A menos de un año de que el Ayuntamiento de Málaga tenga que revisar la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) de casi un centenar de calles en el Centro histórico, así como varias vías en la zona de El Romeral, la posición de los hosteleros de la capital de la Costa del Sol es taxativa: que sea suprimida.

La entrada en vigor de esta medida, que establece limitaciones sobre el horario de funcionamiento de los locales localizados en estas calles, así como sobre la apertura de nuevos negocios, tuvo lugar en enero de 2020, siendo el periodo global establecido de 5 años. En el momento en que se alcance el 20 de enero de 2025, el Consistorio tendrá la posibilidad de suspender la medida o de prorrogarla si las condiciones acústicas de la zona afectada se mantienen.

A la espera de que llegue ese momento, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga, Mahos, Javier Frutos, defiende que por parte del equipo de gobierno se dé un paso atrás y que en 2025 las ZAS dejen de existir. Al menos las que están actualmente en vigor.

"Esperamos que se quite, sería lo ideal", explica a EL ESPAÑOL de Málaga Frutos, quien recuerda que la aprobación de la ZAS tuvo desde el inicio el rechazo del sector empresarial. "No estábamos de acuerdo en su día y seguimos sin estarlo", apostilla.

Pese a su negativa a este tipo de iniciativas "intervencionistas", admite que se ha respetado el cumplimiento de las ZAS. Pero incide en que el problema de ruido que se genera en un entorno como el casco antiguo "no es culpa de los hosteleros". "Al final, las ZAS lo único que hacen es señalar a un sector y no ver verdaderamente si hay un problema de ruido", explica.

El debate sobre el turismo

El debate sobre el impacto del turismo en Málaga parece estar servido. Muestra de ello es la masiva manifestación que hace varias semanas recorrió las calles de la ciudad en protesta por el actual modelo urbano. En este escenario, los empresarios hosteleros se apresuraron alertando de los efectos de un posible fenómeno de "turismofobia".

"Lo que intentamos con el manifiesto que hicimos público fue hacer ver que podemos tener un problema a corto y medio plazo", explica Frutos, quien apunta que muchos de los que acudieron a la protesta no estaban en contra del turismo, sino que protestaban por el problema de vivienda en la ciudad. 

En este contexto, el representante empresarial reclama "responsabilidad" y que se sea consciente del peso que tiene la actividad turística en Andalucía, al suponer el 15% del Producto Interior Bruto (PIB). "Hay infinidad de sectores alrededor de lo que es el turismo y de la hostelería que viven de eso", remarca, advirtiendo de los efectos negativos que tendría "pegarle una patada a nuestra industria". 

"No digo que no haya que ir mejorando; siempre digo que los cambios en los restaurantes hay que hacerlos cuando hay clientes y no a la desesperada porque no viene nadie", expone.

Valora la existencia de un "volumen de personas" que acude a la ciudad, incidiendo en que es ahora cuando hay que "ir redireccionando". "Esto tiene que servir a Málaga para desarrollar las infraestructuras que necesita, el Centro se tiene que ampliar mucho más, tenemos que llegar mucho más a los barrios, a la parte litoral", añade, subrayando la oportunidad de actuar en esta dirección en el momento actual, marcado por el desarrollo económico.

La preocupación existente en el sector hostelero radica en la posibilidad de que los mensajes contrarios al turismo, que han llegado a salir en Reino Unido y en Alemania, "repercutan". "Nos preocupa porque es que vivimos de esto y seríamos unos irresponsables si no nos preocupara", apunta.

Pese a que plantea la necesidad de introducir mejoras, no cree que el Centro esté actualmente masificado. "El que viene a ver Málaga lo normal es que se mueva por el Centro y es verdad que, por este desarrollo que ha tenido, se ha quedado pequeño, pero eso no significa que tenga una masificación", opina, apostando por aprovechar operaciones como la de Carretería para ampliar este escenario urbano. "Tenemos que ampliarlo más allá del río, a la calle Victoria… Málaga tiene un desarrollo bastante importante en ese sentido", añade. 

"No veo masificación. Es como cuando nos dicen que los restaurantes se están hinchando a ganar dinero… Si alguien viene un sábado a las 2 de la tarde, pero es que si no estamos llenos estos días es para preocuparse", explica, señalando que se trata de una visión demasiado segmentada, "incluso utilizada". "Hay que tener un discurso más constructivo y, en el caso de los representantes políticos, deben saber que usar esos discursos hace mucho daño, hay que ser más responsables. No podemos estar como hace 40 años, con lo del turismo una sonrisa porque no venía nadie a visitarnos", apostilla.

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