Las historias de los veteranos de las Fuerzas Armadas: "He apagado cadáveres con extintores de mi helicóptero"
La plaza de la Constitución de Málaga ha sido testigo de la 26 edición del Día del Veterano de la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas, que ha convocado a 600 de ellos.
10 noviembre, 2023 05:00Noticias relacionadas
Este jueves se ha celebrado en la plaza de la Constitución de Málaga el Día del Veterano de la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas. Se trata de la 26 edición de este evento, que este año ha organizado la Guardia Civil en la capital costasoleña –cada año se encarga un ejército diferente–.
Un total de 600 veteranos guardias civiles y militares formaron parte del acto. El director adjunto Operativo de la Guardia Civil, Pablo Salas, ha presidido la parada militar y el desfile formado por seis bloques de veteranos de distintas unidades de todo el país. Se ha izado la enseña nacional a cargo de veteranos malagueños, se han impuesto condecoraciones y rendido homenaje a todos los veteranos guardias
civiles y militares.
Tras finalizar la jornada con el paso de la Patrulla Águila, todos ellos desfilaron por la calle Granada, la plaza de la Constitución o la emblemática calle Marqués de Larios. Los motoristas de tráfico de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga fueron los encargados de abrir paso a todos y cada uno de los diferentes cuerpos citados.
Un cáncer le impidió una misión
Entre esos 600 veteranos se encuentra el veterano coronel de Artillería José Javier Freixas, presidente de la Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas en Zaragoza, ha sido homenajeado con una medalla por su labor, pero ha querido destacar que la distinción es de todo su equipo, por el "buen trabajo" que hacen.
Freixas ha dedicado prácticamente toda su vida a los transportes militares. Entró como soldado para hacer la mili en el año 1972 y, tras 39 años, pasó a ser coronel. En 2018, cumplió la reglamentaria jubilado. Aún se emociona cuando mira hacia atrás en sus vivencias. “Es que... notas algo en el corazón”, reconoce.
Para él, festejos como el Día del Veterano son necesarios, pues refuerzan el vínculo entre los cuerpos y los veteranos después de la jubilación, pero esto no significa que ellos, precisamente, se paren a descansar. “Tenemos una labor muy importante con los mayores. Todo aquel mayor, viuda, huérfano o militar que se queda solo, que hoy por desgracia es un mal endémico que tenemos aquí en la sociedad, cuenta con un equipo de voluntariado que le atiende hasta donde llegamos”, cuenta.
La celebración de este acto es coordinada por la Real Hermandad de Veteranos de la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas, una asociación de carácter cultural, benéfico y apolítico sin ánimo de lucro que busca mantener las relaciones entre las personas que han trabajado como guardia civil o militar.
Precisamente, Freixas destaca que es muy importante que un día como este se celebre en plena calle. “Esto da mucha compañía del público de la ciudad donde estás, además de que mueve muchísimo. Dos mil personas de toda España vienen hasta aquí, muchos de ellos para una semana”, declara.
Algo afectado, recuerda que no pudo ir a una importante misión en Afganistán. Le detectaron un cáncer de garganta en el período de reconocimiento. “Solo pude estar los ocho días que duró el reconocimiento, pero tengo una unidad que ha ido prácticamente todos los años. Tengo compañeros que han hecho incluso diez misiones”, expresa.
Un campo de minas
Jaime Manuel Marqueta ha sido otro de los coroneles que ha recibido una condecoración por sus doce años como presidente de la Hermandad de Veteranos de Huesca. Cuando finalizó su vida laboral, se introdujo en ella, pues quería seguir estando en activo de alguna forma. Él es coronel de Infantería del Estado Mayor y ha centrado su vida laboral en los helicópteros. También ha formado parte de tropas de montaña.
“He estado en el Sáhara, sin duda la vez que más en riesgo he estado en mi vida. Me metí en un campo de minas para intentar salvar a cinco muertos. Desgraciadamente solo recogimos sus cadáveres. Aunque era un campo de minas, no pensamos en los riesgos. Fíjate cómo estarían, que apagamos los cadáveres con los extintores de mi helicóptero”, relata.
Marqueta ha vivido también otras experiencias curiosas a bordo de su helicóptero que le han hecho pensar que su vida “ha merecido la pena”, pues tiene muchas cosas que contar. “Yo he llevado a todo el mundo, obispos, periodistas, pero también he trasladado a enfermos y he evacuado a gente de incendios…”, recuerda con una sonrisa.
Pasó siete meses en Bosnia, pero ha estado destinado en Barcelona, Madrid o Melilla. Su vocación le ha hecho recorrer el mundo entero. “He tenido una vida muy movida. He estado hasta en la Guardia Real”, insiste.
Su mujer, Marisol Vázquez, ha vivido, o más bien, ha sufrido, todas las andanzas de su marido. “De 365 días, 290 estaba fuera. Es muy duro, he vivido partos sola, he estado mucho tiempo sin él”, recuerda.
La hija de ambos, Verónica Marqueta, también ha seguido sus pasos y se ha convertido en la primera mujer de España en convertirse en oficial de carrera de la infantería de marina. Sus padres presumen de que haya mamado “las esencias del ejército y de la milicia de su padre”. “Me llena de orgullo saber que he sembrado y que eso ha crecido”, zanja.