Los tesoros arqueológicos que ya nos descubre el Cerro del Villar, la ‘superciudad’ en la que nació Málaga
Los investigadores regresan en apenas un mes al yacimiento para ejecutar la tercera campaña de excavaciones. Las dos primeras han arrojado datos novedosos.
26 julio, 2024 07:00Noticias relacionadas
Cerro del Villar es hoy un gran erial, una gran extensión de terreno sin uso, que a simple vista ofrece la imagen de abandono. Pero como si se tratara de un lienzo en blanco o de un gran bloque de mármol imperfecto a la espera de que el pincel o el cincel descubran la obra de arte que hay en su interior, el considerado como uno de los grandes yacimientos fenicios de todo el Mediterráneo vuelve a estar presto para ser descubierto.
Y eso es justamente lo que desde el 26 de agosto y hasta el 20 de septiembre va a hacer por tercer año consecutivo el amplio equipo científico y técnico liderado por José Suárez. Una expedición arqueológica a pocos minutos en coche del Centro de la capital de la Costa del Sol y a menos distancia a pie de la playa, de la que van a formar parte investigadores de la Universidad de Málaga y de otras universidades andaluzas e internacionales, caso de Chicago (EE. UU.) y Marburgo (Alemania).
La labor de estos investigadores será la de seguir profundizando en los secretos de Cerro del Villar, a sabiendas de que es mucho lo que mantiene oculto en su gran superficie. Pero a la espera de desenterrar nuevos hallazgos, ya sí se conocen algunos tesoros de indudable valor. Piezas que por su singularidad y buen estado otorgan un valor añadido a este asentamiento.
Es el caso del ungüentario desenterrado en la campaña del año pasado, que, pese a su pequeña dimensión, adquirió un valor inusitado. Entre otras razones por su excepcional estado de conservación. "Es increíble, es un milagro que esté en ese estado", afirmaba el 21 de septiembre de 2023 uno de los integrantes del entusiasmado equipo ante la pieza encontrada.
Ahora, un año después, tras la necesaria labor de investigación realizada, las conclusiones de los estudios determinan el valor de lo hallado. De hecho, se incide en el hecho de que este ungüentario está fechado entre finales del siglo III-II a. C., lo que evidencia que el Cerro del Villar estuvo en uso en el periodo púnico tardío, "dato desconocido hasta el presente".
Siendo el elemento más llamativo de todos los desenterrados en estos dos años, no es el único. Otro elemento de importancia es el gran edificio de época romana encontrado durante la campaña del año pasado. Apuntan los investigadores que esa construcción estuvo en uso en el siglo V d. C., lo que supone otra novedad.
"Se ha podido comprobar que se dedicó a la producción de salazones de pescado (producción de garum)", apuntan los especialistas, que indican que en la campaña actual se pretende conocer el momento de su construcción y cómo su implantación en la zona sur de la antigua isla ha podido afectar a los restos de época fenicia.
La investigación que a finales de agosto se retomará indagará más aún en un inmueble de grandes dimensiones, con más de 20 metros de longitud, fechado a su vez en el siglo VII a. C., "que podría ser de carácter público, quizás en relación con una posible zona de atraque o embarcadero". "En este inmueble se documentó un interesante ámbito posiblemente dedicado a actividades de culto, con un pavimento de conchas marinas y evidencias de posibles ofrendas en su entorno", añade.
Y pese a lo ya obtenido, la realidad es que la superficie excavada en las dos primeras campañas ha sido ínfima en comparación con la extensión del yacimiento. El propio José Suárez reconocía el año pasado: "Si sumamos toda la superficie que ahora se ha excavado, con el edificio 2 o la casa del embarcadero; el taller del siglo VI del sector 3-4; un corte estratigráfico en profundidad, que es en el sector 5; el sector 8, que se excava para la implantación de la mota… Estamos hablando de entre 1.000 y 2.000 metros cuadrados. Y la superficie total del sector es de unos 40.000 metros".