En pleno corazón de Málaga, en el número 10 de la calle Santa María, se encuentra la Cerería Zalo, un negocio familiar que en 2024 cumple 300 años. En sus inicios, fue un negocio de pompas fúnebres, y actualmente vende todo tipo de artículos religiosos, cofrades y de belenes.
Cuando uno entra en la tienda, enseguida se da cuenta de que esconde algo especial. Olor a incienso y música de ambiente sonando de fondo. Pese a ser agosto, hay dos parejas comprando. Una de ellas se lleva inciensos, empaquetados muy cuidadosamente, a modo de souvenir. La otra, encarga medallas de plata para los testigos de su boda. Parecen estar nerviosos.
"Los datos más antiguos del negocio son del año 1724. Al principio era una fábrica de vela y un negocio de pompas fúnebres. Se encontraba en la calle de los Mártires, bajo el nombre Cerería La Custodia y era de la familia de mi bisabuelo", narra Nacho Gonzalo, actual encargado de la tienda e hijo del refundador.
La fábrica estuvo en la calle de los Mártires hasta el año 1986, cuando tuvo que cerrar porque no se podían fabricar cirios en el centro de la ciudad. En el 89, Miguel Ignacio Gonzalo Ojeda, padre de Nacho Gonzalo, la refundó bajo el nombre de Cerería Zalo y se trasladaron al local actual, en calle Santa María.
Nacho Gonzalo cuenta que el nombre de la cerería, Zalo, viene del apellido Gonzalo: "Mi padre era Gonzalo Ojeda. Hay una parte de la familia Ojeda que tiene otra tienda en la calle San Juan, que eran primos de mi padre. No quiso poner el apellido Ojeda, porque de primero era Gonzalo, y se quedó en Zalo".
En sus comienzos, bajo el nombre de Cerería La Custodia, el negocio era una especie de funeraria. Después se incluyeron todo tipo de cirios y velas. Los cirios están relacionados con la Iglesia, y esto dio lugar a que la tienda empezase a ofrecer multitud de artículos religiosos, cofrades, y belenes.
Como curiosidad, Nacho Gonzalo relata que, en su día, la tienda llegó a ser proveedora de la Casa Real española: "En una visita de la reina a la ciudad de Málaga, se pasó por el comercio cuando estaba ubicado en la calle de los Mártires".
La Cerería Zalo no solo cuenta con el local de la calle Santa María. Debido a la pandemia causada por la COVID-19, como muchos otros negocios, tuvo que cerrar. En este momento, muchos clientes, de Málaga y otras provincias, empezaron a demandar productos a través de su cuenta de Instagram.
"Al final, decidimos montar una tienda online con una pequeña representación de los productos. También tenemos una línea de WhatsApp mediante la cual le enviamos a los clientes todas las fotos de los productos que necesiten", explica Nacho Gonzalo.
Sin embargo, Nacho cuenta que la mayoría de artículos los siguen vendiendo en la tienda física: "A la gente le gusta ver el producto en mano, porque son de artesanía. No es una camiseta que te pruebas y, si no te gusta, la devuelves. Son productos muy concretos y a los clientes les gusta ver la calidad de las piezas y de los materiales".
Los productos mejor vendidos en Cerería Zalo son los inciensos e incensarios, las medallas de plata, las figuritas y todo lo relacionado con los belenes.
Aunque, según narra Nacho Gonzalo, la mejor época es toda la Cuaresma y la Semana Santa, junto a Navidad, con el boom turístico de Málaga ya no hay meses malos. "Vendemos belenes en el mes de agosto, porque vienen clientes de fuera que en sus ciudades no los encuentran".
Negocios como la Cerería Zalo le siguen dando vida y ese toque tradicional al corazón de Málaga.