El sueño de Málaga de tener en los próximos años su propio Puerto Banús puede estar algo más cerca. Tras casi un año bloqueada la adjudicación del proyecto de construcción de la marina de San Andrés, una reciente resolución judicial puede poner punto final a la espera. Y, de este modo, liberar el impulso de la propuesta liderada por el mismo fondo catarí que promueve la torre hotelera de 116 metros de altura en el dique de Levante.
EL ESPAÑOL de Málaga ha tenido acceso al auto emitido por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), con fecha del pasado 22 de diciembre, en el que se rechaza la reclamación realizada por uno de los licitadores del concurso convocado por la Autoridad Portuaria.
En la misma solicitaba como medida cautelar la suspensión del acuerdo adoptado por el consejo de administración del organismo seleccionando la oferta de Marina Málaga San como la idónea para llevar adelante la infraestructura.
La entidad demandante es la unión temporal de empresas integrada por Med Málaga, Aliana Cubeb y Formentera Mar, la misma que en su momento interpuso un contencioso administrativo contra la decisión del Puerto de anular un concurso anterior para la construcción de esta misma marina.
De hecho, la tesis que emplean estas empresas es que no suspender la última adjudicación podría producir "daños de difícil o imposible reparación", al estar pendiente de concretarse la decisión final respecto a la anulación del procedimiento previo.
Frente a ello, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJA cuestiona que la ejecución de dicha resolución "pueda comportar la producción del perjuicio irreversible a la que la parte refiere, ni que la misma despoje al proceso de su finalidad". Y ello por entender que siempre cabría la posibilidad de fijarse una indemnización por el daño generado y el lucro cesante.
El TSJA va más allá y señala que la suspensión de la adjudicación solicitada puede generar "perjuicios tanto para los intereses públicos, como para terceros"". En el caso de los primeros, por la "postergación durante un periodo incierto -pero potencialmente dilatado- de la construcción y explotación de la dársena a construir, manifestándose los perjuicios a tercero en la mercantil adjudicataria, a la que se le generarían perjuicios equivalentes a aquellos que se tratan de paliar con la adopción de la medida". "Todo lo expuesto conduce a la desestimación de la medida cautelar", concluye la sala, que admite la posibilidad de recursos de reposición.
Vía libre para seguir adelante
Con esta decisión judicial sobre la mesa, es previsible que la Autoridad Portuaria vaya adelante con la decisión de conceder finalmente el proyecto del puerto deportivo a Marina Málaga San. A principios de año, el presidente del organismo, Carlos Rubio, admitía a este periódico la reserva de ir adelante con el procedimiento a la espera de que se conociese qué ocurría con las medidas cautelares pedidas. Asunto que queda aclarado.
La propuesta seleccionada como la mejor de cuantas concurrieron al concurso fue la presentada por Málaga San, integrada por la empresa Al Alfia (la misma que está detrás de la torre hotelera del dique de Levante), así como de Igy Marina y Ocean Capital Partners, socios en la marina de megayates ya operativa en muelle 1.
Su proyecto contempla una inversión de 44 millones de euros en la ejecución de estas infraestructuras. Un dinero con el que, si se dan las condiciones, dará forma a un puerto deportivo con 506 atraques, así como a un desarrollo comercial y de restauración que contará con "primeras firmas nacionales e internacionales".
Así lo indicaba la memoria que acompañó el proyecto, en el que se mencionaba de manera directa a marcas de primer nivel como Prada, Louis Vuitton o Gucci. Otro atractivo de la iniciativa es el bautizaco como Complejo Náutico, que tendrá 1.820 metros cuadrados. Es una edificación entendida como "hito referencial de la actividad social" de la ciudad, punto de atracción para reuniones, comidas, celebraciones, estancias...
A ello hay que agregar una zona de ocio con el Embarcadero Turístico, desde donde se podrían realizar "paseos en barco con otras zonas portuarias o incluso con la terminal de cruceros". Una de las innovaciones principales pasa por recuperar la noria-mirador que fue desmontada hace varios años en la zona de Muelle Heredia. En el proyecto se habla de una instalación desmontable de 45 metros de altura.
A cambio de las inversiones comprometidas y del pago de un canon de actividad de casi 1,5 millones de euros anuales, la empresa finalmente adjudicataria tendrá derecho a la explotación durante 50 años de los atraques y de 51.475 metros cuadrados de zona de tierra, donde habrá espacio para una escuela de vela, y 63.000 de lámina de agua.