La conversión del casco antiguo de Málaga en un escenario turístico es todo un hecho. No sólo por tratarse del itinerario habitual de las principales rutas de visitantes deseosos de conocer los encantos culturales y patrimoniales de la capital de la Costa del Sol, sino por ser el punto geográfico que aglutina la mayor parte de las miles de viviendas con fines turísticos que en los últimos años han proliferado en el conjunto del municipio.
La última constatación de esta realidad social y económica puede visualizarse en los números hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes. Los mismos, a fecha del pasado mes de febrero, sitúan a Málaga como la tercera gran capital española en oferta de pisos turísticos, con 6.252. Sólo se ve superada por Madrid, con 13.502, y Barcelona, con 7.509.
Los parámetros correspondientes a la capital malagueña están muy alejados de las 9.165 viviendas turísticas que, según la información actualizada, están registradas por la Junta de Andalucía en su base de datos de establecimientos de esta modalidad.
Más allá de esta evidente discrepancia, es revelador el hecho de que, según los datos del INE, hay puntos concretos del Centro histórico donde la vivienda turística supone casi el 40% del parque residencial total. Para ello, el organismo estatal relaciona en este ejercicio experimental los datos de pisos turísticos con el censo de viviendas de 2011.
Atendiendo al mapa censal disponible, en el caso de la capital de la Costa del Sol, el entorno geográfico con mayor concentración de este tipo de alojamientos es el de la Catedral y el Museo Picasso, con un 39,9%. Es decir, que de cada 100 viviendas, casi 40 son explotadas como alojamiento turístico.
Sin alcanzar este nivel, el porcentaje en la zona de la Plaza de la Merced, calle Álamos, Madre de Dios y parte de Lagunillas se sitúan en el 36,7%; un parámetro que baja a un 35,6% en el espacio delimitado entre las calles Gaona, Montaño, Jinetes…
La contundencia de estos valores, que de acuerdo con las estadísticas autonómicas están alejados de la realidad, tiene una relación directa con lo que hace algunas semanas pusieron de manifiesto desde el Colegio de Abogados, institución desde la que apuntaban que en el Centro urbano había ya más viviendas turísticas que vecinos residentes.
El crecimiento exponencial de este modelo de alojamiento se ha convertido en un problema para el Ayuntamiento, que desde hace meses vienen aplazando cualquier medida para limitar este uso a que desde la Junta se fijen unos criterios comunes para el conjunto de la región.
A la espera de que llegue ese momento, el tema es ya elemento de discusión y propuestas en la campaña electoral. Muestra de ello, es que los principales partidos que concurren a los comicios ya han puesto sobre la mesa medidas para intervenir. Algunas de ellas ciertamente restrictivas, como la lanzada por el PSOE, que aboga por paralizar las licencias para estos proyectos.
El candidato del PP, Francisco de la Torre, por el momento se mantiene a la espera de lo que haga la Junta, pero sí avanza que si se mantiene en la Alcaldía tras el 28 de mayo impulsará un precio especial para los tenedores de dos o más pisos turísticos. Ese valor añadido a cobrar a esos propietarios se utilizará para incrementar el apoyo que actualmente se presta en el acceso de las familias al alquiler de viviendas.