Mujeres y jóvenes, el sector de la construcción os necesita. Este mensaje pudiera sonar a algo extremo, pero la realidad es que uno de los grandes pilares de la economía de Málaga sigue clamando ante la necesidad de mano de obra cualificada. El lamento de las empresas, extensible a toda la geografía española, es especialmente significativo en la provincia, donde la industria del ladrillo y el cemento tienen un protagonismo superlativo.
Desde hace años, la Asociación de Constructores y Promotores (ACP) de Málaga viene advirtiendo de un problema que, con el paso de los años, se va agravando. Básicamente por el esperado y necesario relevo generacional no se produce.
Ante esta situación, el colectivo empresarial maneja tres vías de acción. Y cada una de ellas con no pocos inconvenientes. El asunto fue objeto de una reunión celebrada a inicios de esta misma semana, que tenía por objeto informar sobre los caminos que se pueden recorrer y que se empiezan a explorar.
Uno de ellos pasa por acudir a las provincias más próximas, caso de Córdoba, Jaén y Granada en busca de personal. No obstante, esta opción se topa con el problema de que el número de operarios en esos territorios, como en Málaga, también es escaso, a lo que se añade una dificultad relevante, como es la del alojamiento, que es, igualmente, escaso, y muy caro.
Otra de las vías objeto de análisis desde hace tiempo es la contratación en el extranjero. Una alternativa que desde principios de año se ha visto simplificada, ya que el Ministerio de Trabajo ha incluido varios de los oficios vinculados con la construcción en el listado de ocupaciones de difícil cobertura, caso de carpinteros de aluminio, metálico y pvc; montadores de carpintería metálica, aluminio y pvc; instaladores electricistas de edificios viviendas; instaladores electricistas, en general; conductores-operadores de grúa en camión; conductores-operadores de grúa fija, en general, y conductores-operadores de grúa móvil.
Explorar la contratación en Perú y Bolivia
Sin embargo, por lo que cuenta la secretaria general de la ACP, Violeta Aragón, esto tampoco es la panacea, dado que sigue habiendo oficios no recogidos. Ante esta situación, una de las posibilidades que empieza a ser analizada es la de acudir a países como Perú y Bolivia, con los que existen convenios que harían posible la contratación de trabajadores sin excesiva tramitación.
Sobre ello, Aragón reconoce que ya hay al menos una entidad que ha avanzado en este camino, contando con alguna cuadrilla de obreros por este mecanismo. Pero esta solución tampoco está exenta de problemas, dado que buena parte de la carga de trabajo en los tajos queda en manos de firmas de pequeño tamaño que son subcontratadas por las grandes compañías.
La respuesta a los males del sector de la construcción de la provincia, en lo tocante a la mano de obra, pasa porque una parte de la población que actualmente dice estar parada diese el paso para entrar a trabajar en la obra. Algo que, por más que el sector viene señalando, no ocurre.
"Sería lo ideal", afirma la secretaria general, quien admite su sorpresa ante esta situación: "No llegamos a entender por qué no casan las necesidades que tenemos con los demandantes teóricos de empleo". "Estimamos que podríamos ocupar a un 15% más de trabajadores, lo que en Málaga pueden ser unos 10.000", destaca.
Con el objetivo de convencer a estos ciudadanos, la construcción viene realizando campañas a través de la Fundación Laboral de la Construcción, al tiempo que se acude a las oficinas de desempleo, sin que el resultado sea el deseado.
El objetivo de estas acciones es vender las bondades de un sector sobre el que sigue pesando una idea negativa. "Queremos hacer ver que la innovación y las nuevas tecnologías cada vez están más aplicadas al sector; que no es un trabajo tan penoso como podría ser antes e intentamos dar a conocer nuevas salidas profesionales", argumenta.
Y ello con un público objetivo claro: jóvenes y mujeres. "El perfil de la mujer todavía es bajo, quizás porque se cree que es una labor penosa, pero dentro de la construcción hay muchas actividades que pueden encajar para hombres y mujeres que no tienen una gran fortaleza física", insiste.
Problema creciente
El problema al que se enfrenta actualmente esta actividad económica va a ir a más "por el envejecimiento del personal". "Mucha de la gente que se quedó en la crisis anterior, en 2008, lo hizo porque era su oficio de siempre, pero es que esas personas ahora ya se están jubilando o lo van a hacer", destaca, y añade: "No hay renovación y aquí es donde tendremos el mayor problema".
Aragón pone en valor las condiciones actuales del sector, que puede presumir de un horario "muy bueno". "Es mucho mejor que el de otros sectores; tenemos un horario, que son 1.736 horas al año, lo que vienen a ser unas 37 horas y media por semana", remarca, apuntando que en verano se aplica la jornada continua.
Aunque el sector precisa que por el momento la escasez de personal no se deja sentir en la paralización de obras, sí admite que se deja sentir en la ralentización de determinados proyectos, así como en el encarecimiento de los mismos
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