Málaga, conocida por sus playas, también cuenta con un tesoro escondido: sus piscinas naturales. Los pueblos del interior de la provincia ofrecen lugares únicos llenos de vegetación y aguas cristalinas, perfectas para escapar del calor veraniego en las zonas alejadas del litoral.
Las pozas y charcas de la provincia son amplias, la mayoría de las cuencas hidrológicas malagueñas se caracterizan por albergar sus cabeceras y manantiales en las principales cordilleras, y por tener un corto recorrido antes de fluir al mar, lo que da idea de las grandes pendientes por donde deben discurrir.
La inmensa mayoría de las pozas de la provincia no han sido acondicionadas con medios artificiales. Se trata, sin duda, de rincones con personalidad propia, con determinadas características que los singularizan en relación con el cuerpo al que pertenecen.
Estas son algunas de las piscinas naturales que esconden los pueblos de Málaga, perfectas para un chapuzón en los meses de verano.
1. Lago de la Cueva del Gato (Benaoján)
Con sus más de diez kilómetros y sus diez recorridos diferentes estamos en uno de los sistemas espeleológicos más complejos de Andalucía, además de Monumento natural de Andalucía. La cueva te recibe en su exterior con un lago cristalino que en verano invita al baño, pero hay que advertir que la temperatura del agua quita la respiración.
2. Charca del Canalón, Río Verde (Istán)
El Río Verde, en Istán, es un paraíso natural con varias pozas a lo largo de su curso. El charco del Canalón se ubica entre paredes calizas y adopta su nombre de la caída de agua de una acequia situada unos metros por encima. La poza principal es alargada, estrecha y profunda. Aguas abajo se recrece una poza muy indicada para los más pequeños.
3. Barranco Blanco (Coín)
Ir a Barranco Blanco, en Alhaurín El Grande y Coín, es realizar un paseo relajante y sugerente, que para muchos se convierte en un baño agradable en sus pozas. Su interés como cauce y como albergue para las nutrias, un animal muy exigente que sólo vive en aguas cristalinas, y una especie de barbo en peligro de extinción, han hecho posible que la Unión Europea lo incluya como Lugar de Interés Comunitario (LIC), al ser uno de los principales afluentes del río Fuengirola. Su caudal es permanente porque se surte del acuífero del macizo de Mijas.
4. Charca de las Nutrias (Estepona)
La poza cubre en las zonas centrales. Resulta sumamente interesante descender el río Castor por el propio cauce para disfrutar del resto de pozas, sobre todo la situada en una zona muy cercana al sendero que lleva a ella.
5. Charco Azul (Jubrique)
El Charco Azul es un pequeño oasis situado en el corazón de Sierra Bermeja. Se alimenta de las aguas que manan del nacimiento del arroyo El Quejigo, afluente del río Almárchal, a su vez es tributario del río Genal. Esta poza natural de aguas cristalinas se ubica entre altos desfiladeros y está rodeada de densos pinares en los que abundan los helechos.
6. Charca de La Llana (Jimera de Líbar)
La zona de baño cuenta con mesas y sillas creadas con troncos y rocas para descansar a la sombra. Es un lugar de especial disfrute de los más pequeños, una pequeña cuerda permite balancearse hasta el agua. El paraje cuenta con vistas al gran macizo calizo de Líbar. Aquí viene a confluir el arroyo de Atajate y el sendero proveniente de Jimera de Líbar por Cañada Olivar.