La temperatura en el que está llamado a ser uno de los grandes barrios del futuro de Málaga, con el modelo smart city como protagonista, se calienta. Y no sólo por estar en verano, sino por el empuje que empiezan a tener muchos de los proyectos residenciales que se levantarán sobre Distrito Zeta, operación localizada en los antiguos terrenos de Sánchez Blanca.
Basta con observar la evolución de los trabajos de urbanización del sector, que cuenta con 662.190 metros cuadrados, donde ya se empiezan a ver las primeras aceras, y atender a la actualización aportada por la Gerencia de Urbanismo para tomar buena nota de ello. De acuerdo con los datos oficiales aportados por el Ayuntamiento, actualmente son objeto de tramitación 18 expedientes de licencias para la construcción de un total de 1.202 casas.
Un volumen de edificación que pese a ser considerable, apenas representa el 35% de las 3.443 unidades residenciales dibujadas en este espacio, de las que 1.110 serán de protección oficial (VPO). Hay que recordar que de este complejo forman parte las 606 viviendas de protección oficial cuya construcción ha sido recientemente licitada por el Ayuntamiento, con el objeto de que sean empresas privadas las que las desarrollen.
Precisamente, este viernes la Junta de Gobierno Local de Málaga ha dado luz verde a una serie de modificaciones técnicas no sustanciales incorporadas al proyecto de urbanización del sector Sánchez Blanca.
Según consta en el expediente, una vez iniciadas las obras se han realizado una serie de planteamientos para mejorar la movilidad y permeabilidad de la zona de forma que se pueda separar el tráfico de vehículos residentes del itinerante, potenciar las áreas peatonales dando una mayor continuidad al bulevar central para incorporar áreas de juegos infantiles y para la práctica deportiva, así como zonas de esparcimiento.
A esto se suma la apuesta por favorecer el uso del transporte público con los ajustes necesarios para instalar paradas de autobús de la EMT, de forma que se permitan los giros de los autobuses urbanos. También se introduce una optimización de la metodología constructiva de los trabajos de movimiento de tierras, la actualización de los materiales y pavimentos de acabado y los ajustes precisos en las redes de infraestructuras proyectadas para la previsible delimitación de fases de cara a la recepción y puesta en servicio de las obras de urbanización del sector debido a su extensión.
A la espera de empezar a colocar ladrillo
El avance en la urbanización no tiene, por el momento, continuidad con el arranque de las obras de edificación. Y ello cuando se presumía que en los primeros meses de este ejercicio sería posible ver los primeros ladrillos.
Actualmente esta operación cuenta con la participación de promotoras referentes del sector a nivel nacional e internacional como AEDAS Homes, Habitat, AQ Acentor, Momentum, Lagoom Living, Ágora o Vimpyca, entre otras. Buena parte de ellas ya están en proceso de comercialización de sus viviendas.
En el calendario inicial, que habrá que ajustar en función de la concesión de las licencias de obra, se manejaba la posibilidad de que en los primeros meses de 2026 ya hubiese vecinos en el nuevo barrio.
Una de las singularidades de Distrito Zeta es su apuesta por la innovación y las tecnologías. El diseño final del barrio ha contado incluso con la opinión de los más pequeños. En esta línea se mantiene la idea de poner a disposición de los futuros habitantes una criptomoneda propia, zetacoin, para que la utilicen en los comercios de la zona. Incluso, determinadas acciones sociales y sostenibles ya previstas serían recompensadas con zetacoins. A modo de ejemplo, si un residente lleva una cierta cantidad de basura a reciclar se le puede compensar con esta moneda.
A esta peculiaridad se suma la apuesta por disponer huertos ecológicos para que los habitantes tengan su cosecha propia; parques caninos, con un diseño especial, que cuenten con piscinas, salas de juego y dispensadores de comida. Otro elemento a considerar es que se les dará a los residentes la posibilidad de disponer de un servicio de vehículo eléctrico compartido.