Alejandro, el malagueño que monta un espectacular belén de Playmobil cada año: "He metido hasta al Cenachero"

En cada hogar malagueño se celebra la Navidad de una forma. Hay quien se curra el árbol de los pies a la estrella, hay quien prepara en su fachada un auténtico espectáculo digno de película americana y otros optan por trabajar a fondo su portal de belén. Este último es el caso de Alejandro, un joven malagueño de 27 años, que despliega un mundo en miniatura en su salón que combina tradición, creatividad y pasión por la historia: un belén de Playmobil artesanal que ha ido creciendo y transformándose durante los últimos seis años.

Alejandro, historiador del arte de profesión y un apasionado de los juguetes Playmobil desde su infancia, comenzó su proyecto belenístico con un objetivo claro: recrear la Navidad a su propio estilo. "De pequeño pedía el portal de Belén como regalo, pero nunca llegó. Fue cuando trabajé por primera vez en El Corte Inglés, en la sección de juguetes, que decidí comprarlo yo mismo", explica. Así nació un belén que ha evolucionado cada año con nuevas incorporaciones y detalles, hasta alcanzar más de 100 figuras humanas y más de 200 animales en miniatura.

El belén de Alejandro cambia año tras año. Cada Navidad incorpora novedades donde siempre trata de aportar algún guiño 'malaguita' o algún aspecto histórico que le parezca llamativo. Este año en concreto, ha introducido una escena dedicada a Egipto, con una pirámide que ha conseguido gracias a una compañera de trabajo y faraones, soldados y esclavos.

Una imagen del belén de Playmobil.

También pone en valor su magnífico cenachero —figura típica malagueña que vio en el belén del Ayuntamiento hace años y que quiso añadir— y detalles inesperados como Papá Noel, que sobrevuela el cielo de su belén, y Van Gogh, escondido entre las escenas pintando un lienzo. "Me gusta meter algunas sorpresas", explica.

El montaje del Belén es una labor que Alejandro realiza principalmente en solitario, aunque su padre colabora en aspectos técnicos como la pintura o la colocación de elementos estructurales, siempre tan importantes para dar altura al belén. "Mi padre me ha dicho que este año lo pusiera en el salón, porque normalmente lo ponía en el escritorio de mi cuarto. Dice que ya tiene un tamaño considerable", cuenta. 

Van Gogh en el belén.

"Fue una gran idea porque ahora todo el mundo puede verlo con más comodidad", señala. Durante diciembre y hasta Reyes, el belén se convierte es un imán para las reuniones familiares y de amigos. Alejandro organiza meriendas y cenas para mostrar su obra, que genera gran expectación entre quienes lo visitan y que se está convirtiendo en todo un reclamo año tras año en su entorno.

Como historiador del arte, Alejandro encuentra en su profesión y en los belenes tradicionales de Málaga una fuente constante de inspiración. "Suelo observar detalles de otros belenes, como lo del Cenachero, para adaptarlos a mi estilo", explica. Además, forma parte de una comunidad nacional de aficionados a los belenes de Playmobil, donde se comparten ideas y consejos a través de redes sociales y eventos locales.

Papá Noel arriba a la izquierda y la pirámide.

En casa de Alejandro, su belén ya es sin lugar a dudas una tradición. A él le haría ilusión que esta se mantenga viva en el futuro. "Mis sobrinos ya están mostrando interés, y me encantaría que algún día esto se convierta en algo que compartamos siempre", relata. Aunque desmontarlo después de Navidad es una tarea laboriosa, Alejandro lo hace con meticulosidad, clasificando cada pieza para facilitar el montaje del año siguiente.

Con esta actividad, Alejandro une todas sus pasiones que desde hace poco tiempo también comparte en su cuenta de Instagram (@nomagnoclick). Combina su amor por la historia del arte con sus juguetes favoritos y la magia de la Navidad. El año que viene, promete, "más y mejor".