Ni su carácter icónico, convertido pese a su juventud en edificio integrado en la memoria colectiva de Málaga, ni el valor de su transformación en hotel, han rebajado el nivel de complejidad que encierra la operación urbanística de Correos.
Tras más de dos años de conversaciones y habiendo transcurrido más de un año después de que formalmente se activase el expediente para reconvertirlo en un establecimiento hotelero de primer nivel, el camino sigue sin estar despejado.
Aunque desde hace varios meses se asegura que el visto bueno técnico definitivo está próximo, la realidad es que sigue sin existir una rúbrica que valide de manera concluyente la hoja de ruta trazada para que el viejo inmueble, levantado en la Avenida de Andalucía, podrá ser destinado a hotel.
El largo viaje burocrático que vienen protagonizando de la mano la Gerencia de Urbanismo, de un lado, y la propiedad de la construcción, un fondo de inversión israelí, es muestra suficiente de la dificultad que encierra la iniciativa. En buena medida por la necesidad de tomar en consideración la nueva ley urbanística andaluza, la LISTA, que, a priori, debía simplificar el procedimiento.
En el origen de las conversaciones, se dio por segura la necesidad de que la propiedad compensase a la ciudad por la pérdida del uso de equipamiento actual del edificio con varias parcelas (dos, en concreto). Sin embargo, la interpretación de la LISTA deja dudas al respecto. En concreto, se apunta que Nitsba Spain ajustará a equipamiento el uso de dos parcelas de su propiedad, adquiridas años atrás a un alto valor económico, dado que eran hotelera y residencial.
Todo hace indicar que la espera está próxima a su final. Será ese el momento en que se podrán conocer todos los detalles de una intervención estratégica en la apuesta de la capital de la Costa del Sol por contar con primeras marcas hoteleras. De facto, aunque no hay un acuerdo cerrado, se da por hecho que la futura explotadora del hotel, de categoría 5 estrellas, será una de las grandes internacionales, sin presencia actual en la ciudad.
Es justamente este objetivo el que ha condicionado el devenir de los acontecimientos y las decisiones. Porque para poder atraer a estas cadenas la propiedad ha admitido la necesidad de ofrecer un establecimiento con capacidad para al menos 200 habitaciones. Un número imposible de alcanzar, según se ha venido apuntando, con el actual techo edificable del inmueble.
Para poder alcanzar esa meta, se han manejado varias posibilidades, algunas de ellas rechazadas por los técnicos de Urbanismo, debido al impacto que generaría sobre el entorno. Una solución que a priori acercaba las posturas de las dos partes pasaba por incrementar el techo mediante la construcción de varias plantas sobre la parte del edificio que da a la Avenida de la Aurora. Sin embargo, parece que las últimas conversaciones apuntan a la posibilidad incluso de ganar techo sin necesidad de elevar la altura del zócalo.
Cerrado desde hace casi 14 años
Correos es un edificio sin uso desde hace ya catorce años, que son los que han transcurrido desde que cerrase sus puertas como sede administrativa. La decisión adoptada por el Gobierno central, en ese entonces dirigido por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, fue la de utilizar el inmueble como parte del pago de la deuda histórica con Andalucía.
De este modo, pasó a manos de la Administración regional, que, si bien sopesó algunas opciones de cambio de uso, optó finalmente por su venta a finales de 2019. Fue en enero de 2020 cuando se formalizó la enajenación del bien a favor de la empresa Nisba Spain, que ofertó en subasta pública una suma de 23,5 millones de euros.
La estrategia de este grupo empresarial es hacer de Correos el mejor hotel de la ciudad, haciendo del mismo un símbolo del turismo de calidad. A la espera de nuevos acontecimientos, todo apunta a que será alguna de las grandes operadoras mundiales la que se haga con la explotación del futuro 5 estrellas.