, Francisco de la Torre, se ha mostrado convencido en que a lo largo del próximo mandato puedan iniciarse las obras.
Si bien admite cierta incertidumbre respecto a la globalidad de la operación, sí lo da por seguro en el caso del intercambiador modal proyectado junto a la estación de trenes.
Desde el punto de vista técnico, esta pieza del Plan Málaga Litoral es independiente del resto y puede impulsarse sin necesidad de esperar a la construcción del eje soterrado en Muelle Heredia y el Paseo de los Curas. Un condicionante que sí pesa sobre la estación de la Plaza de la Marina. A esto se suma que la exigencia económica de esta infraestructura es asumible incluso sin la puesta a disposición de fondos comunitarios.
De la Torre, en la presentación de una exposición sobre los mejores proyectos presentados al concurso para la reurbanización del eje litoral, ha defendido los beneficios que esta operación tiene para la movilidad del entorno metropolitano.
E incluso ha hablado del mismo como "complementario" al ferrocarril de la costa, en estado de abandono desde hace años. Para el regidor, mientras se afronta la necesidad de conectar por tren la costa oriental, podría trabajarse en líneas de autobuses eléctricos o de hidrógeno.
El equipo ganador del concurso internacional de arquitectura tiene ya el encargo de elaborar el anteproyecto, que debe estar listo para el próximo mes de junio. En ese momento, prácticamente todas las piezas que componen el puzle del plan litoral estarán en la misma situación técnica, abriendo la puerta al impulso de los proyectos de ejecución.
De la Torre no esconde que para afrontar la totalidad de la operación se requiere de la colaboración de los fondos europeos, así como de las administraciones estatal y autonómica. "Cuando hablo de este proyecto no señalo tanto el aspecto urbano como la transformación radical de la movilidad en el área metropolitana de Málaga. Y eso es importante porque nos permitirá tener más puntos para tener apoyo europeo de fondos", ha destacado.
En este sentido, el mandatario local ha admitido que ya ha establecido contactos con estas administraciones para conocer la posibilidad de contar con esa financiación. "He lanzado el mensaje pero no he profundizado en las razones", ha confirmado, destacando la importancia que va a tener un estudio solicitado a la Cátedra de Transporte de la Universidad de Málaga para "profundizar en los aspectos que en sostenibilidad tiene el transporte privado que se sustituirá por público interurbano".
"Cuando tengamos esos datos estaremos en condiciones de tener más fuerza y ser escuchados; no es que no lo hayamos sido, pero falta acompañar esto de los datos concretos", ha añadido.
Dentro del esquema global, el Consistorio da prioridad al intercambiador de Vialia, dado que su desarrollo es perfectamente asumible de manera independiente al resto, al tiempo que permitirá poner en el mercado la parcela actualmente ocupada por la estación de autobuses.
La pretensión municipal pasa por subastar este solar, de manera que se consigan varias decenas de millones de euros con los que minimizar el impacto de las obras del plan litoral. Sobre el solar, según las primeras previsiones, se plantea la construcción de dos grandes torres, una de ellas de 29 plantas (115 metros) destinada a oficinas, y una segunda, de 21, para hotel.
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