La inclusión en los últimos años de Antonio Banderas, en su perfil más empresarial, en el mundo de la hostelería de Málaga capital, lejos de provocar rechazo, es entendida en el sector como un valor añadido a la apuesta por la calidad que desde tiempo atrás se viene haciendo.
Así lo manifiesta Javier Frutos, presidente de Mahos, la principal asociación de un sector conformado por unos 13.000 establecimientos en toda la provincia y que, según los datos manejados, puede llegar a una punta de 110.000 contratos este mismo verano.
"Antonio Banderas es una marca malagueña y todo lo que está aportando tiene un rédito muy positivo", destaca Frutos a EL ESPAÑOL de Málaga, valorando su apuesta por una hostelería "de calidad y nosotros vamos en esa línea". "La inversión que realiza es media-alta y eso, al final, beneficia Málaga, porque sitúa también el caché de la línea de negocio alta", insiste.
La referencia de Banderas tiene cada vez mayor peso en la capital de la Costa del Sol. Lejos de reducir su presencia, la agranda. Muestra de ello es la reciente apertura de La Pérgola del Mediterráneo en el Real Club Mediterráneo, una de las instituciones más señeras de la ciudad.
A la espera de que se conozcan todos los detalles de esta nueva oferta, que junto a Trocadero Casa de Botes va a configurar una especie de milla de oro gastronómica junto al mar, sí se sabe que va a apostar por el producto local, con predominio de pescados y mariscos en la carta. La Pérgola viene a sumarse a Tercer Acto, Doña Inés, la Barra de Doña Inés y Atrezzo, establecimientos todos ellos localizados en el entorno directo del casco antiguo y del barrio del Soho.
El presidente de Mahos valora el progreso de la hostelería en los últimos años. "Vamos en una línea positiva; ha habido un desarrollo claro de las empresas hosteleras en el plano gastronómico, hasta situarse en unos niveles mucho más altos de los que teníamos antes", apostilla.
Y todo ello como parte de un discurso que afecta al conjunto de la ciudad, que parece decidida por atraer a un turismo de calidad. "Málaga está en ello, buscando que haya más hoteles de 5 estrellas, de manera que todo lo que haya en su entorno sea de calidad; tener restaurantes de calidad hace que la ciudad quiera invertir en alojamientos de mayor nivel", explica.
Un problema de tamaño
Pese al nuevo escenario en el que se mueve la capital, convertida en foco de atracción de grandes inversores, Frutos admite que existe un hándicap evidente a la hora de ser imán de grupos nacionales e internacionales de hostelería: el tamaño de los locales.
"Hay grandes grupos de Madrid o Barcelona que están interesados pero que no llegan a desembarcar en Málaga y es, sobre todo, por el tamaño de los locales", confirma, incidiendo en que para rentabilizar la potente inversión que realizan en sus negocios, necesitan muchos metros cuadrados. "Y en Málaga no hay locales de gran tamaño", destaca.
Un obstáculo que ya fue puesto sobre la mesa por el director Retail High Street/Capital Markets Savills Andalucía, Juan Pedro Hernández. En declaraciones a este periódico constató que la escasa dimensión de los inmuebles destinados a restaurantes impide la llegada de nuevas referencias.
"Hay grupos con los que llevamos trabajando dos o más años que quieren estar en Málaga, pero no pueden porque necesitan locales grandes; son operadores que necesitan unos 400 o 450 metros y eso no lo hay", lamentaba.
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